El jaldismo expectante y la nueva interna del PJ

El jaldismo expectante y la nueva interna del PJ

El jaldismo expectante y la nueva interna del PJ

El justicialismo tucumano se está metiendo de lleno en una campaña para las elecciones que marcarán el fin de un ciclo político. Tras ocho años (una reelección mediante), se dará la renovación total de las autoridades electivas. Como todas las fichas vuelven a la caja, la puja por no quedar afuera del tablero es intensa entre las distintas líneas por debajo del gobernador Juan Manzur y del vicegobernador Osvaldo Jaldo. Los números de las últimas encuestas y los entuertos en Juntos por el Cambio hacen sonreír al oficialismo. A diferencia de lo que sucede con el sector mayoritario de la oposición, el peronismo llega a esta instancia con las definiciones necesarias: la interna por la sucesión entre sus dos referentes se dirimió en 2021; está unido donde tiene que estarlo; tiene su candidato a gobernador ya confirmado y la mayoría de las listas oficiales y acoples están integrados. Inclusive, ya tienen hasta el nombre con el que competirán y ya inscribieron en la Junta Electoral al Frente Todos por Tucumán (FTT).

Si bien aún resta que la Corte nacional se expida sobre si el ex Jefe de Gabinete puede postularse para la vicegobernación, allegados a su despacho afirman que está confiado en que obtendrá el OK. En el entorno de Manzur consideran que la resolución tendría que darse durante esta semana. La espera, sin embargo, no condiciona la agenda.

El miércoles, cuando Jaldo reciba a Manzur en la Cámara para la apertura del año Legislativo habrá un ensayo de lanzamiento. Los organizadores adelantan que el discurso anual tendría párrafos políticos y que la movilización de militantes en los alrededores del edificio sería -según prometen- la más grande en décadas. Durante los últimos años, la pandemia y el interinato habían hecho que la mesura marcara este acontecimiento.

Las buenas perspectivas generan mayores ansias en la dirigencia, que teje y desteje las últimas alianzas a contrarreloj. La relación entre Manzur y Jaldo pasa por un muy buen momento y ninguno hará nada para molestar al otro porque se han convertido en aliados clave. Si bien la dupla trabaja en conjunto y seguirá compartiendo la agenda institucional y la de campaña, el manzurismo y el jaldismo trazan sus caminos en paralelo. Están en el mismo equipo y todos trabajarán con el fin medular de sumar para ganar la gobernación, pero siguen siendo dos vertientes que vivirán una nueva interna peronista, con sus matices comarcanos. En el territorio,sobre todo en el del interior, es donde más claramente se dimensiona. Se reeditarán varios clásicos de los peronismos locales que, a su vez, también se jugaron durante la interna como las disputas entre los Monteros y los Khoder en la Banda; los Salomón versus los Silman en Alderetes, los Mansilla contra los Fernández en Aguilares, los Morghenstein-Najar en Las Talitas o Caliva-Yapura Astorga en Tafí del Valle, entre otros.

Para recabar la mayor cantidad de votos se han habilitado colectoras ilimitadas. El PJ sacará una vez más jugo al sistema y dos estimaciones dejan dimensionarlo: en las comunas, el oficialismo tendrá como mínimo cinco candidatos a comisionado y hasta 10 y hay postulantes para las intendencias que llevarán entre 30 y 40 acoples de concejales.

Como ya se había descripto en esta columna, en las huestes fieles al actual titular del Ejecutivo miran de reojo lo que sucede en Buenos Aires por las posibilidades que puede tener Manzur de integrar una fórmula para la presidencia. Mientras, entre sus filas afirman que en la eventual próxima gestión, el manzurismo pretende recostarse en la Legislatura y jugar con todo para quedarse con el Municipio de la Capital y gobernar la ciudad con Rossana Chahla. Hay dos pensamientos que sobresalen en esa vereda. Los más descreídos sostienen que, una vez en el poder, Jaldo no los tendrá en cuenta y deberán sobrevivir en los espacios que puedan. Los que han pasado varias gestiones, en cambio, vaticinan que gran parte terminará naturalmente contenida en el jaldismo. “El 15 de mayo seremos todos jaldistas, así es la política”, bromeó un veterano.

En la antesala del poder

¿Qué pasa puertas adentro del jaldismo? Jaldo mantiene la prudencia y se muestra enfocado en no marcar diferencias a la hora de la campaña. Sabe que es el candidato de todos y que todos sumarán para él. Aunque en el manzurismo miden cada uno de sus gestos, comparte actos y reparte abrazos con referentes de todas las ramas y secciones. Cuentan que, incluso, tuvo que intervenir y hablar con sus cercanos para frenar algunas jugadas contra manzuristas y apaciguar los ánimos en el interior.

Los gestos con su autodenominado jefe de campaña son recíprocos. Un ejemplo claro fue el anuncio del acuerdo por la paritaria docente, del que Manzur hizo partícipe especial a su compañero de fórmula.

Al margen de esta buena relación, la dirigencia jaldista tiene expectativas lógicas en lo que puede venir. En el equipo del tranqueño este 2023 se espera desde hace años. Si bien los primeros atisbos del jaldismo datan del 2015 y se sitúan en la Legislatura, el acta de nacimiento de esa línea justicialista tiene como fecha el 8 de marzo de 2021. Fue el día en el que las diferencias subterráneas entre Manzur y Jaldo se manifestaron públicamente en la elección del ombudsman. La pelea por la sucesión se dirimió en las urnas durante las PASO nacionales. La suerte estuvo del lado del vice que perdió esos comicios, pero terminó ganando. La sorpresiva partida de Manzur al Gobierno de Alberto Fernández los obligó a sellar la paz y depositó al vice en la gobernación y en la fórmula. El espacio se fogueó como contracara del manzurismo en una confrontación que a las cabezas les convino dejar atrás temprano. Durante este año y medio, Jaldo estuvo dedicado a la gestión, a mantener la paz con Manzur y a los comicios.

El armado electoral quedó levemente relegado hasta último momento. Está previsto que en los próximos 15 días se concreten las presentaciones de todos los candidatos del Frente,de los oficiales y de los acoplados. Si bien hay armados mezclados, en términos generales los representantes jaldistas quedaron concentrados en una colectora fuerte: Tucumán para la Victoria. En una generalización podría decirse que los combinados oficiales recayeron en manos de manzuristas.

En los pasillos legislativos cuentan que están conformes con los acuerdos efectuados y que la meta que se propusieron es ser el más votado en las tres secciones, para fortalecer en la Cámara la posible gestión de su jefe político en la Casa de Gobierno. También porque saben que una interna puede reverdecer con el paso del tiempo y que los lugares ganados en las urnas son clave.

En la Capital, la lista está encabezada por el legislador Tulio Caponio y le siguen los también parlamentarios Javier Morof y Sara Alperovich. En el cuarto lugar quedó un manzurista: el concejal David Mizrahi. El presidente del Concejo Fernando Juri lidera la nómina para su reelección y es secundado por el legislador Dante Loza. Esperan poder sumar dos bancas legislativas y dos del cuerpo vecinal. Apuntan a que puede haber corrimientos porque algunos de ellos podrían formar parte del futuro equipo ejecutivo, si es que el PJ se queda en la Casa de Gobierno. Con sus propios conjuntos participarían, por el momento, Ramón Santiago Cano, Guillermo Gassenbauer o Daniel Deiana. Aún restan algunas definiciones.

Deberán confrontar contra la lista oficial que encabeza Pablo Yedlin y Ernesto Nagle y las colectoras de los “caciques” como Carolina Vargas, Gerónimo Vargas, Cristian Rodríguez, Armando Cortalezzi, Carlos Issa Assán, Renee Ramírez y Mario Leito.

En el Oeste, el oficialismo está atomizado y un poco más mezclado. El armado jaldista tiene a la cabeza al monterizo Regino Amado, que acordó con el intendente local Francisco Serra, manzurista que irá segundo. Algunas perlitas en ese listado: figuran Nancy Bulacio, mediante un acuerdo con Roberto Palina y el legislador ex bussista Juan Rojas. Dicen en este conjunto que de las 43 comunas de la sección, cuentan con el apoyo de 18.

Acción Regional, otra nómina jaldista, reúne a los espacios de Antonio Ruiz Olivares, Raúl Ferrazano y Roque Álvarez.

Al frente tendrán a la oficial de los manzuristas Sergio Mansilla-Javier Noguera (están también los intendentes de Alberdi, Sandra Figueroa y de La Cocha, Leopoldo Rodríguez) y a los armados de Carlos Najar-Carlos Gallia, los Mellizos Orellana y Regino Racedo.

En el Este, el intendente bandeño Darío Monteros lleva adelante el conjunto afín al vicegobernador para el Legislativo. Los planes son lograr hasta seis escaños. Confluyen en la nómina sectores como los de los intendentes Aldo Salomón (Alderetes), Marcelo Herrera (Simoca), Alejandra Cejas (Graneros) y de los legisladores Daniel Herrera, Maia Martínez y Francisco Gómez.

En esa sección está más polarizado, porque hay una lista fuerte más, que es la manzurista que encabeza el legislador Jorge Leal. Hay un tercer grupo oficialista, de Tomás Cobos, hijo del defensor del Pueblo que se postula por Acción Regional.

Si bien aún hay tiempo para modificaciones, estos serían los nombres que el jaldismo pretende imponer en las urnas. Mientras el equilibrio parece primar entre Manzur y Jaldo, la competencia por debajo de ellos sube de temperatura porque en mayo todas las fichas vuelven a la caja y nadie, ni en el jaldismo ni en el manzurismo, quiere quedarse en ella durante cuatro años.

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