Leo Mayer: “Hicieron mal las cosas”

Leo Mayer: “Hicieron mal las cosas”

El "Yacaré" sostiene que no se aprovechó el envión de haber ganado la Copa Davis.

EN TUCUMÁN. Mayer habló de su rol de entrenador, en el que se siente cómodo, y de la formación de jugadores.   EN TUCUMÁN. Mayer habló de su rol de entrenador, en el que se siente cómodo, y de la formación de jugadores.

Con una simple anécdota, Leonardo Mayer explica su presente. “Para venir a Tucumán me traje medio kilo de yerba. Cuando viajaba por el exterior llevaba dos, por lo menos. Sé que acá puedo comprar”, relata. Sí, los tiempos y las costumbres han cambiado para el correntino. Ahora es entrenador, un rol en el que se define “hipercómodo”. Así se mantiene el vínculo del “Yacaré” con el deporte que lo tuvo como protagonista, en 2016, de la conquista de la Copa Davis. A siete años de aquella hazaña y luego de 18 de carrera profesional, Mayer -ex número 21 del mundo- habla de lo que pasó y de lo que viene.

- ¿Pensabas que ibas a ser protagonista de un logro como ganar la Copa Davis?

- Cuando empecé a jugar al tenis nunca pensé que iba a ser profesional. Y después no imaginé que iba a llegar donde llegué. Mi calendario siempre lo armé para jugar bien la Davis, resigné muchas cosas y eso a larga se paga con algo bueno. A mí me pagó con la Copa. Lo que les explico a los chicos que entreno es que no puedo asegurarles que van a ser los mejores y que llegarán muy lejos, pero que si se entrenan mucho van a estar más listos que otros.

- ¿Se aprovechó esa Davis que ganó Argentina?

- (Se ríe antes de responder) No. Para mí hicieron mal las cosas. Era el único logro concretado en muchos años, ganamos algo importatísimo y por primera vez. A veces, no se entienden esas cosas. Uno era jugador, tampoco es que podía estar empujando. Mi trabajo era ser jugador, no que la Copa Davis se aproveche. Había otras personas en ese momento que no lo hicieron.

- ¿Crees que podremos conseguir otra Copa?

- Hay material. A veces, lo deportivo es medio injusto. Ahora se perdió contra Finlandia, pero era difícil: una cancha en el otro lado del mundo, reincómodo. El resultado es consecuencia de lo que uno va haciendo. Si uno hace bien las cosas en algún momento va a ganar. El equipo está muy bien y el cuerpo técnico le pone todas las ganas. No se pudo este año llegar a las finales y ahora hay que jugar el repechaje.

- Lituania es el rival y se dice que hay posibilidades de que se juegue en Tucumán...

- Ellos tienen un par de jugadores muy buenos, pero nosotros tenemos más. Aunque se sabe que la Davis es especial, no importa el ranking, sino que los equipos puedan explayar su nivel. Si se juega en Tucumán estaría bien. Estamos al nivel del mar y las canchas son bastante lentas, lo que es muy bueno para nosotros. Veremos qué decide la Asociación Argentina.

- Diego Schwarztaman está entre esos “muy buenos jugadores”, pero no pasa un buen momento. ¿Qué puede hacer para recuperarse?

- Un jugador tiene varios ítems por cubrir. Los de Sudamérica, en especial, tienen un desgaste mayor que los europeos. Primero por logística: a una gira la programás, por lo menos, un mes lejos de casa. El europeo va un sábado al torneo, juega lunes, martes; pierde y se vuelve a su casa a seguir entrenándose. Por otro lado, luego de 10 o 12 años de circuito el desgaste es altísimo. Te empezás a hacer más grande; sos consciente de muchas más cosas y cuesta soltar. Tenés más vida extra y te vas agotando. Pienso que de nivel él está bien, le faltaría acomodarse un poco. Cuando lo haga, va a ser un jugadorazo y estará arriba otra vez.

- En Tucumán hay ex tenistas acompañando a jugadores que empiezan; Gabriel Markus y Hernán Gumy, por ejemplo. Ellos empezaron entrenando en el circuito mayor y después cambiaron. En tu caso es a la inversa. ¿Cuál fue el motivo?

- Un poco porque se dio así, pero a la vez me gusta enseñar de más abajo. Mi objetivo es que los chicos que empiecen conmigo, hasta el día que ya no estemos juntos, hayan mejorado. “Ahora están acá y después no más abajo”, eso sería lo satisfactorio. No estaba muy desesperado por ser entrenador, pero me surgieron estas oportunidades.

- Acompañaste a Román Burruchaga y a Marina Bulbarella; ¿hay muchas diferencias entre conducir a un hombre y a una mujer?

- Es muy diferente, los circuitos son muy distintos. La forma de encarar un partido, las sensaciones de cada uno, de cómo lo ven. Hay que aprender y me gusta. Como yo les enseño a ellos, también aprendo porque son cosas nuevas para mí. Yo me recibí de jugador de tenis, ahora estoy aprendiendo a ser entrenador.

- ¿Tratás de copiar lo que hicieron tus entrenadores o intentás marcar una impronta?

- De cada entrenador aprendí mucho. Y ahora voy entendiendo lo que me decían a mí. Me estoy dando cuenta de muchas cosas.

- De acuerdo con eso ¿harías algo diferente como jugador si pudieras?

- Uuuuy sí… Me encantaría porque pienso que podría haber mejorado más. A los chicos trato de anticiparles lo que les puede llegar a pasar; eso yo no lo tuve. Que se preparen para el golpe que les va a venir o decirles: “capaz que no vas a jugar bien por esta razón”.

- ¿También les anticipás que económicamente, van a pasar por situaciones difíciles? Cuando te retiraste una de las razones era porque el dinero no alcanzaba.

- Eso se sacó un poco de contexto. Lo que yo quise decir era que estaba difícil. Cuando uno hace la proyección del año toma en cuenta los torneos que sabe que podrá jugar según el presupuesto. En esa época yo jugaba los torneos más chicos y mantenía un equipo grande, entonces no me estaba alcanzando, pero lo seguía haciendo. Yo les marco a los chicos, según mis experiencias, que elijan lo mejor posible, que ahorren en unas cosas y en otras, no.

- ¿Torneos como los que se juegando acá generan ahorro?

- Cuanto más se juegue en el país, mejor. Primero porque la competencia es alta, ya que viene la gente de afuera. Segundo, porque es bastante más económico. En un calendario de 28 torneos que son 28 viajes, si podés jugar la mitad o un poquito menos en el país, el costo es muchísimo menor. Y podés venir a un lugar como Tucumán acompañado. Por eso lo de Mercedes Paz, de ponerse el tenis al hombro dándoles la posibilidad a los jugadores, es admirable. El año pasado hice un torneo en Corrientes, un challenger, y se lo difícil que es. Es mucho más fácil ser entrenador.

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