El asesinato de José Porcel: “Con 80 años no tenía oportunidad de defenderse”

El asesinato de José Porcel: “Con 80 años no tenía oportunidad de defenderse”

La viuda del agricultor y uno de sus empleados, quienes atestiguaron por el asalto, brindaron detalles y reconocieron a los acusados

CARA A CARA. Guillermo Luna (remera celeste) se enfrenta al imputado José Ramón Rojas (camisa oscura) y lo reconoce: “él fue quien me ató y robó”. CARA A CARA. Guillermo Luna (remera celeste) se enfrenta al imputado José Ramón Rojas (camisa oscura) y lo reconoce: “él fue quien me ató y robó”. La Gaceta / fotos de Antonio Ferroni

“Más de 50 años vivimos juntos en esa casa. Siempre estuvimos en el mismo lugar. Lo último que le escuché decir fue: ‘soltame, me falta el aire’. Lo estaban estrangulando. Un hombre de 80 años no tenía posibilidad de defenderse contra tres asaltantes”, declaró María Victoria González (75 años), la viuda del agricultor José Porcel. El testimonio de la mujer estuvo cargado de emotividad, principalmente porque fue testigo presencial del hecho y porque su presencia en el debate estuvo en duda hasta último momento.

“Mi mamá quiere declarar. Le planteamos que a su edad podía no hacerle bien revivir esto, pero no hubo manera. Tampoco aceptó hacer su declaración por Zoom”, le dijo la querellante, Ana Lía Porcel, a LA GACETA.

El crimen

El 26 de junio de 2020 una banda irrumpió en la finca de La Ramada de Abajo de Porcel. Los ladrones ataron de pies y manos a un empleado y luego le dispararon al agricultor para robarle. La víctima falleció prácticamente en el acto delante de su esposa.

Por este hecho fueron detenidos y llegaron a juicio Antonio Ismael Sánchez (36 años), Juan Alfredo Acosta (41 años), José Ramón Rojas (29 años) y Marcelo Bernardo Alderete (34 años).

“Salí o te quemo”

González, frente a los jueces Stella Maris Arce, Guillermo Puig y Patricio Prado; contó detalles sobre el momento previo al crimen y reconoció a tres de los imputados.

“Los perros ladraban porque alguien llegaba a la casa. Salí y vi a mi marido que le daba un cachorrito a dos hombres que iban en una moto. Pusieron al perrito en una mochila y se fueron”, recordó la viuda. Luego agregó que entró a la casa y estaba viendo televisión cuando un ruido le llamó la atención. “Cuando salgo lo veo a mi marido de rodillas. El más bajo de los tres lo tenía agarrado del cuello y le apuntaba con un arma grande en el pecho. Me vieron y el del arma me gritó: ‘¡te arrimás y te quemo!’”, señaló.

La mujer indicó que en ese momento se encerró en la casa y llamó a uno de sus hijos. Uno de los ladrones empezó a patear la puerta para derribarla. “En ese momento escuché el disparo. Luego oí que Guillermo (Luna) me llamaba a gritos desde el fondo para que lo ayudara a desatarse. Me costó mucho liberarlo de ese nudo”, explicó, sobre el instante en el que acudió a auxiliar al empleado que había sido reducido.

González luego vio a su marido sobre un charco de sangre. Llamó a sus hijos y a una ambulancia pero la víctima ya había fallecido.

Una venta

“Al final no se llevaron más que el celular de Guillermo y un teléfono. A lo mejor creyeron que podía haber plata en la casa, porque se sabía en la zona que días atrás habíamos vendido unos cerdos y los camiones pasaban por nuestra finca. Para mí ellos tenían a un ‘datero’”, planteó. Luego acusó a un vecino como el informante; ese hombre también fue nombrado como sospechoso por otro testigo, pero no se habrían encontrado elementos concretos en su contra.

Por último González reconoció a tres imputados. Señaló que Sánchez era quien tenía el arma y que Acosta era quien estaba a su lado al momento del ataque. Luego señaló a Rojas y dijo que era la otra persona que llegó en la moto para buscar el cachorro. “Al cuarto (Alderete) es al que menos vi; nunca se bajó del auto”, admitió.

Frente a frente

“Recuerdo que era viernes y que vinieron unos hombres buscando un animal. El señor Porcel me mandó a buscar una manguera para que los ayudáramos con una moto. Mientras iba al fondo apareció un hombre con un arma y me dijo que no me moviera. Me sacó el celular y me ató con un alambre los brazos y con una soga los pies”, recordó Luna.

El testigo protagonizó uno de los momentos más fuertes del juicio. Por pedido de uno de los defensores, debió pararse frente a frente con Rojas, el hombre que está imputado por este crimen y por los de José Antonio Gómez y Damián Florentino Gómez. “Él fue quien me ató y me quitó el celular”, afirmó, sin titubear.

Luna además aseguró que Acosta y Sánchez eran los dos motociclistas a los que iban a ayudar.

“La excusa perfecta”

“El 20 de junio salí en mi moto hacia la casa de un vecino. Cuando volvía, entré por el fondo de la finca y en el camino me crucé con otra moto. Iban dos personas: una con una escopeta y otra con un machete”, relató José Luis Porcel (52 años), hijo de la víctima. El testigo dijo que Rojas era uno de los que iba en ese vehículo y que al otro no pudo ver bien. “Decían que se habían perdido buscando a un animal. Me pareció algo muy sospechoso y los quise correr, pero mi papá salió y les convidó agua, fue hospitalario y les prestó herramientas para que pudieran arreglar la moto”, agregó Porcel, que consideró que los sospechosos ponían excusas para quedarse el mayor tiempo posible y así poder estudiar el lugar.

“Al final se fueron. Eso sí, no les dimos un cachorro que nos pedían y esa fue la excusa perfecta que tuvieron para volver y matar a mi padre”, enfatizó el hijo del agricultor.

Por último, indicó: “fue sospechoso desde el principio. Es normal que se pierdan animales, pero quienes los buscan no andan entrando a las fincas por el fondo ni recorriendo los campos por caminos cerrados”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios