

María Pía lleva a su novio Mariano a conocer a su familia. La reunión deviene en una serie de conflictos, develando prejuicios, violencias y destratos internos, ya que su hermano Beto siempre dice todo lo que piensa; por ello, es silenciado y ocultado pese a ser el único que se atreve a confrontar los problemas y plantear sinceridad en los vínculos. Sólo la madre está dispuesta a defender y a apoyar a quien considera lo más genuino, sincero y verdadero de su entorno.
“El loco y la camisa” es la obra de Nelson Valente que triunfó en el circuito teatral independiente porteño y que esta noche se estrenará a las 22 en Sala Ross (Laprida 135), con Ricardo Podazza, Lili Juárez, Emanuel Rodríguez, Cande Matias y Agustín Perelmut, dirigidos por Vivi Perea y con escenografía de Sofía Seidán.
“El universo familiar creado por Valente resulta sumamente interesante y rico no solo por la variedad y los matices en los personajes sino también por los desafíos actorales. Se plantea una tensión permanente donde todo podría llegar a explotar, una especie de campo minado donde cada paso es perturbador y desafiante. Su obra refleja de manera muy clara lo que sucede cuando alguien rompe con los mandatos y las formas que se consideran normales y correctas. La presencia de una persona con ‘problemas mentales’ pone en jaque a todos, incluyéndolo”, precisa la directora.
- ¿Qué expone la obra?
- Problemáticas constantes en una familia y una sociedad que teme a lo diferente y diverso. ¿Cuántas veces somos intolerantes con lo distinto o dejamos de lado a quien resulta “no conveniente” para nuestros intereses”? Nos invita a reflexionar sobre la salud mental, a preguntarnos cómo actuamos en esos contextos, dónde nos ubicamos ante situaciones de discriminación, dolor, sometimiento y mentira, si reproducimos sistemas opresivos o somos cómplices mediante el silencio y la indiferencia. La obra es una olla a presión desde una puesta muy intimista, que nos permite introducir al público dentro de esa casa llega de prejuicios, tabúes, ignorancia y violencia. Hay momentos en los que el espectador explota de risa ante las ocurrencias de Beto y otros incómodos, para emocionarse , llorar y reflexionar.
- ¿Refleja a muchas familias?
- Totalmente, los temas que expone se reproducen en miles de hogares y de vínculos. Aparece la culpa, el enojo, los reproches, pero también se refleja el amor desde la resistencia y el acompañamiento, elementos fundamentales para la inclusión. Es gracias al logro de distintas luchas y movimientos que hoy podemos hablar y asumir en conjunto desafíos, comprender dolores, celebrar alegrías y logros... Reconocer a las personas como tales más allá de su discapacidad, con sus derechos.
- La relación se dispara cuando llega alguien de afuera. ¿Lo exterior es desesquilibrante?
- Funciona como un elemento que desequilibra pero es también lo que se cocina en el interior lo que determina lo que va sucediendo. Lo que viene de afuera genera tensión, hipocresía y mentiras pero es una oportunidad para exponer pensamientos y acciones.
- ¿La hija busca escapar?
- Intenta escalar socialmente, encontrar otra posibilidad y modo de vida, pero queda entrampada en repetir mandatos. Busca el escape, el zafar de un ambiente violento pero proyecta sin querer lo mismo de lo intentó huir.
- ¿No tener filtros al hablar puede ser peligroso socialmente?
- En este caso funciona como una posibilidad de verdad, de transformación, de ruptura. Lo impuesto socialmente le quita voces y derechos a los más débiles; en ese sentido, Beto asume el rol del héroe, se siente capaz de revertir lo instalado. ¿Qué hacemos una vez que se devela la verdad? Cada actor y actriz el elenco presenta la sensibilidad, capacidad, entrega y energía necesarias para abordar su personaje. La alquimia y el amor al proyecto fue inmediato y eso se celebra en estos tiempos.