El caso Garnica: “Suárez sabe lo que pasó con Daiana y no lo dice”

El caso Garnica: “Suárez sabe lo que pasó con Daiana y no lo dice”

El padre de la adolescente responsabilizó a su vecino del crimen en el inicio del debate oral. El único imputado se negó a declarar

MOMENTO DE TENSIÓN. Ramón Antonio Garnica momento después de haber declarado en la primera audiencia del juicio del Caso Garnica. MOMENTO DE TENSIÓN. Ramón Antonio Garnica momento después de haber declarado en la primera audiencia del juicio del Caso Garnica. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO
13 Abril 2023

“Suárez sabe lo que pasó con Daiana y no lo dice. Quiero justicia, quiero que pague por su hecho”, expresó Ramón Antonio Garnica, padre de Daiana Garnica, la adolescente de 16 años que desapareció el 6 de mayo de 2017 en Alderetes.

Después de casi seis años, ayer comenzó al juicio oral que tiene como único acusado a Darío Javier Suárez (46 años), quien en ese momento era vecino de la joven y de su familia.

Según la acusación realizada por el fiscal Claudio Bonari, el sábado 6 de mayo de 2017, el acusado se comunicó a través de mensajes de WhatsApp con Daiana. Mediante engaños logró que la víctima saliera de su casa del asentamiento Julio Abraham, Alderetes, y caminara hacia una parada de colectivos ubicada en la ruta Eva Perón porque él la pasaría a buscar. Le habría dicho que lo ayudara a llevar un aire acondicionado que había comprado y que le inventara cualquier excusa a su madre, pero que no le dijera que iba con él. Pasadas las 19 horas, la adolescente salió de su casa y no volvió a ser vista con vida. La Fiscalía cree que Suárez la privó de su libertad para luego causarle la muerte.

Al comienzo de la investigación fueron varias las líneas que se abordaron sobre el caso, entre ellas la hipótesis que sostenía que el acusado la había secuestrado y entregado a una red de trata de personas; teoría que fue descartada por la Justicia Federal porque no había pruebas para sostenerla.

Finalmente, Suárez fue acusado de los delitos de privación ilegal de la libertad seguido de homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía y por un hombre en contra de una mujer, mediando violencia de género. Sin embargo, esta calificación legal puede ser modificada a lo largo del proceso, sobre todo al tener en cuenta que hasta la fecha no se encontró el cuerpo de Daiana, que compruebe el homicidio.

Como el acusado optó por no decir palabra en la primera etapa del debate oral, se hizo lectura de una declaración que realizó el 13 de mayo de 2017.

En ella el imputado dijo que “conocía a la familia Garnica porque eran vecinos y tenían un quiosco al cual mi hija de ocho años iba a comprar”, pero que no tenía más relación que esa. Respecto del día en que desapareció Daiana, el acusado dijo que la última vez que la vio fue esa tarde del sábado a través de la ventana del negocio familiar de los Garnica cuando ella le preguntó si podía llevarla a comprar.

No obstante, el padre, la hermana y el hermano de Daiana aseguraron lo contrario en cuanto a la relación que mantenía Suárez con su familia y a lo ocurrido la tarde de ese sábado cuando testificaron ayer ante el tribunal, conformado por los jueces Dante Ibáñez (presidente), Rafael Macoritto y Diego Lammoglia.

“Con Suárez tenía una relación de amistad hasta que pasó esto, era como de la casa”, manifestó Ramón Garnica. “Él tenía una relación de confianza con mis hijas, a veces iba a su casa a tomar mates y a conversar o él venía a la mía”, agregó.

Joel Gabriel Garnica, hermano de Daiana, vive en la casa de al lado de sus padres y también tenía vínculo con Suárez. En su testimonio dijo que sus padres “en varias oportunidades cuidaron de su hija más chica; hasta se quedaba a dormir en la casa de ellos”. También dijo que el acusado fue el primero y uno de los únicos vecinos que conocieron sus padres en el barrio y que incluso compartieron algunas comidas y fiestas.

Elemento clave

Un elemento que le sirvió a la familia Garnica para probar que Suárez había intercambiado mensajes con Daiana fue el celular de la víctima. Cuando la joven salió de su casa dejó el teléfono cargando; mientras pasaban las horas y ella no volvía, su madre, Susana Cisneros, agarró el aparato y vio el chat con Suárez.

“Escúchame hermanita chikita est no tiene k saber nadien es una sorpresa para mi vieja por eso t dije k no sepa nadien inventale cualquier cosa ah t mama asi salgas un ratito lok no quiero kme falles y despues t llevo ast alderete (sic)” y “bueno dentro de un ratito t mand msj pero nole digas k vas conmigo en la moto ah nadien, desile k vas en colectivo si (sic)”, son algunos de los mensajes que el imputado le había mandado a Daiana.

“Mi mamá sabía desde el comienzo que Daiana iba a salir con Suárez; ella riendo le dijo a mi mamá: ‘Darío está loco, quiere comprarle un aire a la madre cuando ya está haciendo frío’”, declaró su hermana, Sonia Soledad Garnica . Además contó que Susana aprovechó la situación y le pidió a Daiana que de pasada comprara jugos y golosinas para su negocio.

El testimonio de Sonia se vio interrumpido por el corte de luz que afectó a varias zonas de la provincia al mediodía, por lo que el juez Ibáñez dispuso finalizar con su declaración y suspender el debate oral. Hoy continuará la segunda jornada en la cual se presentarán alrededor de 10 testigos citados por la fiscalía.

(Producción periodística: Micaela Pinna Otero)

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