El crimen del arquitecto: “Al recibir la patada, la víctima cayó como un poste”

El crimen del arquitecto: “Al recibir la patada, la víctima cayó como un poste”

Un testigo relató como fue la mortal agresión que sufrió Julio Rubén Scida. La versión del acusado sufrió un duro golpe

UNA AUDIENCIA DIFERENTE. La primera jornada del juicio estuvo cargada de momentos emotivos. UNA AUDIENCIA DIFERENTE. La primera jornada del juicio estuvo cargada de momentos emotivos.

En un juicio, con el nuevo código procesal penal, las partes están obligadas a realizar un alegato de apertura. No es otra cosa más que dar a conocer la estrategia a la que recurrirán y cuál es su teoría del caso. Después se escuchan las declaraciones del acusado, testigos y peritos; los que buscan probar sus planteos. En la audiencia inaugural del debate por el crimen del arquitecto Julio Rubén Scida, la situación procesal de Ángel Ismael Cativa terminó complicándose considerablemente.

El fiscal Carlos Sale presentó el caso registrado el 16 de octubre de 2021. Relató que ese día, Patricio Scida, hijo de la víctima, estaba parado en la esquina de avenida Presidente Perón y Las Rosas. El joven cruzó por la senda peatonal y Cativa, que circulaba en una moto con su pareja Samanta Escasena, pasó con el semáforo en rojo. “El muchacho le recriminó su actitud y lo insultó. El imputado volvió y se inició una discusión que pasó a las manos. El padre, que lo estaba esperando para regresar al hogar, instintivamente lo fue auxiliar. Pero también fue recibido a golpes. Ni siquiera paró cuando el arquitecto le decía que ya está, que se termine”, indicó.

Sale, en su alegato, dijo que los Scida a toda costa querían poner punto final a la pelea, pero que el acusado seguía pegándole al arquitecto. También señaló que, cuando el fallecido estaba en un estado de indefensión, le aplicó una patada en el rostro que le provocó fracturas en el molar izquierdo y el maxilar derecho, provocándole que perdiera el conocimiento y golpeara su cabeza contra el pavimento.

“El acusado es un campeón de artes marciales y debería haberse representado que con su accionar podría haber provocado la muerte a una persona de 64 años. El deporte que practica tiene tres pilares: la disciplina, el autocontrol y el respeto a los terceros. Él no respetó ninguna de ellas”, añadió el acusador que le anunció al tribunal integrado por Soledad Hernández, Carolina Ballesteros e Isolina Apas de Pérez de Nucci que solicitará que se lo condene a una pena de 20 años por homicidio simple.

La querella, representada por Juan Pablo Di Lella, coincidió con Sale y agregó: “es un hecho aberrante y fuera de lo común. El ataque fue extremadamente brutal y que, luego de haberle aplicado la patada mortal, intentó seguir pegándole a la víctima y no lo hizo porque hubo gente que lo detuvo, la misma que evitó que se escapara”. También recalcó que la muerte de Scida dejó a una familia destruida y que la viuda debe trabajar el doble para poder seguir pagándoles los estudios a sus cuatro hijos.

“No vamos a negar la pelea, si vamos a cuestionar las causas y las circunstancias del hecho. Vamos a demostrar que no estamos ante un homicidio con dolo eventual, sino que se trató de homicidio preterintencional, es decir, que no tuvo intenciones de acabar con la vida de la víctima”, sostuvo Marta Toledo la defensora oficial que asiste al acusado con la colaboración del auxiliar Gustavo Estofán.

La profesional dijo que el acusado reaccionó luego de que Patricio Scida le dijera tres veces “sos un negro h… de p…” por haber pasado el semáforo en rojo. “Así se inició una pelea mano a mano con el joven. Se suma el padre y entre ambos agreden a Cativa provocándoles lesiones que quedaron acreditadas. Luego la víctima agredió a Samanta provocándole la fractura de un brazo. Después vino la patada que, insisto, no tuvo intenciones de generar el daño”, finalizó.

Diferentes versiones

Cativa, que recibió un llamado de atención por parte de Ballesteros por reírse mientras Sale alegaba, confirmó la versión de sus defensores, pero agregó otros detalles. “Por los golpes que me propinaron se me puso todo en negro y no recuerdo mucho lo que pasó. Sé que estaba parado a la par de un árbol, quieto, y de pronto observé que una persona la agrede a mi pareja. Salgo corriendo y le pegó la patada”, reconoció el imputado que no quiso responder preguntas.

Luego le tocó el turno a Patricio Scida, que relató otra versión completamente diferente del hecho. No negó que lo haya insultado a Cativa, pero dijo que no utilizó esas palabras y desmintió que el acusado haya estado desvanecido en el momento del hecho. En realidad, respaldó la versión del fiscal Sale, pero agregó otros detalles. “Siempre intenté evitar la pelea, pero él me siguió hasta que logró pegarme. Mi papá vio todo y fue a salvarme, no hizo otra cosa más que eso y decirle que parara, que no queríamos pelear. A él no le importó que era una persona mayor”, señaló antes de quebrarse emocionalmente. “Mi padre me ordenó que subiera a la camioneta para tratar de calmar las cosas. Cuando las cosas parecían haberse calmado, vi cómo le aplicó la patada en la cara. Me bajé y observé que mi padre estaba desvanecido en la calle”, indicó llorando.

Varias de las dudas que generaron los testimonios de los protagonistas de la pelea fueron aclaradas por un guardia de seguridad de un country de la zona que intentó frenar el incidente. “El acusado, cuando parecía que todo había acabado, y el señor estaba parado, lo golpeó. Por la patada el arquitecto cayó como un poste. Lo fuimos a ver y apenas si respiraba”, señaló Sergio Baspineiro que aclaró que ellos no están obligados ni autorizados a actuar en este tipo de situaciones, pero que lo hizo porque se dio cuenta de que estaba ante una injusticia.

“El agresor siempre estuvo parado, nadie le pegó por lo que pude ver. Tampoco fue una pelea mano a mano, fue una pelea desigual. Le pegaba a la persona mayor y a su hijo que estaba sobre su padre intentando protegerlo. Tampoco es cierto que la víctima le haya pegado a la mujer. Ella se cayó sola cuando se dio vuelta para irse del lugar, pero los particulares los frenaron a los dos”, relató. También dijo que como no lo podían detener, le pidieron a la pareja que lo detuviera. “Ella, con la mirada medio cínica, nos respondió: ‘ellos se la buscaron’”.

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