Estados Unidos bendice diálogo político por fuera de la grieta

Estados Unidos bendice diálogo político por fuera de la grieta

Estados Unidos bendice diálogo político por fuera de la grieta
18 Agosto 2022

Por Hugo E.Grimaldi

El embajador de los Estados Unidos en la Argentina, Marc Stanley seguramente no lo puede decir, pero él ha sido el firme arquitecto del acercamiento que muchos consideran imprescindible que se dé entre los dirigentes del Frente de Todos y los de Juntos por el Cambio. Es más, ha contribuido decisivamente a que se limen bastante las asperezas de la pelea política y de la mecánica económica, en la que los dos proyectos son como el agua y el aceite, para que haya un ámbito donde sólo se hable de temas no coyunturales, tal lo que propuso hacer en el Congreso de ahora en más Sergio Massa.

Vedado el camino de concordar en la receta de coyuntura y sin prestarse a componendas, muchos han comprendido la necesidad de hablar de desarrollo por el bien del país y es más que probable que la oposición finalmente se siente a la mesa, con todos los reparos que tiene la fuerza política opositora, para nada homogénea, sobre todo a que la invitación termine siendo una gran chicana de parte del oficialismo que busque cooptar dirigentes. Ésa es la tarea del negociador: tirar de la cuerda hasta que se pueda y buscar alternativas dentro de lo posible. Sin figuras de peso, la desconfianza que impuso la grieta le impedía a los locales tomar el estandarte del diálogo que ahora parece blandir Stanley.  

El ministro de Economía, el “presidente Massa”, tal como derrapó ante una selecta audiencia empresarial de los dos países, la del Council of Americas, el amigo de Alberto Fernández, el embajador argentino ante los Estados Unidos, Jorge Argüello, fue el encargado de hacer rodar la noticia de la propuesta del Gobierno, ya se verá si de modo formal o si sirve a la oposición la palabra pública expresada por una pata del Frente de Todos a través de un micrófono. Si bien ante la pasividad del Presidente y el silencio táctico de la vicepresidenta, Massa es hoy el referente principal del Gobierno nacional, igualmente deberá esperarse un poco de show y resistencia de algunas de las partes de los dos lados, antes de que se acepte el convite.

En concreto, el ex jefe de la Cámara de Diputados propuso públicamente con mucho cuidado para no hablar de los temas que dividen aguas, “encontrar” de aquí hasta marzo, mes cuando “comienza la temporada electoral”, caminos para avanzar en una serie de acuerdos o consensos básicos “en temas que hacen al desarrollo”. Massa apunto a “no tener miedo” de sentarse juntos en una mesa “por más que seamos de fuerzas políticas distintas”.

El mensaje ha sido muy cuidado, ya que el ministro omitió hablar de coyuntura, que es la principal tara que se le adjudica a los populismos y se centró en varias cuestiones estratégicas, como la energía, la minería, la economía del conocimiento y el sector agroindustrial que puso bajo su órbita en el nuevo diseño del ministerio que ahora ocupa, todos sectores donde los empresarios estadounidenses podrían invertir. “Esto tiene que ver con una decisión estratégica”, planteó al hablar de que “lo que está en juego es el futuro de la Argentina”.

Lo más interesante de la reunión donde Massa hizo este llamamiento no es que se habló de darle mayor libertad a los mercados, de menor presión impositiva, de acercamiento con el sector privado y de recomposición de Reservas, sino que un rato antes había hablado Stanley. ¿Qué dijo el embajador casi como introito del ministro?: “Sólo una cosa difiero con el Jefe de Gobierno (de la CABA, Horacio Rodríguez) Larreta, ya que él habló de que quiere construir una coalición. Yo le diría que lo hagan hoy mismo. Éste es el momento y no creo que la Argentina tenga que esperar a las elecciones de 2023 para hacerlo”.

La presencia de Massa en el Ejecutivo podría haber hecho girar la tómbola diplomática a favor de los Estados Unidos, el país a endulzar si se quiere seguir adelante, aunque sea con muletas con el Fondo Monetario, aunque la diplomacia siga coqueteando con China primero y con las dictaduras latinoamericanas, tal como el kirchnerismo furioso pregona y el presidente Fernández y su canciller Santiago Cafiero han aceptado encarar.

La visita presidencial a los Estados Unidos, ahora ratificada para setiembre, quizás tiene que ver también con los insultos que ha sabido conseguir Fernández de parte de esos mismos países que cuestiona Washington, por no haber liberado el avión venezolano-iraní que duerme en Ezeiza, interdicto ahora a pedido justamente de los EEUU. Unos días antes llegará Massa a Washington y Nueva York y el resultado de lo que consiga en materia económica, ahora endulzada por estas novedades, también será fundamental para el Presidente.


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