Una aplicación puede crecer a medida que aumenta su audiencia o bien cuando se incrementan sus funciones. La primera alternativa implica que cada vez haya más usuarios conectados, por lo tanto, la conversación que se genera en dicha plataforma se amplifica. La segunda expande más bien las acciones que podemos realizar en su entorno y abre un abanico de posibilidades sobre cómo podemos relacionar nuestra vida “off-line” con la “on-line”. Con cualquiera de las dos alternativas se generan nuevos comportamientos y mediatizaciones que transforman la manera en la que nos comunicamos y con las que habitamos estos nuevos entornos.
Hace exactamente un año, TikTok puso a prueba una nueva herramienta para encontrar y ofrecer trabajo con la plataforma creada por la empresa china ByteDance. Esta opción no estuvo pensada solamente para influencers, sino para cualquier persona que quisiera mostrarse de una manera alternativa ante posibles empleadores a través del formato de video. “TikTok Resumes” fue una iniciativa piloto que solo estuvo disponible en Estados Unidos pero las intenciones de la empresa son de expandir hacia otras regiones, ya que según sus directivos, se trata de una gran oportunidad para conectar a empresas con talentos jóvenes. Actualmente, compañías norteamericanas siguen reclutando personas a través de este formato, enfocado en la imagen, la espontaneidad y la construcción de un perfil que va más allá de una carrera académica.
“Los creadores de TikTok están redefiniendo el entretenimiento, desde el cine hasta los deportes, la moda, la música, el estilo de vida, el lugar de trabajo y más”. Así entiende la empresa su impacto en la vida cotidiana de las personas y no es poco significativa la relación que está teniendo en el mundo productivo. En sus videos puede verse cómo innumerables influencers generan contenido sobre la importancia de la concentración y la optimización del tiempo laboral y en otro extremo se producen videos que alertan sobre la sobreexigencia o el estrés que provoca dedicar toda tu energía al trabajo. El catálogo de contenidos es gigante y el algoritmo detecta rápidamente de qué lado está el usuario. Solo basta un par de videos, likes o compartidos para que la tecnología catalogue el modo de ver de dicha persona. A partir de allí se genera un micromundo apto solo para quienes creen en lo que quieren creer
La semana pasada se hizo viral un video de una joven escritora de Nueva York quien solía grabar cosas de su vida cotidiana. En este video, que ya superó las 500 mil reproducciones, Ashleigh Carter advertía que habría una sorpresa hacia el final de su publicación. La joven trabajaba para una empresa de contenidos digitales y al comienzo abre su mundo íntimo para mostrar cómo sale de su casa, toma el transporte, llega a su oficina y de repente aparece con lágrimas contando que la acababan de despedir. “Este vídeo es honestamente y jodidamente divertido ahora porque, durante la grabación de mi rutina, no tenía idea de lo que iba a ocurrir al llegar a la oficina”, compartió en TikTok. Sin embargo, lo que pareciera ser un hecho trágico, se convierte en un contenido más de la usuaria. Es más, es su video más visto, su salto a la fama.
Casi en simultáneo con el despido de Carter, la BBC publicó un artículo en el que detalló cómo un fenómeno laboral está conmoviendo a los usuarios de TikTok y a gerentes de empresas. Se trata de la “renuncia silenciosa”, una forma de hacer lo mínimo posible en el trabajo sin renunciar efectivamente. Según el medio británico, las recesiones y la pandemia impactaron negativamente en los más jóvenes reduciendo sus oportunidades laborales. Esa esperada progresión económica se ve frustrada y por eso la denominada generación Z opta por cuidar su salud mental y social, postergando las exigencias de la oficina. En las redes sociales se pueden ver testimonios de estas experiencias o bien personas que promueven comportamientos laborales más acordes a la vida post pandemia.
Suena raro hablar de trabajo y TikTok cuando existe Linkedin, una red social por definición para el mundo profesional. Allí encontramos engrosados currículums, perfiles de personas exitosas que parecen realizadas pero que están abiertas a nuevos desafíos laborales. Sin embargo, difícilmente alguien publique en Linkedin que está en medio de una “renuncia silenciosa” en su trabajo. Muy pocos reconocerán allí que se encuentran desmotivados por sus jefes o compartirán la frustración de haberse quedado sin un sueldo seguro. Los algoritmos de TikTok en cambio no premian al más exitoso en dichos ámbitos, sino a quienes conectan con más audiencia y allí pareciera ser que la contradicción es más atractiva que la experiencia. Lejos de representar a la condición humana, TikTok al menos parece ser más sensible -y permeable- a los vaivenes de nuestra vida emocional y también laboral. Allí deberían estar observando psicólogos, reclutadores y gerentes qué hacen y qué dicen sus futuros empleados. Sin ninguna certeza, pero al menos con unas cuantas hipótesis, quizás consigamos entender un poco más cómo está cambiando un aspecto tan central como el trabajo en nuestras vidas.
