El helicóptero y la seguridad en tiempos de campaña

El vuelo nocturno de un helicóptero encendió la alarma en casi toda la provincia. Los tucumanos hicieron decenas de conjeturas durante varios días. Pensaron que se trataba de un operativo antinarco, pasando por una megafuga de peligrosos presos del penal de Villa Urquiza y hasta el uso oficial de la aeronave para trasladar a los candidatos oficialistas que están en plena campaña. Esos vuelos tenían un solo objetivo: realizar tareas de prevención, según las explicaciones de las autoridades. Pero también hubo otros vuelos con la aparición de algunos paracaidistas que empezaron a lanzarse con propuestas para combatir la inseguridad. El clima electoral es cada vez más intenso y de la boca de los candidatos comenzarán a salir palabras para endulzar el oído de los electores.

¿Era necesario hacer semejante desplazamiento de fuerzas como se vio la semana pasada? Por supuesto que sí. Las autoridades decidieron implementarlo luego de que se registraron cuatro homicidios en menos de 72 horas; una cantidad de arrebatos que terminaron con personas lesionadas y otros tipos de delitos que pusieron nerviosos a funcionario del área y a la cúpula policial que sabe que está siendo observada. Todos saben que en estos días, una escalada de crímenes o un hecho policial grave puede generar todo tipo de problemas. Por ese motivo, decidieron marcar presencia en el territorio. Enviar un mensaje claro: aquí está la Ley. El problema no es que se lo haga, sino que se mantenga con el correr del tiempo y que no sea una reacción espasmódica ante algunas situaciones particulares.

¿Cuáles fueron los resultados conseguidos? A través de comunicaciones oficiales de los procedimientos llevados a cabo el martes 14 y el miércoles 15, la fuerza provincial, que contó con la colaboración de la Policía Federal y de Gendarmería Nacional, secuestró 114 motocicletas, arrestaron a 62 personas por contravenciones y aprehendieron a otras tres por haber cometido algún delito. ¿Los números son importantes? No, porque no hay nada nuevo bajo el sol. Estas cifras son importantes para entender dos cosas: en esta provincia ya es una cuestión cultural transitar en motocicletas que no están en regla o que no tienen los papeles para circular.

La segunda, no menos menor, es que los uniformados siguen aplicando la inconstitucional Ley de Contravenciones para la prevención del delito. Días atrás, se publicó en LA GACETA que el clima electoral frena los cuatro proyectos que hay para modificar esa norma creada en 1899 y modificada en plena dictadura militar. Las iniciativas duermen en la Legislatura desde hace ya más de una década.

Planes

El candidato a gobernador por el oficialismo Osvaldo Jaldo sabe que la seguridad es uno de los ejes más importantes de la campaña. No sólo pretende explotar electoralmente los resultados que se están consiguiendo con la ley de Narcomenudeo y con el Operativo Lapacho, sino que además sigue analizando detenidamente cuál es el desempeño de la fuerza. Ya no se reúne con la cúpula policial cada 15 días, pero sigue recibiendo información por parte de los comisarios más importantes. Paralelamente comenta sin tapujos que la lucha contra el delito será una de las prioridades si es que llega a ser electo. Lo demostró cuando estuvo al frente del Poder Ejecutivo. Para ello, está buscando hombres y mujeres con experiencia a quienes confiará esta ardua tarea. Los nombres están bien “tapaditos” y muchos se preguntan si los elegidos serán tucumanos o si habrá algún regreso.

Así como el candidato tranqueño esconde las cartas con las que jugará esta partida, al confirmarse que la dupla Roberto Sánchez-Germán Alfaro participarán de la contienda, en Juntos por el Cambio aceleraron los tiempos para diseñar su estrategia en la lucha contra el delito. Por ahora se sabe que algunos de los referentes de este espacio están recibiendo asesoramiento para mostrar el programa que pondrán en marcha si es que son elegidos por el voto popular. Cuentan que enviaron a sus representantes a otras provincias con el fin de conseguir información y conocer algunas experiencias que dieron buenos resultados en esos lugares. La idea es “tucumanizar” esas ideas porque, se sabe, el comportamiento de los ciudadanos no es el mismo.

Fuerza Republicana, el partido creado por el genocida Antonio Domingo Bussi, no dio demasiadas vueltas. A la triste frase “bala para la delincuencia y libertad para los vecinos” del candidato a intendente Eduardo Verón Guerra, se sumó el lema de Ricardo Bussi. “Que la próxima vida que se pierda no sea la tuya. Defendamos a nuestras familias de los delincuentes. Sí a la portación legal y libre de armas”, dice en un video el aspirante a ocupar el sillón de Lucas Córdoba. Estas propuestas, si se las analiza detenidamente, apuntan a una sola dirección: armar a los tucumanos. Por eso también es válido hacer algunas preguntas. ¿Podrá un gobernador ir por encima de una ley nacional? ¿Se imagina lo que puede suceder si esta iniciativa prospera en un territorio donde un incidente de tránsito termina en una pelea? ¿Una sociedad moderna debe regirse por el poder de las balas o de la ley?

A no olvidarse

Los tucumanos no comen vidrios y saben que en tiempos electorales cualquiera dice cualquier cosa y, a la larga, todo termina siendo un cúmulo de promesas incumplidas que nada aporta a la solución de la inseguridad. A saber:

- La presencia de más fuerzas federales en la provincia para luchar contra el delito y el crimen organizado. ¿Para qué? Rosario, hace casi una década, apostó a esta iniciativa y, con más de 4.000 hombres en sus calles, se sigue desangrando.

- Lograr que el Ejército se haga cargo de la lucha contra el delito es otro de las iniciativas que se escucharon en las últimas elecciones. En realidad, sería más fácil que en Tucumán nieve en Nochebuena que se cumpla con el anhelo de algunos. Primero hay que modificar la ley de Seguridad Interior y, después, ver si las tropas están en condiciones de cumplir con esta tarea. Simplemente no porque no fueron entrenados para hacer este trabajo. Por ese motivo, los hombres enviados a Rosario viajaron con otra propósito: realizar tareas comunitarias como recuperar espacios públicos o reparar escuelas. Pero no perseguirán a los narcos.

- La entrega a diestra y siniestra de alarmas vecinales en los barrios más conflictivos. Suenan lindo, lástima que nunca estuvieron conectados con la Policía. En otras palabras: los que deben combatir el delito nunca se enteraban que estaba registrándose uno.

Los tucumanos saben que escucharán cualquier cosa menos una propuesta: que todos los candidatos se reúnan en una mesa y elaboren un plan en conjunto para que, sin importar quién sea electo, sea puesto en práctica durante varios años y no cuando haya un cambio de gobierno. Aquí es evidente que es más importante hacer política con la seguridad que una política de seguridad que se mantenga con el tiempo.

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