13 Octubre 2022
Hace algunos años, me tocó vivir en la ciudad de Buenos Aires y por esas cosas fortuitas de la vida mi departamento estaba situado en la zona que el ingenio de los vecinos bautizara como Villa Freud: micro barrio “no oficial” de Palermo viejo llamado así por la gran cantidad de psicoanalistas y psicólogos que tenían allí su consultorio. El mismo rodeaba la plaza Guadalupe, entre las calles Coronel Díaz, Honduras, Av. Santa Fe y Scalabrini Ortiz, tal que Palermo constituía así uno de los barrios con la más alta densidad de terapeutas de toda Sudamérica, ¿y por qué llamarlo Villa Freud y no con otro apelativo en honor a los psicólogos?: porque Sigmund Freud fue y es considerado el fundador y padre del psicoanálisis. Médico neurólogo, austríaco, de origen judío fue una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX. Nacido en Moravia (antigua República Checa) ya a temprana edad fue a vivir a Viena a donde transcurrió toda su vida hasta que finalmente se exilió en Londres. Formó matrimonio con Marta Bernays, con quien tuvo 6 hijos, 3 varones y 3 mujeres de quienes solo Anna, la menor, fue la única que siguió sus pasos, gran psicoanalista infantil. Freud fue un incasable trabajador y observador en su consultorio y se constituyó en una de las personalidades más geniales del siglo XX. Preconizó revolucionarios conceptos sobre el inconsciente, la interpretación de los sueños, la represión y mecanismos defensivos, conceptos acerca del Ello, el Yo y el Super Yo y fundó el psicoanálisis sentando con él sus aportes al estudio y tratamiento de las enfermedades mentales: le dio y devolvió la palabra al paciente, simplemente un genio. Muchos pueden estar de acuerdo con sus teorías, o bien con otras, pero es innegable que el debate con Freud ha sido una necesidad para el desarrollo de la disciplina, un personaje trascendente para la psicología: un antes y un después puesto que sus observaciones y aportes al conocimiento de la mente humana siguen dando luz sobre la sociedad actual y las psicopatologías generadas en ella. El 13 de octubre se celebra el Día del Psicólogo en la Argentina, por lo tanto, felicitaciones a todos los que abrazan esta noble profesión. Y también nuestro agradecimiento profundo a los que por su loable tarea, hoy más vigente que nunca están abocados al tratamiento de la secuelas psicológicas que nos dejó la pandemia como el encierro, la muerte y la incertidumbre que fueron tal vez, en salud pública, una de las problemáticas más importantes que nos dejó la Covid 19, felizmente hoy cada día más derrotado.
Juan L. Marcotullio
Ituzaingó 1.252
Yerba Buena
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