Productos low poo: en qué consisten y cuándo podríamos usarlos

Los cosméticos con menos compuestos químicos y sulfatos han ganado terreno. Recomendaciones para tener en cuenta.

CURIOSIDADES. Cuando el cabello está saludable crece alrededor de un centímetro por mes. Es un mito que cortarlo incrementará los resultados. CURIOSIDADES. Cuando el cabello está saludable crece alrededor de un centímetro por mes. Es un mito que cortarlo incrementará los resultados.
Guadalupe Norte
Por Guadalupe Norte 15 Agosto 2022

En los últimos años, las personas aprendimos a tomar mayor conciencia sobre la forma en que se fabrica nuestra indumentaria y la comida. Esta búsqueda de información para tomar mejores decisiones de consumo también se replica a la hora del baño.

Entre las decenas de opciones que existen para lavar nuestro cabello se encuentran los champús y los acondicionadores low poo. ¿De qué se tratan?

“Para eliminar los residuos de nuestro pelo (por ejemplo, las células muertas, las partículas propias de la contaminación o el sudor) uno de los tantos ingredientes que poseen estos productos es el detergente. Según su capacidad limpiadora, se clasifican en diferentes tipos y hay una parte de ellos que resultan bastante agresivos”, explica la dermatóloga Hilda Biondo.

El término hace referencia a las líneas que se elaboran con una menor cantidad del compuesto y sin tantos parabenos ni sulfatos. Aunque cumplen con su misión de mantener nuestra higiene igual que el resto, estos productos son más suaves y amigables con la fibra capilar y el cuero cabelludo.

“Además evitan que se elimine excesivamente la lubricación natural del cabello; una cuestión que lleva a que muchísimas mujeres completen sus rutinas con el doble de cosas (cremas hidratantes, máscaras, aceites o sérums, etcétera)”, indica.

Estos productos pueden hallarse en las peluquerías, las farmacias y los supermercados tucumanos sin demasiadas complicaciones.

Aplicación

En cuanto a la aplicación tampoco existen grandes requisitos; basta con masajear (nunca frotar) sobre el cuero cabelludo y luego aclarar.

La diferencia alcanza a verse tras dos o tres meses; sin embargo, el método posee su letra chica. “Cada unos 10 días, deberíamos intercalar el champú y el acondicionador con alguna etiqueta que contenga un mayor índice de detergente para profundizar la limpieza y eliminar los residuos propios del lavado y agregados posteriores”, advierte la tricóloga Abigail Rueda.

Selección

La tendencia low poo es recomendada para cabellos afro, rizados, con predisposición a la sequedad o que sufrieron permanentes, decoloraciones o alisados durante varios años.

También se aconsejan a quienes posean la fibra capital dañada a causa del calor continuo de la planchita y el secador.

“En otros casos, puede volverse de gran ayuda para las personas con cuero cabello sensible o para que logremos preservar el tono de nuestra tintura por más tiempo”, completa Rueda.

Aunque hay grupos consolidados de fans que profesan sus propiedades en las redes sociales, el método no se sugiere para mujeres u hombres con el cuero cabello graso, seborrea, psoriasis o caspa.

“De tener alguna de estas características, la solución sería optar directamente por una línea de champús o acondicionadores que hagan foco en esos problemas”, acota Biondo.

También hay que prestar especial atención a cualquier factor hormonal o ambiental que jugase en contra.

Controversias

Corriendo un poco los límites de nuestro hábitos, en 2018 se popularizó a través de internet un método en el cual se proponía eliminar por completo el champú (no poo).

En su lugar, las opciones apuntaban a emplear solo acondicionador (co wash) o reemplazarlo por aceites esenciales o mezclas de bicarbonato y vinagre.

La función de los acondicionadores consiste en desenredar y facilitar el peinado; sus fórmulas no están preparadas para la higiene. “Si omitimos hacer este paso o lo concretamos de forma incorrecta, la microbiota de la piel sufre un desequilibrio y a las semanas vamos a acabar con una inflación en la zona o patologías afines”, advierte la dermatóloga.

Antes que intentar modas o experiencias virales, Rueda destaca la importancia del autoconocimiento. “Los productos o los procedimientos químicos capilares no funcionan igual para todos. El primer paso para obtener una cabellera brillante y saludable consiste en analizar su estado actual, las chances de dedicación que tendremos y los agentes agresores específicos que jugarían en contra”, comenta.

Champú sólido

En la actualidad, la cosmética natural le ofrece al público un amplio abanico de propuestas. Entre ellas, la de mayor demanda para sintonizar con el medioambiente se encuentran el champú y el acondicionador sólido.

“Sus principales ventajas comparativas son que vale menos y duran más (una unidad equivale a dos botellas de cualquier marca líquida). El precio disminuye bastante también si se los compramos a algún emprendimiento local ya que no se incluyen los costos de transporte ni terciarizaciones”, destaca la cosmetóloga Teresa Olivé.

Además, debido a la composición no requieren de empaques plásticos y en su elaboración se emplean menores cantidades de agua y energía. “Hay gente que siente reticencia a comprarlos porque les cuesta romper la costumbre. El champú sólido no es mágico así que nuestro cabello va a requerir un periodo de adaptación como con cualquier novedad”, agrega.

Previo a la compra, la sugerencia primordial es chequear que los ingredientes se adapten a nuestro tipo de cabello y que la marca cuente con alguna certificación para corroborar que los compuestos no resulten dañinos. “En el mundo del consumo natural, vegano y/o plant based existen quienes se lanzan a elaborar cosméticos sin estar calificados ni contar con un lugar apto para trabajar. Aunque no se manipulen sustancias químicas, hay que encontrar marcas que sean de calidad y cumplan con un mínimo de estandarizaciones”, alerta.

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