El Señor de los milagros, una historia de amistad y la peligrosa Ruta 34

El Señor de los milagros, una historia de amistad y la peligrosa Ruta 34

Una película local retrata de manera íntima y emotiva una de las peregrinaciones religiosas más importantes de la región.

RODAJE. El equipo logró un fuerte vínculo con el grupo al acompañarlo en la peregrinación. RODAJE. El equipo logró un fuerte vínculo con el grupo al acompañarlo en la peregrinación.

Es probable que a muchos, internamente, nos definan nuestras esperanzas y caminos. El constante tránsito de un punto a otro venciendo obstáculos. Es probable que gran parte de transitar dependa de nuestro esfuerzo, pero es casi seguro que construir vínculos de compañerismo y afecto aligera la marcha, suaviza la carga y despeja el sendero: permite avanzar. Esa es la sustancia de la película “Camino a Mailín”, un film tucumano-santiagueño en el que la amistad y el amor se sobreponen a recorridos difíciles.

Este largometraje de no ficción, dirigido por Ana Basualdo (28), narra la historia de Olga Castillo (58), quien cada año lidera a un grupo de peregrinos en una agotadora y ardua caminata de cuatro días, a la vera de la peligrosa Ruta Nacional 34, hacia el santuario del Señor de los Milagros de Mailín. El periplo se realiza en el marco de una festividad religiosa y popular de Santiago del Estero, reflejo de otras muchas similares en el norte argentino.

“Investigábamos sobre religiosidad popular en Santiago cuando nos topamos con estos peregrinos coordinados por Olga y un grupo de mujeres que la acompaña -relata Ana-. Conocimos sus conmovedoras historias y entendimos que allí estaba la película. Es impresionante lo que hacen estas mujeres por la fe, pero sobre todo por la amistad”.

ESTRENO. Directora y protagonista juntas en el marco del pasado Festival Tucumán Cine. ESTRENO. Directora y protagonista juntas en el marco del pasado Festival Tucumán Cine.

El Señor de Mailín

La historia del “Señor de los Milagros de Mailín” comienza hace más de 200 años, a finales del siglo XVIII, cuando una noche el anciano Juan Serrano vio una luz en el monte, bajo un algarrobo. Cuando se acercó al lugar encontró la cruz de madera con su Cristo, que hoy es venerada por creyentes de todo el país. El árbol se encuentra todavía a muy pocos metros del templo que fue construido posteriormente, a comienzos del siglo XX, en la actual localidad de Villa Mailín, departamento de Avellaneda.

“Hay dos acontecimientos importantes”, explica Olga, la protagonista del film. “Uno es en mayo, donde se hace la “Fiesta Grande” de la ascensión del Señor y a donde asisten más de 300.000 personas; luego, el 14 de septiembre, se realiza la “Fiesta Chica” de la exaltación de la cruz, que es donde asistimos los peregrinos que vamos caminando”. El documental se filmó durante el encuentro de septiembre de 2018.

Olga vive en el barrio Villa Mariano Moreno de Santiago capital, y trabaja como empleada doméstica. Desde niña concurría a la Fiesta Grande del Señor de Mailín junto a su familia. Desde hace 40 años, cuando cumplió 18, comenzó a peregrinar en septiembre. En 2005, junto a sus amigas, conformaron el grupo “Jesy”. La agrupación nació para honrar la memoria de las víctimas de un trágico accidente, cuando en 2001 un camión embistió y mató a cinco peregrinos.

Todos los años parten desde la capital y atraviesan 150 kilómetros a orillas de la ruta 34 hasta llegar a Villa Mailín. Durante cuatro sacrificadas jornadas inician el recorrido a las cuatro de la mañana, caminando casi 40 kilómetros diarios hasta pasado el mediodía. La hoja de ruta es estudiada con cuidado para resguardarse del intenso y agresivo tránsito vehicular. Cuando la siesta avanza y el sol santiagueño se vuelve implacable, se detienen a descansar, curarse las heridas de los pies, reponer energías en el cuerpo y el espíritu, darse aliento. Al día siguiente retoman la marcha, cargando sus promesas y pedidos.

Más allá de la fe religiosa, el camino y los años han fortalecido los lazos de cariño, la empatía y la solidaridad entre estas personas. Todas cargan historias potentes y difíciles que, antes que debilitarlas, las fortalecen y las unen. Quizás un signo de muchas de las comunidades de la región. “Esta familia hermosa siempre está, mis amigas nunca me abandonaron -revela Olga-. A mí me cae una lágrima y ya tengo alguien a mi lado; nunca he llorado sola porque estas personas siempre me acompañan”.

RUTA NACIONAL 34. Los peregrinos deben marchar con atención a causa del intenso tráfico en el camino. RUTA NACIONAL 34. Los peregrinos deben marchar con atención a causa del intenso tráfico en el camino.

En público

El documental se estrenó en el 17º Festival Tucumán Cine a sala llena y conectó profundamente con el público, logrando una atmósfera reflexiva que a muchos conmovió hasta las lágrimas. Sucede que la puesta propone sumar al espectador a la caminata, al desafío de llegar a destino, lo acerca al vértigo de la ruta como antagonista, donde el tránsito acelerado de los camiones se configura como una amenaza; lo conecta con el impulso de creer para seguir adelante y no rendirse. El sólido planteo narrativo es prueba del cada vez más consolidado cine de la región.

“En la película surgen elementos universales -observa Ana-. El amor que trasciende la vida y la muerte, la fe, lo que una persona puede llegar a hacer por algo en lo que cree; pero sobre todo, la amistad”.

“Camino a Mailín” es la tesis de la Escuela de Cine de la UNT con la que obtuvieron sus títulos de Licenciados en Cine Ana Basualdo y gran parte del equipo técnico que participó del rodaje y postproducción. Fue producida por Facu Tai Cardoso e Ignacio Klyver y contó con el apoyo de la Escuela de Cine de Tucumán y la Universidad Nacional de Santiago del Estero, lo cual da cuenta del importante rol de las instituciones académicas para fortalecer los relatos e industrias locales.

En la narración está presente el Santiago místico y sincrético donde convergen gran cantidad de devociones populares. El Señor de Mailín, de hecho, está muy presente en la vida cotidiana de la vecina provincia: en canciones, poesías y hasta en stickers en kioscos y taxis.

Es por eso que esta película traza una huella identitaria que disputa sentido desde nuestro NOA. Pero su fortaleza radica en la lucidez de apartarse del suceso específico para subrayar al amor como un faro para atravesar caminos difíciles.

“A mi lo que más me impacta es cómo Olga, a pesar de las adversidades de la ruta y de su propia vida, continúa caminando -señala Ana-. Continúa caminando, literal y figurativamente, a la par de sus amigas”.

ESTA NOCHE

“Camino a Mailín” se podrá ver hoy a las 21 en el Espacio Incaa de Tucumán.

EL PROCESO

“Camino a Mailín” implicó cinco años de trabajo entre investigación, preproducción, rodaje y postproducción. Los técnicos trabajaron ad honorem, al tratarse de un proyecto de la currícula de la Escuela de Cine. El preestreno se realizó en Santiago del Estero el pasado 11 de julio y contó con la presencia de todos los peregrinos del grupo “Jesy”. Actualmente inicia su gira por festivales y espera próximamente la proyección en el CCK (Buenos Aires).

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