¿Qué tiene Jaldo en la cabeza?

¿Qué tiene Jaldo en la cabeza?

En sólo un año Osvaldo Jaldo pasó de ser el principal opositor del Ejecutivo provincial a estar a la cabeza de esa administración. En tiempo récord, el vicegobernador tuvo que digerir y sepultar la interna por la sucesión con Juan Manzur y reemplazarlo y convertirse en un aliado necesario. El resultado de las elecciones nacionales mudaron a su dos veces compañero de fórmula al Gabinete nacional y lo dejaron a cargo de un Gobierno que siente ajeno.

No es ninguna novedad que el tranqueño quiere ser el candidato a la gobernación por el oficialismo y que está dispuesto a hacer todo lo que esté a su alcance para serlo. Es prácticamente un hecho de que así será, pese a que esto moleste a un sector díscolo del manzurismo.

A pocos meses de las elecciones provinciales, ¿qué pasa por la cabeza de Jaldo? Los dirigentes propios y los ajenos coinciden en dos respuestas: la gestión y las elecciones. Ambos asuntos están totalmente ligados. Jaldo necesita terminar bien lo que le queda frente a este período porque es su mejor campaña. Entiende que no es evaluado por los votantes como un candidato sino como un gobernador. Es una especie de “muestra gratis” de lo que podría ser si resulta electo el año que viene. La situación del Gobierno nacional no estaría ayudando demasiado, pese a que cuenta con las gestiones de Manzur en Buenos Aires. Por ello y tal como adelantó el columnista Fernando Stanich, se analiza el adelanto de los comicios de junio a mayo para despegar lo más posible los locales de los nacionales. Hay algunos que, incluso, hablan de abril. Efectivamente, en la Casa de Gobierno afirman que si se define el cambio, en los próximos 10 días podría concretarse la convocatoria oficial.

En cuanto a sus días en el Poder Ejecutivo, aseguran que Jaldo quiere profundizar su impronta propia: quiere mostrarse como un mandatario presente y ocupado de los problemas de los tucumanos. De su agenda oficial se desprende que las cuestiones prioritarias son la seguridad, la economía y las obras públicas.

La inseguridad y la crisis carcelaria, afirman, lo desvelan particularmente. Fueron dos de los conflictos con los que tuvo que lidiar desde el primer momento. La fuga del femicida y filicida Roberto Rejas le dio la bienvenida en el cargo. Entre los primeros anuncios estuvieron, como consecuencia, la construcción de una nueva cárcel en Benjamín Paz (cuya cinta de inauguración espera poder cortar) y de una serie de alcaidías. La temática de las obras en general está en la agenda y se ocupa del avance de cada una. De hecho, para eso creó un ministerio específico.

Hay detalles de su día a día que dan cuenta de algunos aspectos que la dirigencia atribuye a la personalidad de Jaldo: obsesivo, porfiado, ansioso y trabajador. Repiten que prácticamente no descansa. Cuentan como ejemplo que las reuniones periódicas con la cúpula de Seguridad no son sólo para la foto: los testigos afirman que interpela y exige resultados. Pidió recibir los reportes de “novedades” policiales en su teléfono personal. Los jefes de las Regionales tienen que enviarle informes diarios que incluyen desde los arrebatos hasta los operativos de magnitud.

Los índices relativamente beneficios en pobreza y empleo; la ley de narcomenudeo; mantener controlado el conflicto del transporte público y poder pagar los sueldos al día han estado entre las satisfacciones del mandatario. Aunque considera que no son suficientes.

La cabeza en 2023

Hace años que Jaldo tiene la mira en 2023 y no dejará escapar su chance. Antes, debe afrontar desafíos y estos van encadenados temporalmente: ser ungido como el candidato; mantener la unidad con Manzur y aplacar internas.

La cuestión fundacional: si bien Manzur actúa y da muestras de que Jaldo será su postulante, falta esa puntada final pública. El contador estaría convencido de que será el elegido. En el fondo, se sabe, ningún jaldista confía del todo en Manzur. Sin embargo, en los últimos días hubo una bajada de línea concreta hacia los dirigentes y los resultados se comenzarán a ver en las paredes y carteles próximamente: dieron la orden de que las consignas serán “Manzur conducción-Jaldo 2023”.

Aunque creen que llegará, la falta de confirmación genera cierta inquietud. “Es la señal que están esperando todos. Una vez que le levante la mano, se termina la interna. Será ordenador para abajo”, agrega un justicialista de trayectoria. Jaldo viene actuando como el primer manzurista y evitando cualquier tipo de acción que pueda generar “ruido” en su relación con el gobernador en uso de licencia. La consulta y la comunicación es permanente.

Hay varios políticos que mencionan que en los últimos encuentros entre ambos en Capital Federal el asunto de la fórmula habría sido sellado ¿Qué pasaría si muy eventualmente Manzur no lo eligiera? En las huestes del tranqueño no tienen dudas: Jaldo igual competiría por la gobernación.

Cercanos a los pasillos del poder han escuchado decir al interino que siente que esta es su última oportunidad para llegar a una gestión propia ¿Por qué? Porque su currículum indica que sería la evolución natural, dado que ya fue electo para casi todos los cargos provinciales posibles (tres veces intendente de Trancas, cinco veces legislador provincial, dos veces diputado nacional) y fue interventor de la Caja Popular y ministro de Economía y del Interior. Además, los justicialistas más experimentados reconocen que no es usual que un dirigente de un municipio pequeño del interior tenga tamaña posibilidad. “Su territorio equivale a un barrio de la capital. Forjó con mucha inteligencia su carrera política”, reconoció un manzurista. Entre sus disidentes anotan la edad -64 años- a esta lista. Cuentan en el entorno del contador que él sabe que sus opositores intentan instalar esta idea y que nada le importa menos porque se siente con más energía y expectativas que nunca.

Controlar las internas será, posiblemente, la tarea de mayor dificultad. La “tropa” está movilizada y cada salida de precampaña del tándem Manzur-Jaldo viene con algunas dificultades en las localidades con más pujas intestinas. El problema es que algunos no quieren cruzarse, pero todos quieren la foto con los protagonistas.

En el manzurismo ironizan sobre el rol de Jaldo para saldar disturbios: “antes era el que generaba líos en los Concejos Deliberantes y con los candidatos alternativos y ahora tendrá que lidiar con eso”. En todas las líneas justicialistas auguran una campaña intensa en el interior. En este punto, consideran clave que Jaldo conozca a la mayoría de los militantes y referentes de la provincia y también sus “mañas”. Aseguran que como se sabe el mapa político del derecho y del revés podrá cerrar conflictos y alianzas con pericia.

Lógicamente, Jaldo también piensa en su posible primera gestión. Sus allegados afirman que ya planifica desde políticas hasta nombres. Insisten en que siente que ahora trabaja con un Gabinete que no le responde del todo y que se entusiasma con el armado de su equipo. Algunos arriesgan que está conforme con algunos de los nuevos ministros, los que entraron durante este último año, pero que renovaría la mayor parte. No es menor que hay una parte de sus hombres de confianza que desde la interna esperan por un lugar ¿Qué perfil tendría su gobierno? Pensaría en un gabinete más político; en una figura de gobernador personalista y en “mucha gestión”.

Tanto los opositores más experimentados como los de partidos minoritarios reconocen que si Jaldo es el candidato del PJ, es altamente probable que sea electo. Aunque no les encanta su gestión actual, sí la evalúan mejor que a la de Manzur. Trascartón, añaden que políticamente es más “duro” que su antecesor porque conoce más los bemoles del territorio y las “triquiñuelas” para complicarle la vida a la oposición. La oposición en la Cámara admite que supo mantener diálogo y concesiones con las bancas disidentes, pero creen que como gobernador no sería así. En sectores de Juntos por el Cambio (JxC), sobre todo en el alfarismo, miran con mucha desconfianza todo el proceso porque están convencidos de que apunta a desarticular a la oposición. Afirman que por eso mostró acercamientos con los intendentes radicales y distancia con el capitalino Germán Alfaro. En el PJS creen que se profundizarán lo que califican como sus “prácticas” como el “robo de dirigentes” y medidas para perjudicar al Municipio. Consideran que eligió a Alfaro como su contracara para los comicios.

En el radicalismo también lo acusaron de haber propiciado intrusiones en la interna de ese partido. A la vez, lo identifican como un rival de temer.

Probablemente, por la cabeza de Jaldo pasen muchos otros asuntos. Sin embargo, su paso por la gobernación durante estos meses, 2023 y su posible gobierno parecen los principales.

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