EN LOS ALPES. Tomás, que ya ha aplicado a dos visas Working Holiday, ahora se encuentra en Alemania.
Tomás Motok jamás había viajado a Europa, hasta que llegó el Mundial de Fútbol 2018, en Rusia. Cuando regresó a Tucumán -relata- sintió que “tenía la cabeza en otro lado”. Ahí se dio cuenta que él pertenecía al mundo. “Buscando la forma de volver, encontré lo de las Working Holiday; y ahí empecé”, cuenta a LA GACETA desde los Alpes alemanes. “Al principio es un mar de dudas; hay muchas preguntas y pocas certezas -asegura-; pero nunca me arrepentí ni un segundo, ni en los peores momentos”.
Cuando Tomás habla de las Working Holiday (WH), se refiere a un tipo de visado que ofrecen varios países del mundo. Se trata de una visa que permite a personas de entre 18 y 35 años (según el destino) residir, trabajar y viajar allí por hasta un año. Los argentinos pueden aplicar en 15 países; y cada vez más jóvenes se animan a dejar el continente para vivir esta experiencia que permite conocer otros destinos y otras culturas. Ah, y por supuesto, también hace posible ahorrar en moneda extranjera. Y bastante, comentan quienes ya se fueron.
Australia, Dinamarca, Nueva Zelanda y Alemania son los más elegidos, pero también se puede optar por Hungría, Noruega, Irlanda, Suecia y España, entre otros. La oferta es amplia, y cada país tiene sus condiciones: casi todos permiten aplicar sólo una vez en la vida a la visa; el rango etario puede acotarse y hay otras variables que entran en juego.
“Argentina tiene convenios WH con países específicos y cada acuerdo tiene sus propios requisitos. En general, todos tienen en común: 1) límite de edad, 2) demostrar fondos suficientes y 3) seguro de viaje, como mínimo. Después se van agregando algunas cosas, dependiendo de cada acuerdo”, dice desde Noruega el tucumano Ignacio Caunedo, que ya tiene cinco visas de este tipo en su haber.
Diferencias
Cuando se habla de vivir y trabajar en el exterior, lo que más se nombra es el visado de tipo Work and travel, que se destina a estudiantes por alrededor de cuatro meses. Esa alternativa se realiza a través de empresas gestoras que consiguen al interesado la visa, el trabajo y el alojamiento, además de asistencia durante todo el viaje. Por todo ese servicio se abona un costo bastante alto, que luego se recupera en el trabajo. Con las visas WH, el proceso es autónomo. “Es un trámite que cada uno hace personalmente, y lo que se obtiene es el permiso de residencia y de trabajo. Después es responsabilidad de uno hacer todos los trámites y conseguir empleo, alojamiento y demás”, explica Ignacio, y Tomás subraya: “tenés que hacer todos tus trámites como una persona nueva que llega al país. Conseguir número de seguridad social, alojamiento, trabajo... todo tiene sus mañas”.
Otra de las diferencias es que para pedir visas Work and Travel tenés que ser estudiante universitario regular. Y solo podés aplicar para viajar de diciembre a marzo. Para las WH no hace falta; se puede ahorrar más y, como el trabajo lo conseguís vos, podés probar diferentes labores. Y la aplicación es durante todo el año. Ahora bien, lo cierto es que la visa Work and Travel ofrece todo “servido”, pero ambos entrevistados aseguran que el proceso para la WH es igual de seguro. “Son programas que vienen funcionando hace muchos años, y conocí muchísimos argentinos y jamas escuche un caso de alguien que no haya conseguido trabajo”, indica Ignacio.
Aplicar
No es tan difícil como parece. Lo primero que tenés que hacer es elegir a qué destino querés ir, y en qué época del año. Si bien en la gran mayoría de los países se puede aplicar en cualquier momento, hay algunas visas que solo abren por un periodo determinado y con cupos limitados, como es el caso de Australia.
Una vez elegido el país, tenés que buscar los requisitos que se piden para extranjeros y luego aplicar, -según se requiera- de manera online o presencial en la embajada. Según el lugar, el tiempo para aplicar puede variar. Para Alemania, por ejemplo, tenés que hacerlo entre tres meses y hasta 15 días antes del viaje. Y luego vine lo más “complicado”: encontrar trabajo y alojamiento. Va a ser más fácil o difícil según el país y la ciudad en la que busqués.
Trabajo
Lo que se gana en cada país es diferente. En Dinamarca o en Suecia, por ejemplo, los ingresos mensuales pueden ser cerca de U$S 1.700, pero se puede ahorrar cerca de U$S 500. En Australia, en cambio, el sueldo promedio es de U$S 2.300 y el ahorro es cerca de la mitad. Por supuesto, todo depende del costo de vida y de los gastos que cada viajero decida hacer.
“Europa está llena de ofertas de trabajo -dice Tomás-; la primera vez me costó bastante (encontrar empleo). Ahora, como tengo más experiencia, me resulta más fácil... Pero siempre depende de uno mismo”.
Ignacio apunta que conseguir un empleo no es un problema. “Estuve en Suecia, Dinamarca, Alemania, Noruega, y el año que viene voy a Australia. En ninguno de los cuatro países en los que ya viví demoré más de dos semanas en conseguir trabajo. Y te diría que en menos tiempo... Obviamente son empleos temporales, relacionados con el turismo, gastronomía, hotelería y de delivery -resalta-; no importa que no tengás experiencia, es cuestión de saber moverte, meterte en todos los grupos de Facebook, preguntar a otros argentinos que ya estén en el lugar si saben de algo, y mandar muchos curriculum o ir a entregarlos. Y sí, se gana muy bien. Por lo menos, en los países que estuve, puedo decir que en promedio podía ahorrar 800 euros por mes o más”.
Skills y otras cuestiones
En todas las ofertas laborales se valora el buen nivel de inglés y de la lengua del país, pero no es excluyente. “Saber inglés es lo que más te puede ayudar, pero hay trabajos en los que te podés arreglar para ni tener que hablar, prácticamente -indica Tomás-; yo he trabajado en cocina, en limpieza, de warehouse (trabajo en depósito) y hasta de heladero”.
Para elegir el país no basta con pensar en los ingresos que se podrían obtener. Hay que tener en cuenta otras cuestiones, como el dinero que se solicita para poder aplicar. En general, los fondos que se pide declarar van entre los U$D 2.000 y los U$D 3.800. Algunas visas son gratuitas y otras cuestan entre U$D 70 y U$D 200, aunque hay excepciones.
Además, hay que tener en cuenta el costo de vida y los objetivos del aplicante: si deseás viajar por Europa, si querés ahorrar todo el dinero y regresar... Todo eso hay que ponerlo en la balanza para elegir un lugar y que la experiencia del Working Holiday sea fructífera.
Dónde puedo ir
Actualmente los argentinos pueden aplicar para ir a Alemania, Andorra, Australia, Corea, Francia, Japón, México, Noruega y Polonia. En los próximos meses, según se anunció, abrirán nuevamente esta posibilidad Suecia, Portugal, Nueva Zelanda, Irlanda, España, Hungría y Dinamarca.








