NUEVA YORK.- La sonrisa de Tom Cruise tiene un brillo especial estos días, en los que hace demostraciones de su ortodoncia mientras promociona entre la prensa su nuevo estreno, "Minority Report". "No se trata de un arreglo cosmético, sino funcional", ha insistido una y otra vez el actor, que posee la sonrisa más cara de Hollywood y es la estrella más taquillera de esta industria.
Cruise, que cumple 40 años el 3 de julio, lleva este aparato en los dientes desde enero, para corregir lo que llama "un problema al morder", algo que espera ver resuelto en octubre, antes de su próximo rodaje.
Buena venta
"No podía cerrar la boca", indicó entre risas en la noche del lunes durante el programa televisivo del famoso presentador David Letterman.
"Estaba enterándome de ortodoncias para los niños, y cuando me marché de la oficina del dentista, iba ya con el aparato puesto. Supongo que me convenció. Era un buen vendedor", aseguró.
Sus comentarios sobre su ortodoncia, que lo han llevado a mostrar el aparato en cámara, casi han eclipsado la promoción de su nuevo filme. Dirigido por Steven Spielberg, se espera que sea uno de los grandes estrenos de esta temporada. Basado en un relato corto de Phillip K. Dick, "Minority Report" describe una sociedad futurista en la que es posible predecir un crimen antes de que se cometa.
El filme es la primera colaboración entre Cruise y Spielberg, amigos personales desde 1983, cuando se conocieron durante el rodaje de "Risky Bussiness". La película (ver nota en esta página) tuvo gran repercusión, aunque fue opacada por otro trabajo de los estudios Disney.
Sin embargo, la sonrisa de Cruise -junto a la española Penélope Cruz- durante el estreno mundial en Nueva York acaparó la atención de sus seguidores, además de las bromas de humoristas como Letterman.
Por un juego
"¿Ortodoncia? ¡Daría un millón de dólares por tu sonrisa!", bromeó el presentador de televisión, conocido por el espacio que hay entre sus dientes. Cruise, con su humor habitual, se tomó el comentario a broma mientras recordó al público que parte de la culpa del estado de sus dientes la tuvo el día que jugó a ser un "ogro" con sus hijos.
"Es ese juego en el que les persigues para comerlos y cuando les das alcance luego son ellos los que se convierten en ogro. Yo miraba para otro lado mientras me perseguían y me golpeé con una barra", explicó. (Especial)