09 Agosto 2022
Ucrania detuvo a dos personas que trabajaban para los servicios de inteligencia rusos y que planeaban asesinar al ministro de Defensa y al jefe de su agencia de inteligencia militar, informó el servicio de seguridad nacional, el SBU.
El Servicio de Seguridad de Ucrania frustró el complot de la agencia de inteligencia militar rusa GRU para llevar a cabo tres asesinatos, incluido el de un destacado activista ucraniano, dijo la agencia en un comunicado. No hubo una reacción inmediata al comunicado de Ucrania por parte de Moscú o de los medios de comunicación estatales rusos.
Los sospechosos, uno de ellos residente en la región oriental de Lugansk, en manos de los separatistas apoyados por Rusia, y el otro residente en Kiev, recibieron promesas de a 150.000 dólares de los responsables rusos por el asesinato de cada uno de sus objetivos, dijo el SBU.
El hombre de la región de Lugansk entró en Ucrania desde Bielorrusia y fue detenido en la ciudad de Kovel, en el noroeste del país, junto con el residente de Kiev, según el comunicado.
Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero y la seguridad de los funcionarios de alto rango es extremadamente estricta. El distrito gubernamental de Kiev está acordonado con puestos de control con hombres armados, mientras que sacos de arena se apilan en las ventanas y entradas de los edificios gubernamentales.
En el este y sur de Ucrania, en tanto, crece la inquietud por la situación de la planta nuclear de Zaporiyia. El secretario general António Guterres reclamó el cese de ofensivas, de los cuales Moscú y Kiev se acusan mutuamente. “Existe la posibilidad de que el mundo deje de existir”, alertó Guterres.
“En este momento, con la amenaza nuclear de vuelta, debemos pedir a los países con armas nucleares que se comprometan a no usarlas. Si no es así, esto supondría la destrucción del planeta”, dijo Guterres en Japón, durante una rueda de prensa con el Club Nacional de Prensa en Tokio.
Guterres hizo estas declaraciones después de que el viernes se produjera un ataque contra la central nuclear de Zaporiyia, controlada por Rusia desde los primeros días de su campaña militar en Ucrania, y de los cuales Moscú y Kiev se han acusado mutuamente.
Guterres condenó los hechos sin responsabilizar a ninguna de las partes. “Cualquier ataque a una planta nuclear es una cosa suicida. Espero que esos ataques terminen y, al mismo tiempo, espero que la OIEA sea capaz de acceder a la planta”, agregó. (Reuters)
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