Contra los efectos “deteriorantes” de la prisión efectiva

Contra los efectos “deteriorantes” de la prisión efectiva

Tendrá condicional por un año y medio

08 Febrero 2023

“Estoy tranquila con el fallo. Ninguna mujer tiene que pasar por esto de tener que esperar cinco años para lograr una condena, que ni siquiera era la esperada. Por eso solicito que la Corte le dé (al imputado) una sanción ejemplificadora”, manifestó ayer la abogada Natalia García Salemi a LA GACETA, luego de que el juez Guillermo Puig hiciera conocer los fundamentos de la sentencia contra su ex marido, Santiago Joaquín Montilla Zavalía, juez de Paz, condenado por el delito de amenazas simples hacia ella.

El hecho ocurrió en enero de 2018 en Tafí del Valle, cuando, según la denuncia, Montilla Zavalía se presentó en un club de veraneantes en el que se encontraba García Salemi junto con los hijos de la pareja, menores de edad, y la amenazó.

El juicio concluyó el 21 de diciembre y Montilla Zavalía recibió la pena de un año y medio de prisión condicional. Ayer se hicieron presentes García Salemi y sus abogados, no así Montilla Zavalía y su defensor. Un asistente del juez Puig les entregó la resolución y se fue. No hubo lectura de fundamentos. En el texto el juez explicó que al momento de tomar la decisión tuvo en cuenta que el imputado tiene a su cargo y reside con él su hija, quien cursa una carrera universitaria, y explicó que una condena condicional pretende evitar los efectos “deteriorantes” que produce la pena de prisión de efectivo cumplimiento.

Montilla Zavalía podrá seguir en su cargo en el juzgado de El Chañar, Burruyacu, algo con lo que la víctima y el querellante Ariel Ortega no están de acuerdo. “Es la primera vez que se condena a un funcionario judicial por violencia de género; esto va a ser un antes y un después”, dijo Ortega. Y agregó: “Ahora le corresponde a la Corte tomar intervención sobre su empleado público, y ejercer las medidas que correspondan”. También indicó que durante el proceso, la querella solicitó que se libre oficio a la Corte para que esta informe si Montilla Zavalía había cumplido con la Ley Micaela (norma a la cual la Provincia está adherida y establece que todos los empleados de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial deben capacitarse en perspectiva de género), “pero sin justificación alguna el juez no hizo lugar al pedido”.

La abogada Silvia Furque de Morfil, quien acompañó a García Salemi durante el proceso, dijo que este es un fallo ejemplificador, “ya que pocas veces se recurre a la Justicia y se logra una condena por delitos de amenazas. No debemos olvidar que acá el condenado, Montilla Zavalía, es un juez de Paz designado por la Corte Suprema, el cual ya también tuvo manifestaciones de carácter machista, al testificar en la causa por la desaparición de Milagros Avellaneda y Benicio Coronel. Él era su jefe en el Juzgado de Paz y declaró que Milagros lo invitaba a salir y a bailar a través de mensajes, algo que no se pudo comprobar cuando le revisaron el teléfono. Además cuando se le preguntó en ese momento si tenía denuncias por violencia de género, mintió al decir que no tenía ninguna cuando la realidad es que ya contaba con denuncias previas”.

Montilla Zavalía deberá seguir reglas de conducta por el mismo plazo que durará la condicional. Entre ellas se encuentran: someterse a un tratamiento psicológico vinculado a la temática de la violencia de género, coordinado por el Observatorio de la Mujer; y cumplir con una medida de prohibición de alejamiento a García Salemi. El 21 de diciembre, tras la condena, había negado la acusación y había dicho que esperaría a conocer los fundamentos para apelar la sentencia.

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