Primera Confitería: la vieja dama está de vuelta

Primera Confitería: la vieja dama está de vuelta

Primera Confitería: la vieja dama está de vuelta

En dos frases, el exultante titular de Turismo, Sebastián Giobellina, describió el significado de la apertura de la Primera Confitería: “fueron detrás de un sueño familiar compartido por todos los tucumanos” y “el corazón del cerro ha vuelto a latir”. Había otras definiciones del impacto que tiene la reconstrucción y puesta en funcionamiento de esta casona emblemática –tanto Giobellina como el gobernador interino, Osvaldo Jaldo, y el jefe de Gabinete, Juan Manzur, hicieron alusión a la belleza preservada en el medio natural y a la combinación de esfuerzos públicos y privados- pero las ideas del sueño compartido y la del corazón del cerro fueron las centrales.

Vínculos de otros tiempos

Esta casona es de presencia ineludible en la bajada y la subida al cerro, desde hace ocho décadas. Ahí, donde termina Yerba Buena y comienza San Javier, en lo profundo de la yunga, se mantuvo a la vista el recuerdo de los viejos tiempos –los buenos tiempos de los abuelos- de las familias que iban a picnics, cafés, y excursiones. Con la maravilla del cerro al alcance de la mano, a la vuelta de la esquina, sobre todo de Yerba Buena. Todo eso volvía a quien subía al cerro y tenía alguna historia familiar. Pero hay otros vínculos, como el piso recuperado del área de la cocina –de baldosas rojas con estrellas y figuras de leones en salto- que aún se encuentran en viejas casas de Yerba Buena y que, según contó Carolina Vanni, representante de la firma inversora, fue armado “como un rompecabezas, con baldosas que aportaron vecinos de la confitería”. Esas baldosas, explicó el arquitecto Ricardo Viola, que se ocupó del tema Primera Confitería en su tarea en el ente de Turismo- eran usuales en las construcciones de la primera mitad del siglo XX, y en los chalets de tipo californiano como este. El grupo inversor no las pudo reconstruir, pero consiguió para los otros pisos baldosas con estrellas similares. Un detalle de tiempos de los abuelos. Otro detalle –además de los tejados- fue el color oscuro del cielorraso de madera –que hubo que pintar varias veces hasta lograr el tono que refleja el paso del tiempo. Eso, más la recuperación del chalet –que tiene atractivos para las nuevas generaciones- da forma a una “evocación poética del espacio”, al decir de la arquitecta Gabriela Lo Giudice, de la Comisión de Patrimonio.

Intensa circulación

¿Qué viene? El aluvión. Según la mirada práctica de Giobellina, se reabre el circuito de las yungas (habló de “trabajo, crecimiento económico y calidad de vida”) que ya tiene en un punto fuerte al comienzo del cerro, en El Corte con el parque de juegos aéreos Raki y otro en la cumbre con la revalorización del Cristo Bendicente, que ya se ha convertido en un poderoso imán de visitantes. Los que van y los que pasan. La ruta 338 (hoy cortada por los arreglos en El Rulo) es una avenida de intensa circulación de ciclistas y excursionistas. Ahora, en el medio del cerro, la vieja dama restaurada operará de sitio de paso y descanso –habrá un drugstore- y también tendrá sus atractivos, como un hostal para excursionistas y mochileros (en breve), además del restorán y el patio de bebidas a la par del arroyo Parque, cuyo cauce fue reordenado para guiar las aguas en verano. Dicen que se habrían propuesto excursiones a caballo y una perla fuerte está siendo estudiada por Turismo y la Municipalidad de Yerba Buena, una especie de aerosilla que lleve al visitante desde la Primera Confitería hasta la cumbre. El estudio ya estaría hecho… habrá que presentarlo y faltarán inversores.

Primera Confitería: la vieja dama está de vuelta

Las expectativas

En este sentido, el circuito que ha ido tomando forma hasta El Cadillal (Giobellina enumeró las revalorizaciones terminadas o emprendidas: Cadillal, Cristo Bendicente, La Angostura, Museo La Banda, Escaba) ha generado por ahora buenas noticias –varios emprendedores apostaron al cerro y algunos acompañan en El Cadillal- y también expectativas, que demoran en hacerse realidad. Por ejemplo, hace varios meses Turismo presentó un informe con 26 posibles oportunidades espectaculares en toda la provincia de Tucumán para inversiones privadas. ¿Cuántos acudieron a la convocatoria? “Por ahora, ninguno”, dijo una fuente de Turismo.

Pero la expectativa se mantiene: la Primera Confitería marca para Jaldo que “estamos comenzando a cambiar esta realidad en materia turística” y para Giobellina, “el camino del futuro y del progreso”.

Escasez de agua

¿Cómo harán con el agua? La Primera Confitería tiene tanques y se provee de un manantial cercano. Hasta ahí no llega la SAT. No han pasado muchos días desde que la protesta de los vecinos del Corte puso en escena la crisis hídrica de la zona (cerro San Javier incluido) que está siendo asistida por camiones hidrantes de la Municipalidad y de la SAT y por los bomberos. Esto se agrava porque son tiempos de alta sequía y de incertidumbre sobre lo que pasa en El Cadillal, que tiene una filtración que aún no fue bien estudiada. En El Corte, las protestas se acallaron tras una promesa del interventor de la SAT, Augusto Guraiib, de que se repotenciará la toma del río Muerto en San Agustín para asistir a la cisterna de la zona. También se va a poner en funcionamiento un pozo de aguas abajo de la avenida Aconquija en la zona del Bosquecito y se trabaja para determinar una pérdida en el acueducto desde San Javier a Horco Molle. “A San Javier llega mucha agua del acueducto de Anfama, pero no es la misma cantidad que llega a Horco Molle, por eso también se ve afectada la distribución de agua”, dijo Guraiib. “Hasta que se haga el caño hasta la cisterna, vamos a seguir esperando los camiones. Pero el compromiso de la obra está”, dijo el vecino Miguel Röhmer, que aclaró que “cada lluvia, por supuesto, resuelve el problema… pero las sequías son recurrentes”.

Como sea, la transformación del cerro que pasa de sitio de visita familiar, de aquellos tiempos de los abuelos, a zona turística de ocupación intensa pondrá en crisis las infraestructuras –la ruta, el agua, los servicios de salud y de seguridad, las comunicaciones- y harán falta no solo respuestas sino proyectos, para que las esferas estatales como la SAT no salgan a dar salidas de emergencia tras una protesta vecinal.

Como sea, la vieja dama recobrada le va a dar una tónica al cerro, cuyo corazón quizás no es que ha vuelto a latir, sino que late con más fuerza.

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