Muchas obras en busca de un plan
Roberto Delgado
Por Roberto Delgado 09 Octubre 2022

La renovación del Rulo en el camino a San Javier. El arreglo del canal San Luis para bajar la presión sobre el canal Sur. La entrega de casas restauradas en Manantial Sur. El arreglo de la ruta 307 en Amaicha. El acueducto de Vipos. La autopista a Termas. La cárcel en Benjamín Paz. La planta de tratamiento de residuos sólidos en Concepción. Comienzan a verse los comienzos de algunas obras anunciadas (y el Gobierno muestra fotos, como en el caso de la ruta 307 y la cárcel) y parece estar a punto de moverse el almanaque de obras como el Rulo y el acueducto.

Mientras tanto, siguen los anuncios, algunos sorprendentes como la noticia de que se hará el puente sobre el río Jaya en el parque Los Alisos, dentro del parque Aconquija, y otros francamente insólitos pero muy atractivos como la autopista de circunvalación oeste. Mientras acá se informaba que era sólo un proyecto de Vialidad provincial, el Gobierno tucumano decía que el enviado Regino Amado estaba gestionando en Nueva York financiamiento para esa autopista. Y más cosas se sumaron a este festival de anuncios, que reactivaron dormidas ilusiones, como que se habló de gestiones para que vuelva el tren de pasajeros entre la capital y Taco Ralo.

Perlitas turísticas

¿Cuánto hay de realidad y cuánto de fantasía en todo esto? La realidad está en las concreciones, que hasta ahora habían estado en la inquieta área de turismo, que desde hace tiempo exhibe perlitas como el mejorado espacio del embalse Cadillal (en los últimos años pasó a ser un sitio intensamente requerido para vacaciones y para fines de semana) y renovó totalmente el área del Cristo en San Javier: ya se está construyendo ahí un restorán.

El titular del ente Turismo, Sebastián Giobellina, acaba de anunciar lo del puente sobre el río Jaya (falta terminar el proyecto ejecutivo para que se haga la licitación) y dice que el parque abre un camino enorme al turismo. Cuenta que en unos 20 días estará en funcionamiento la concesionada Primera Confitería y que en una semana se lanza la licitación para el complejo turístico en Escaba. Añade: “En San Pedro de Colalao están haciendo el centro cívico desde hace seis meses; en Tafí del Valle se hace el Museo de la Banda; Aguilares tiene una megapileta olímpica, pista de skate y va a tener pista de ciclismo; hay dos hoteles nuevos en Monteros; y este fin de semana se ha potenciado el turismo de reuniones con el movimiento entre la fiesta del Caballo y el festival de Monteros”.

Giobellina elogia cuando aparecen inversores para desarrollo turístico (“sería óptimo que aparecieran Primeras Confiterías por todas partes”) y dice que hay un banco de ideas para potenciar atractivos en la provincia a medida que se hagan los proyectos y salga financiamiento. “Mientras tanto, digo que empecemos a disfrutar cada uno lo que tengamos. No nos quejemos tanto por lo que no está, que seguro entra en un listado de prioridades”, concluye.

Contra la burocracia

Ahí está una pregunta: ¿las prioridades que se toman van a cambiar la vida de los tucumanos? Acaso los que vayan a San Javier y al Cadillal respondan positivamente. Otros pondrán el acento en que se está partiendo de demasiadas carencias y postergaciones de décadas, entre las que entra, por ejemplo, el fundamental, deteriorado y sobresaturado Canal Sur. En marzo pasado, cuando se anunció en el Gobierno nacional que llegarían fondos para obras públicas –probablemente surgido de la decisión de emitir dinero pese al costo inflacionario- se descubrió que Tucumán tenía deseos pero carecía de proyectos.

Ahí entró a trabajar, a los tropezones, el creado Ministerio de Obras Públicas. Sólo había un 2% de proyectos listos para usar los fondos. “Había mucha burocracia. Hubo que ordenar eso”, dice el ministro Fabián Soria, que hoy enumera las obras en camino. La semana pasada vinieron técnicos del Banco Mundial para supervisar lo que se está haciendo en el Canal San Luis y con ellos –dice- se revitalizaron por 50 millones de dólares tres proyectos en el interior (uno de ellos en el río Marapa) que estaban caídos. El funcionario destaca que el movimiento de obras tiene un impacto directo en cifras de la provincia. Por eso advierte que se destacó hace días una baja en la desocupación y en los índices de pobreza. Señala que el Indec lo dice y que la Uocra, en su informe, ha señalado que Tucumán es la provincia en el NOA que más obras registra. Desde abril hubo 18.000 nuevos puestos de trabajo en obras y en turismo.

Demasiado atraso

Claro –reconoce- en realidad Tucumán estaba muy atrasada en cuanto obras, en comparación con Santiago del Estero y Salta. Y a pesar del movimiento que tiene ahora la provincia, en realidad sigue siendo inferior a las otras vecinas la inversión porcentual en obras públicas. Por eso es que hay tanto atraso. De hecho, cada vez que se consulta al director de Vialidad, Ricardo Abad, él dice que lo que recibe la entidad del porcentaje del impuesto nacional a los combustibles no alcanza para hacer mantenimiento. Por eso el 70% de los caminos de Tucumán está en mal estado o destruido. El ex secretario de Obras Públicas, Raúl Natella, dice que en 1995 había 1.047 km pavimento nuevo y hoy hay 1.067. “Eso muestra el atraso de Tucumán”, reflexiona. Soria explica que van a presentar en Legislatura un proyecto para superar el problema del mantenimiento de la infraestructura. Mientras tanto, su tarea ha sido hasta ahora superar el cuello de botella que impedía que se hagan los proyectos. “No había orden. La idea fue tratar de tratar de liberar la mayor cantidad de obras entre agosto y septiembre, porque después escasea el dinero”, describe.

Prioridades y planes

Y sigue la pregunta: ¿esas obras eran prioritarias? El ingeniero Franklin Adler dice que algunas lucen, como la Primera Confitería o el Cristo en San Javier, y otras son reconstrucciones de obras destruidas u otras caídas por falta de mantenimiento y obsolescencias. “¿Con esto Tucumán va a crecer? ¿Afrontamos las dificultades que se avecinan?”, se pregunta.

El legislador opositor José Ricardo Ascárate es más crítico: se pregunta cuánto va a durar la mezcla asfáltica que se está poniendo en la ruta 307 si no se hace la reconstrucción total del pavimento entre El Infiernillo y Amaicha. “Cuatro años”, conjetura. Señala que hay 1.000 km de rutas que deben ser rearmados en la provincia. “Vialidad tiene un sistema de control y de inspección de obras. Y para obras terminadas está el Tribunal de Cuentas, con sus ingenieros fiscales. Nunca han dicho nada sobre el puente caído en la avenida Colón ni sobre el del río Jaya. Ni de los otros puentes caídos. Hay uno en la entrada de Zárate sobre el río Tacanas, caído desde hace 20 años”, señala. Adler agrega que “no hay control de calidad de las cosas del Estado. Ni por un sistema de control interno ni por contrato de auditorías”. El ministro Soria dice: “tengo claro que lo único que he hecho es ordenar, nada más. Acá la burocracia es muy fuerte y en Buenos Aires es peor”. Destaca –como se hace en todos los comunicados de obras- el empuje del gobernador interino, Osvaldo Jaldo, y del jefe de Gabinete, Juan Manzur.

Cambio de eje

En definitiva, el movimiento de concreciones que se ve y de anuncios marca un cambio de eje en los debates. No se discute por lo que no se hace sino por cómo se hace lo que se está haciendo y qué faltaría hacer, en medio de tantas carencias. En Río Chico pusieron una máquina para arreglar los desastres de la inundación de marzo pasado. En Alto el Puesto están estudiando qué van a hacer con fondos del Banco Mundial para reparar el socavón que se está comiendo la escuela y las viviendas, porque aún no se sabe qué hacer con los canales que borraron y desviaron los agricultores hacia los caminos vecinales, según el comisionado Carlos Castro.

“Es tan importante un puente en una gran ciudad como una alcantarilla en un pueblo chico”, dice Natella. “Pero lo más importante es seguir una secuencia de acciones que te da un plan director, porque si no, se dan obras necesarias pero puntuales. Eso pasó con el Canal Sur, que formaba parte de un proyecto que quedó incompleto. Eso pasa con las obras que se hacen siempre en base a la falta de plata. Un plan director es objetivo porque persigue un fin general. Lo deben hacer especialistas. Eso falta”.

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