Denunciaron penalmente por violación a Gonzalo Montiel

Denunciaron penalmente por violación a Gonzalo Montiel

Una joven hizo una presentación judicial y acusó al futbolista.

Gonzalo Montiel. Gonzalo Montiel.
31 Marzo 2023

Las cosas se complicaron para Gonzalo Montiel. El rumor se convirtió en denuncia y una joven lo acusó ante la Justicia de haberla violado durante una fiesta organizada por el futbolista de la Selección argentina el 1 de enero de 2019. 

Según su declaración judicial, tomó “algunos tragos” y perdió el conocimiento. Cuando llegó a su casa, notó signos de abuso. “Me dolía mucho la vagina y tenía hematomas en la entrepierna”, afirmó en la denuncia.

De acuerdo con ese relato, el hecho habría ocurrido el 1 de enero de 2019 en Virrey del Pino. La joven dijo que fue invitada a la fiesta por el propio Montiel y que le pagó el Uber para ir hasta allí. “Yo a él lo conocía por Instagram y tuvimos dos encuentros, incluso con relaciones sexuales consentidas”, relató.

“Llegué como a las 3 AM y lo veo a Gonzalo, quien me recibe y le digo feliz cumpleaños. Había un patio, había personas que eran familiares de él y una persona que se acerca me dice ‘Hola, soy la mamá de Gonzi’”, contó.

“Yo no desconfiaba del lugar, era una casa, con la familia y aparentemente los amigos del barrio, no había ningún famoso o futbolista. Me convidaron tragos, probé dos, no me los tomé enteros. No sé qué me estaban dando, todas las chicas tomaban, no pensé que me iba a pasar nada. Comencé a sentirme mareada y pensé que era normal porque nunca tomo alcohol. Me empecé a sentir muy mal, me dolía mucho la cabeza y pensé que me iba a desmayar. Le mando un mensaje a Gonzalo porque no estaba ahí y le dije ‘ayudame por favor me siento mal, llevame a mi casa’. Yo estaba en el baño. Cuando salgo me lo encuentro a Gonzalo y ahí no recuerdo nada más. Lo último que me acuerdo es la imagen de él, como si me hubiese desmayado”, continuó.

“Después me despierto en la entrada de la casa de él, que era una calle de tierra y había barro, sentada en el piso y veo la camisa blanca toda mojada. Y yo también mojada y llena de barro. Tenía la ropa desacomodada, el top torcido. La hermana de Gonzalo me decía ‘te voy a matar, no te metas con mi hermano, no lo nombres’, intentando pegarme patadas, que eran frenadas por las demás chicas presentes. Era todo un griterío y yo no entendía nada. Después no me acuerdo de nada más, solo que me desperté en un Uber. Yo iba con dos chicas que estaban en la fiesta y una me amenazó. Me dijo ‘ni lo nombres a Gonzalo, vos tuviste la culpa’. Me dijeron que no había parado de tomar y que era una borracha, que había estado desmayada como cinco horas. Llegué a mi casa como a las 12 del mediodía, intenté abrir la reja de mi casa, como pude, subí las escaleras. Me fui a bañar y empiezo a entrar en sí. Me dolía la vagina y tenía hematomas en la entrepierna y raspones en las rodillas y en el antebrazo”, agregó la joven.

“Agarro el celular -continuó- y tenía un mensaje de Gonzalo que me preguntaba si estaba bien. Y yo le dije ‘No, qué pasó?’. Y me dijo ‘Estuviste con alguien’. Y yo le dije que era imposible, que no me acordaba. Me deja de contestar cuando le pido explicaciones y me llega un WhatsApp de una mujer que decía 'Soy Marisa la mamá de Gonzi. Te violaron mamita, ponete óvulos'. Le mandé un audio desesperada, ‘cómo que me violaron’, me fui corriendo al CEMIC Hospital Universitario, por mi obra social, queda a seis cuadras de mi casa”.

“Llegué llorando porque tenía miedo por si me habían contagiado alguna enfermedad y me atienden por guardia. Me revisaron y me dijeron que tenía que tomar unas pastillas por el Protocolo de abuso sexual. Me trajeron agua y me dieron entre 8 y 10 pastillas. Relaté y dije que no me acordaba, solo dije que me dijeron que me habían violado. Ellas insistían en que vaya a un hospital público, como que querían sacarme de encima. Salí y vomité todo. Cuando fui a buscar la historia clínica dice como que yo tuve relaciones con un amigo y yo nunca mencioné a nadie de esas personas”, aseguró.

“Volví a casa y seguí hablando con la mamá y con Gonzalo. Le insistí para que me dijera con quién había estado. Le dije ‘decime el nombre y no te molesto más’ y me dijo ‘Alexis Acosta y después no hablamos más. La madre de Gonzalo me dijo ‘quedate tranquila que los amigos de Gonzi lo van a cagar a palos’, haciendo referenicias a Alexis. Ella intentaba hacerse la amiga y quedar como que me ayudó. Acá empieza el infierno cuando dije que iba a denunciar, que no quería que esto quedara así. Y la mamá de Gonzalo me decía ‘está en River y va a tener problemas con el club’ y me dijo ‘cuidate mamita sos muy bonita’, me repetía todo el tiempo”.

“Le conté a mi amiga Florencia y me decía si quizá Gonzalo no era culpable porque no me había acompañado al hospital o a hacer la denuncia. Yo ahí empecé a pensar y me hace ruido y empecé a atar cabos. La última cara que vi fue la de él, tal vez estaban encubriendo a Gonzalo o a un familiar; porque pienso que si era Alexis Acosta ellos me hubieran acompañado a denunciar. A partir de ahí con Gonzalo no hablé más y me seguía hablando con la madre, por consejo de mi amiga. Le dije a Marisa que iba a denunciar pero que no iba a mencionar a Gonzalo. La madre me agrega a Instagram para vigilarme y a los pocos días la bloqueé”, dijo.

“Fui a Virrey del Pino con mi amiga, a la comisaría. Cuando me hicieron pasar eran dos personal femeninos y cuando empecé a relatar lo sucedido y lo nombré a Gonzalo Montiel, ellas salían de la oficina y volvían a entrar, eso me ponía muy nerviosa. Mi amiga me dijo que había dos autos afuera de la comisaría con movimientos raros y no bajaba nadie. Firmé la denuncia, salí y entré al auto. Nos siguieron durante diez cuadras y los perdimos. Empecé a recibir llamados de un número oculto y una voz masculina muy correcta me decía ‘Olvidate de Gonzalo Montiel, borrá su nombre de tu cabeza’. Me llamaban y me decían ‘te queda muy linda esa camisa’. Me estaban siguiendo. ‘Te vamos a pegar dos tiros en la cabeza’, tuve pesadillas con eso”, afirmó la joven.

En su relato, aseguró que tuvo que cambiar de número telefónico y hasta de celular porque cuando hablaba por teléfono con otras personas sentía ruidos raros y pensó que la estaban espiando.

“En abril de 2019 le mandé un mensaje a Gonzalo diciéndole ‘te perdono por no haberme acompañado’ y él me respondió cortante como que no le interesaba y esa fue la última vez que hablé con él”, declaró.

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