Además del calor hay que preocuparse de la sequía

Además del calor hay que preocuparse de la sequía

La urbe y las altas temperaturas no se llevan bien. Los niveles de agua en los diques de Escaba y El Cadillal se encuentran por debajo de su reserva promedio. El fenómeno de La Niña continúa haciendo estragos.

Además del calor hay que preocuparse de la sequía

Hace tanto calor que el aire, las bebidas frescas y la buena voluntad no alcanzan para sobrellevar el día. En busca de escape, quedan los viajes a algún lugar con mayor verde para disfrutar del fin de semana… sin embargo, al querer mojar nuestros pies en El Cadillal, nos damos cuenta de que el agua del dique es escasa. ¿Qué relación hay entre las altas temperaturas y la pérdida de nuestro recurso más preciado?

“Lo que ocurre en El Cadillal es evidencia de la grave sequía que atravesamos en Tucumán; lo mismo está pasando en el dique de Escaba y de Río Hondo. Al no llover en la cuenta la reserva de agua lógicamente disminuye y no existe una reposición natural”, indica Carlos Giobellina, subsecretario de la Dirección de Recursos Hídricos de la provincia.

A ese panorama se suma una baja en los niveles de aguas subterráneas y, por lo tanto, problemas con la provisión de los acuíferos. Sin ir demasiado atrás en el tiempo, en septiembre de 2022 el organismo declaró -a través de la resolución N° 730- una emergencia por escasez de agua en todo el territorio. “La situación continúa siendo crítica, se necesita hacer una economía del agua y no malgastarla bajo ningún aspecto. Esto también implica trasladar los esfuerzos de preservación a cada hogar”, comenta Giobellina.

Récords poco gratos

2023 es el tercer año consecutivo en que el fenómeno de La Niña permanece vigente. Según los datos arrojados por la Organización Meteorológica Mundial este hecho resulta excepcional ya que solo ocurrió en dos ocasiones desde 1950.

“El vínculo entre este fenómeno y la falta de precipitaciones pasa porque precisamente se modifican los patrones de lluvia. Además, La Niña se caracteriza por producir un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales que hay en el Pacífico ecuatorial. Con los cambios en la presión y el viento eso conduce a que las tormentas o descargas intensas se hagan esperar”, comenta la meteoróloga Azucena Miranda.

La otra parte de la culpa se la lleva el cambio climático. “Las olas de calor y esta sensación asfixiante van a aparecer aún con mayor frecuencia e intensidad en el futuro. Los gases de efecto invernadero que se liberan no son ningún chiste; nuestras acciones contra el medioambiente exacerban los extremos climáticos y ahora nos toca vivir las consecuencias”, agrega.

La evidencia no solo aparece en la cuenta de la electricidad o la permanente transpiración. Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMI) en Argentina vivimos el verano más cálido desde 1961; con 1,3 °C por encima de la temperatura normal.

“Con ese antecedente resulta probable que nuestro otoño no sea tan frío como en otros años o el cambio brusco de temperatura arranque tarde. Predecir lo que ocurrirá dentro de unos meses resulta complejo, pero acorde a las estadísticas la sequía en Tucumán continuará al menos hasta mayo”, advierte Miranda.

Dentro de las urbes, la arquitecta Lorena Berardi añade que la falta de áreas verdes, arbolado y la predominancia de altos edificios ocasionan un tapón estructural que tampoco colabora a aligerar el malestar de los ciudadanos.

Pese al calor, la rutina debe seguir y eso implica hacer largas colas a los rayos del sol, sufrir atascos vehiculares en los peores momentos y sortear las veredas en busca de algo de sombra. “En lo que refiere a funcionalidad, Tucumán carece de un sentido ambiental crítico. Nos quedamos estancados en una época donde las temperaturas eran menores y se permitían ciertas estructuras edilicias que actualmente son sofocantes. Los materiales empleados en los comercios y los edificios, las formas de la arquitectura y el trazado vehicular juegan un rol importante en la percepción o la asimilación indirecta del calor”, acota la docente universitaria.

Consejos para evitar los golpes de calor

En esta época debemos mantenernos alerta para no sufrir un golpe de calor. Cómo síntomas de descompensación es habitual sentir dolores de cabeza, desgano generalizado y un notable aumento de la transpiración.

También podemos experimentar sed intensa o sequedad en la boca, náuseas o vómitos y mareos. Frente a estos casos, el Ministerio de Salud de La Nación recomienda:

- Consumir de dos a tres litros de agua por día, sin esperar a tener sed para hidratarnos. Esa cantidad no debe reemplazarse con gaseosas, café ni jugos azucarados.

- Omitir las comidas demasiado abundantes o con ingredientes que provoquen pesadez. Lo mejor es optar por carnes magras, verduras y frutas frescas.

- Nunca exponernos directamente a los rayos entre las 12 y las 16 horas.

- Vestir ropa ligera y de colores claros para que la piel logre respirar. Es preferible no usar textiles con mucho poliéster, nylon u otros materiales sintéticos.

- Utilizar protector solar antes de salir al exterior para evitar quemaduras y manchas en la piel. También procurar emplear protección al permanecer en balnearios, campings o áreas verdes sin sombra.

Pronóstico extendido

Después de varios “intentos fallidos”, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anunció que durante hoy a la tarde se producirían algunas tormentas aisladas en Capital.
La mínima será de 21 °C y la máxima de 32 °C, con un 40 % de probabilidades de precipitación. Para el jueves y sábado también se esperan tormentas aisladas en algunos puntos de Tucumán (San Miguel de Tucumán y Yerba Buena) y leves ráfagas de viento con una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora.

Comentarios