Antofagasta: mar, desierto y un cielo por descubrir

Antofagasta: mar, desierto y un cielo por descubrir

A un millar de kilómetros de Tucumán se encuentra esta ciudad portuaria chilena- con una interesante propuesta para descubrir los misterios de la Tierra y del universo.

Antofagasta: mar, desierto y un cielo por descubrir

A 1.050 km de Tucumán -14 horas en auto por las rutas nacionales 9 y 51- se encuentra Antofagasta, una de las ciudades más grandes de Chile que cuenta con un gran puerto que abre la ventana hacia al Asia-Pacífico. La II Región chilena posee yacimientos de cobre, oro, plata, litio, molibdeno y otros minerales, extensas playas y cielos que son famosos mundialmente por ser los más despejados del mundo para el desarrollo astronómico. En esta área del país vecino se encuentra San Pedro de Atacama, un pueblo de 4.000 habitantes con características geográficas y geológicas imponentes. Este lugar fue reconocido como mejor destino en los World Travel Awards, “los Oscar del turismo”.

“La ciudad de Antofagasta es hermosa, bordeada por la costa al mar Pacífico posee plazas y playas artificiales y se destaca por ser centro de actividades y deportes náuticos”, explicó a LA GACETA Claudio Jerez Herrera, director regional de Sernatur. Y destacó que la región forma parte del Circuito Mundial de Voléibol que se realiza en la playa. ¿Una curiosidad? Al ser una ciudad portuaria muchos de los visitantes van por trabajo de lunes a viernes, por lo que las ofertas hoteleras aparecen los fines de semana para quienes deseen simplemente ir a pasear por la costa, disfrutar de la gastronomía y de un buen pisco sour.

Antofagasta: mar, desierto y un cielo por descubrir

En el norte de Chile era usual ver muchos argentinos en enero disfrutar de las playas hasta que, por la pandemia, se cerraron las fronteras y el paso a Chile. Desde marzo de 2020 y durante el año 2021 no se pudo viajar; la apertura llegó recién este año. “Las expectativas para el verano son altas pero queremos dar a conocer la región porque es un destino abierto todo el año”, aseguró Jerez Herrera.

Playas para descubrir

Además de la ciudad de Antofagasta en esta región se encuentran dos playas destacadas por quienes las visitan: Hornitos al norte y Taltal a 224 km al sur. “Cada una de ellas se destaca porque el agua es más cálida pero son experiencias diferentes. Hornitos es un pequeño pueblo al frente del mar. Allí la playa se extiende y el agua es más cálida. Mientras que Taltal posee una población de 13.000 habitantes y es una ciudad que posee mayor infraestructura que Hornitos, con aguas turquesas cuyas principales actividades económicas son la pequeña minería del cobre y la pesca, aunque actualmente busca posicionarse como un destino turístico”, dijo el director de Sernatur.

Dentro de Taltal se encuentra uno de los observatorios más grandes del mundo, el Very Large Telescope, y actualmente está en construcción un nuevo observatorio denominado ELT, en la cima del cerro Armazones.

Según informó el Servicio Nacional de Turismo de Chile, Sernatur, los precios se han ido adaptando al turista y hay muchas ofertas de temporada. Hoy, además, para ingresar a Chile ya no se necesita el carné de vacunación homologado sino solamente el carné de vacunación local y, de no contar con ese documento, un PCR negativo realizado 48 horas antes. Desde el 1 de este mes en Chile, además, ya no se utilizarán las mascarillas o barbijos.

El desierto de Atacama

Al cruzar la cordillera, por el Paso de Sico, de Salta, se encuentra el pueblo de San Pedro de Atacama, la “joyita” de esta segunda región chilena de Antofagasta, un desierto con cientos de características que lo convierten en único en todo el mundo.

Antofagasta: mar, desierto y un cielo por descubrir

San Pedro de Atacama es una ciudad ubicada en una alta meseta árida en la cordillera de Los Andes del noreste chileno a 3.159 metros sobre el nivel del mar- aunque se pueden realizar paseos que superan los 5.000 metros de altura. Su espectacular paisaje circundante incluye desierto, salares, volcanes, géiseres y aguas termales. El Valle de la Luna en la Reserva Nacional Los flamencos es una depresión similar a la superficie lunar con formaciones rocosas poco comunes, una enorme duna de arena y montañas con manchas de color rosa. Desierto más árido del mundo.

En el pueblo, que se asemeja a los de los Valles Calchaquíes o a los de la Quebrada de Humahuaca, viven cerca de 4.000 personas dedicadas principalmente al turismo internacional.

Durante el día el calor seco debido a la altura puede ser abrumante, sobre todo si se compara con la noche, cuando sí o sí hay que salir abrigados. Algunas opciones de tour salen temprano a la madrugada y allí el frío seco cala los huesos más duros. Las opciones de paseos para realizar, en pareja, con amigos o en familia, son numerosas y comprenden: visitas a los salares, volcanes, géiseres y aguas termales. Los géiseres son una de las sorpresas del viaje al ser uno de los tres más activos del mundo. Este fenómeno natural es agua en ebullición que sale de la tierra a más de 80°C y esta zona del planeta posee el 8% de los géiseres de todo el mundo. Recorrer las lagunas de flamencos o hacer caminatas, trekking o paseos en bicicletas de montaña son las opciones más solicitadas. A la noche, las alternativas son los observatorios astronómicos, con muchos guías habilitados para esta actividad.

En Atacama se encuentra el observatorio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) una instalación astronómica internacional realizada en colaboración entre Europa, América del Norte y Asia Oriental en cooperación con la República de Chile. Cuenta con el radiotelescopio más grande y complejo del planeta. Su ubicación no es casualidad ya que se conoce que el cielo de esta región es uno de los más puros del mundo por lo que observar el universo desde allí se ha convertido en una de las principales actividades. Este observatorio se puede conocer mediante una visita gratuita y guiada, por la mañana. Se encuentra a 2.900 m.s.n.m y en el recorrido te muestran la sala de control, los laboratorios y las antenas en mantención, así como imágenes obtenidas por el observatorio.

Palabra de guía
Una experiencia personalizada

Jorge Corante nació en San Pedro de Atacama y hoy trabaja como guía astronómico junto a su familia, que lo asiste en cada excursión desde hace 20 años. Se recibió como técnico en turismo y hotelería y se capacitó en astronomía. “Los tours duran algunas horas. La actividad comienza cuando busco a las personas del hotel y vamos a unos 10 minutos de la ciudad. Ahí les ofrezco alguna picada y bebidas mientras comenzamos a orientarnos en el cielo nocturno. Primero conversamos sobre el cosmos y la historia de la astronomía en una clase entretenida”, dijo y resaltó que los grupos que él guía no son masivos por lo que la experiencia es personalizada.

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