Los pioneros locales del deporte de los puños

A partir de 1910, comenzó a llegar el boxeo a la provincia, como una novedad del puerto de Buenos Aires. La primera academia, los primeros combates, los primeros hombres de esta ruda práctica

NICANOR POSSE. Impulsó la primera academia en la provincia en 1915, dirigida por Abelardo Robassio. NICANOR POSSE. Impulsó la primera academia en la provincia en 1915, dirigida por Abelardo Robassio.
19 Marzo 2023

Por José María Posse

Abogado, escritor, historiador

El doctor Nicanor Posse, a su regreso de la Capital Federal, fue pionero e influyó decididamente para establecer en 1915, la primera academia de box a cargo de su amigo Abelardo Robassio, un notable sportman, que veía en este deporte no tanto un oficio, sino una manera de contribuir al desarrollo del físico de la juventud tucumana. En una nota a LA GACETA, el doctor Carlos Uriburu recordaba una frase de Posse: “Hay que fundar clubes -nos decía- para que los jóvenes empiecen a vivir de otra manera, a proyectar cosas en común, a cultivar el cuerpo y la amistad”. Por ende, a Posse le interesaba la filosofía de vida que la sana actividad deportiva encierra. Para ello fundó el Monteagudo Boxing Club y posteriormente el Boxing Club Tucumán.

Por su parte, Robassio era todo un personaje, que pasó a la historia como protagonista del primer combate profesional registrado en la Argentina, ante el irlandés Paddy Mac Carthy, pelea realizada el 9 de octubre de 1903.

Otros entusiastas, como Alberto Trejo recién llegado de su servicio militar en la Armada Argentina, conocieron en primera persona el germen de este deporte en los puertos y contribuyeron también a su difusión.

Los primeros concursos

En la Academia de Robassio, ubicada en Laprida 370, se realizó, en septiembre de 1916, el primer “Concurso de Boxeo Amateur”; la reglamentación fijaba al propio organizador como auspiciante y establecía que los púgiles debían estar asociados al Boxing Club Tucumán. Los combates fueron de tres rounds de tres minutos por uno de descanso, con guantes de ocho onzas. Las categorías que se presentaron fueron dos: livianos hasta 60 kg y medianos con más de 60 kg, los vencedores recibirían diploma y “medalla de oro”.

Siguiendo el indispensable libro de los hermanos Diego y Patricio Trejo, debemos destacar que en 1917, se presentó en la provincia José Lectuore, que luego de realizar un par de combates y entusiasmado por el ambiente, decidió instalar una academia de box en la calle Crisóstomo Álvarez al 300; posteriormente regresó a Buenos Aires donde en sociedad con Ismael Pace, funda el mítico estadio Luna Park.

Firpo en Tucumán

El 27 de septiembre de 1921, Luis Ángel Firpo se presentó en la ciudad ante Fernando Priano; por entonces Firpo era campeón sudamericano y un reconocido boxeador en ascenso. La pelea se llevó a cabo en el teatro Belgrano con una importante concurrencia de público.

La década de 1920 fue explosiva para los aficionados argentinos. El 14 de septiembre de 1923 se produjo el combate entre Jack Dempsey y Firpo en Nueva York, un hito para el desarrollo del deporte. Al regreso de aquella histórica pelea, Firpo pasó fugazmente por Tucumán invitado por la familia Remis, uno de cuyos hijos, el doctor Guillermo Remis, era un entusiasta aficionado al boxeo. La recepción fue apoteótica, dos cuadras repletas de gente dieron a su llegada un colorido singular.

Los diarios de la época, El Orden y LA GACETA dedicaron sus titulares y dos páginas completas al paso del célebre boxeador por la ciudad.

La Federación

Por ese entonces se multiplicaron los clubes donde se practicaba boxeo; en 1924, se creó la Federación Tucumana de Box, que en sus inicios tuvo como afiliados a los clubes Atlético Tucumán, San Martín, Bancarios, Sporting Club y Tucumán Boxing Club. Fue su primer presidente Miguel Frías y se fijó como sede la calle Corrientes 451, en la Secretaría del Club Atlético Tucumán. Este organismo matriz, controló y administró la actividad pugilística por muchos años, pero al desaparecer algunos de sus clubes y mermar la actividad, se desactivó, para resurgir en 1960 como Asociación Tucumana de Box.

En estos años Gustavo Carabajal Posse se destacó como mediano y medio pesado. En 1925 combatió con Antonio Ballester, boxeador aficionado de origen español, que con tan solo 16 años venía de sorprender al público porteño que lo consagró en una pelea improvisada. Debió suplantar a uno de los boxeadores estelares y ganó.

Este singular caballero se estableció en Tucumán y abrió una prestigiosa academia donde se impartieron clases de boxeo hasta su muerte, en 1965.

Asimismo fue un notorio profesor de gimnasia del Colegio Sagrado Corazón y del primitivo Club Natación y Gimnasia, gran sportman e impulsor no solo del boxeo, sino también de la natación y la gimnasia en general. La Academia Ballester fue su gran legado.

Campeones tucumanos

El 7 de mayo de 1931, se consagraban campeones argentinos amateurs dos figuras que contribuyeron significativamente al desarrollo técnico del pugilismo en la provincia: José Madozzo y Ramón Barros Sosa, producto de las primeras academias de la ciudad.

El 3 de diciembre de 1931 se constituyó la Comisión Municipal de Box, conformada por Juan Vargas Nievas y Alberto Trejo. Posteriormente, surgieron nuevos valores como José Martorell, que se coronó campeón nacional y representó a la Argentina en los primeros Juegos Panamericanos de 1937, desarrollados en Dallas, Estados Unidos. En esa época los estadios de fútbol de Atlético y San Martín servían como anfiteatros para los convocantes encuentros pugilísticos.

Se destacaron también en este período: Aurelio Coronel, Víctor Cuenca y Manuel Huerta, de gran pegada. Párrafo aparte merece Carlos Berta, “El Torito del Colmenar”, tal vez el mejor boxeador que tuvo la provincia, discípulo de los grandes maestros Robassio, Daniel Segura y Antonio Ballester. Su dilatada campaña incluyó 178 peleas, de las que perdió cuatro y de ellas tan solo una como profesional. Se inició en la categoría liviano en 1932; como mediano fue campeón provincial en 1935; dos años después, ya en la categoría medio pesado, fue campeón de campeones en Córdoba; se consagró campeón invicto en el certamen internacional organizado en el Luna Park en 1937 y finalmente, en 1939, fue Campeón Sudamericano Amateur en Perú. Finalizada esta brillante campaña, pasó al profesionalismo con igual éxito, hasta su retiró en 1946.

Expansión

La década de 1940, fue un período de expansión del boxeo en Tucumán, con gran cantidad de aficionados.

Se organizaron numerosos torneos con marcada participación de cada barrio de la ciudad; también a nivel escolar se realizaron campeonatos entre estudiantes secundarios y universitarios. Este accionar del deporte llevó a cabo una gran integración social. Entre otros, se destacaron Ramón Rosa Ruiz, Teodoro Gauna, Carlos Bollea, Víctor Cuenca, Enrique Arrieta, Valentín Remis, Alberto Trejo (h), y Ricardo y Enrique Martínez Pastur. A partir de 1950 y hasta entrados los años 80, se desarrolló la etapa de oro del boxeo argentino y Tucumán fue reflejo de esta.

En esta época se consolidó la Asociación Tucumana de Box y se reorganizó la Comisión Municipal de Box. Profesionales de la talla de José María Gatica, en 1951, y del Campeón Mundial Pascual Pérez, en 1954, se presentaron en la provincia. Asimismo y por un corto periodo en la década de 1950, fue la casa del superlativo Luis Federico Thompson desde donde se proyectó a disputar el título del mundo, luego de vencer a Don Jordan en un histórico combate en el Luna Park el 12 de diciembre de 1959.

También pasaron por la provincia prestigiosos directores técnicos como Pedro Cuggia, que publicó en la provincia un completo tratado sobre el boxeo titulado “Secretos del ring”.

Las grandes figuras

Surgen, entre los años 1960 y 1980, los boxeadores más convocantes y populares que tuvo la provincia: Cirilo Pausa, Emilio Ale Alí “El Dinamitero del Abasto” y Horacio “La Pantera” Saldaño; también se destacaron Juan Carlos “El Torito” Velarde y Ramón “El Matador” Cruz, que se lucieron en sus dilatadas carreras en las dos catedrales que tenía el boxeo en ese momento: el Luna Park en Buenos Aires y Villa Luján en Tucumán.

Cirilo Pausa, oriundo de Córdoba, hizo toda su carrera en Tucumán. Debutó como profesional el 24 de mayo de 1961, en la categoría liviano y se retiró en 1970, realizó 69 combates, ganó 46, perdió ocho y empató 15.

Emilio Ale Alí fue un carismático boxeador, muy querido en Tucumán, que por su gran pegada y relación con el Mercado de Abasto, adquirió su mote. Debutó como profesional el 1 de abril de 1956, en la categoría mediano y se retiró el 15 de octubre de 1971, con 103 combates, de los cuales ganó 65 por la vía rápida, perdió 22 y tuvo 16 empates. Batalló con todos los grandes boxeadores de entonces. Se destacaron los dos combates realizados con Carlos Monzón por el título argentino y al principio de su carrera con Luis Federico Thompson. Su estampa característica aún se recuerda en nuestra provincia.

El último gran valor de esta época de oro fue Horacio “La Pantera” Saldaño, muy querido tanto en Tucumán como en Buenos Aires. Llegó a combatir por el título del Consejo Mundial del Boxeo con el mexicano José Ángel Mantequilla Nápoles en 1974; debutó como profesional el 23 de febrero de 1965 y se retiró el 10 de agosto de 1983, en un recordado combate contra Ubaldo Sacco en el Luna Park. Tenía en su haber 88 combates, 61 ganados, de los cuales 15 fueron por nocaut, 13 derrotas y 13 empates.

Cabe destacar en este periodo a Antonio Martín Comanchi, campeón argentino, sudamericano y primero y único boxeador tucumano que representó a la Argentina en los juegos olímpicos de Berlín 1972.

También descolló Luis “Quincha” Pérez, campeón argentino amateur en 1974, y protagonista de recordadas veladas, incluso una en el estadio de San Martín como previa de un partido de la selección argentina de fútbol.

Villa Luján

En la década de 1970 se consolida como principal estadio de boxeo el Club Defensores de Villa Luján, bajo la presidencia del doctor Julio Matías Prebisch, otro recordado impulsor de este deporte. En esos años también sobresalió José Madozzo como técnico. y Vidal Lavín, como segundo, una recordada dupla en el rincón de los más prestigiosos boxeadores que pasaron por Villa Luján. Otro gran técnico fue Arturo Rosa Ruiz, un cultor del jab de izquierda, sello inconfundible de todos sus pupilos. En la década de 1980, hubo boxeadores destacados que representaron dignamente la provincia de Tucumán, como Pedro Armando Gutiérrez, que fue campeón argentino y mundial, con una dilatada carrera de 118 combates; si bien nació en Tucumán, hizo toda su carrera en Buenos Aires. Ricardo Valenzuela, campeón argentino profesional; Pedro Ruiz, campeón argentino amateur; Dante Molina, Pedro Soria, Carlos Arrieta y otros. En 1990, Pedro Décima, que desarrollo su campaña en Buenos Aires, se consagró campeón del Consejo Mundial de Boxeo, en California, ante el norteamericano Paul Baunke.

Pucheta y los Ruiz

A fines de la década de 1990 y principios del 2000 surgen créditos locales como Manuel Pucheta “El Bombardero” del Mercofrut, campeón del mundo hispano al igual que Orlando Farías. A partir de 2000 aparece en escena la familia Ruiz, estirpe de boxeadores, entrenados y formados por su padre, Rubén Dardo Ruiz. Obtuvieron notables logros: Rubén Darío “Bad Boy”, como amateur fue invicto y como profesional fue campeón latino, sudamericano y peleó por el título de la Organización Mundial de Boxeo en la categoría mosca. Su hermano Diego “El Profeta” Ruiz fue campeón amateur del noroeste argentino, como profesional fue campeón argentino y triple campeón latino en la categoría gallo. Por último, Rodrigo Ruiz, campeón de los torneos Evita, dos veces campeón argentino amateur, y medalla de bronce en el campeonato mundial juvenil de Estados Unidos y campeón Latino de la Federación Internacional de Boxeo.

Nuevos aires

En las últimas décadas comenzó a desarrollarse el boxeo femenino amateur, más tarde el profesional, en el que se destacan Emiliana Tardan; Cecilia “La Pantera” Mena, campeona Mundial Latina y Silvana Gómez Juárez, que hizo gran parte de sus combates en México. En la actualidad, el deporte es practicado en numerosos gimnasios, en donde abnegados profesores y técnicos difunden a la juventud tucumana aquellos valores deportivos legados por los fundadores y propulsores del boxeo en Tucumán.

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