Por Mariana Apud
26 Julio 2022
EN EQUIPO. Albelo (izquierda) corre a la par de su entrenador y amigo. Varias cuadras atrás, en la zona de la plaza San Martín, los maratonistas habían quedado últimos. la gaceta / fotos de mariana apud
Generalmente, suele ser más atractivo saber qué siente el atleta que en una maratón está en los puestos de vanguardia o más atrás. Del que aparece al último, lo que haya sentido, podrá ser poco interesante. No en el caso de Sergio Claudio Albelo y Sandra Iturre que en la Maratón Independencia tuvieron la ambulancia escoltándolos, señal de que son los que vienen cerrando la caravana. Ellos estuvieron entre las más de 2700 personas que se anotaron en la edición 17 de la prueba atlética.
El caballero fue colista en la zona de plaza San Martín y la dama hizo el enroque cerca de la Casa Histórica. No terminaron últimos, pudieron pasar competidores, pero no fue importante para ninguno de los dos. Su objetivo no estaba relacionado con la posición, ni siquiera con la marca que podían tener en el cronómetro.
“Por primera vez pude terminar 42 kilómetros”, contó el hombre que trabaja haciendo retiros para un correo privado. “Mi objetivo personal era llegar a las 10 carreras de 42. Al lograr la undécima, siento que no tengo límites para continuar”, reconoció la odontóloga que ahora ejerce la profesión y también vive la vida con el poder que le otorgó cruzar la meta en el Monumento del Bicentenario.
Albelo viene superándose en su carrera deportiva. “Ahora estoy en 90 kilos. El máximo que tuve fue 150 en 2018. Me estoy manteniendo y es ‘otro tema’ también porque es difícil”, reconoció Albelo. “Onur”, como es apodado en el grupo de entrenamiento “Aldo y su Pandilla”, pasó malos tiempos a partir de los 26 años, época en la que empezó a subir de peso. “Si seguía así no iba a poder hacer nada. Dios siempre nos da oportunidad”, afirmó el maratonista. Esa chance se la presentó su amigo Gabriel Acuña que ya era un “pandillero”, él lo acercó al atletismo. “Me metió a hacer ésta locura y me ayudó a terminarla”, agradeció con picardía Albelo la compañía de su entrenador en cada kilómetro de la maratón.
Iturre, en su caso, encaró el desafío sola, pero si recibió apoyo moral. “Estuve al último. A ‘Chato’, que lo conocí ahí, le tengo que agradecer porque me levantó el ánimo y me hizo seguir el ritmo para poder continuar”, relató la dama. “No soy de las primeras. Pero por mi edad, completar distancias tan largas, es todo un desafío”, reconoció Iturre que tiene 55 años. “Pude volver después de la pandemia. Tenía miedo de no terminar por tanto tiempo sin correr. No tiene precio: uno puede lograr muchas cosas, pero terminar los 42 kilómetros, supera las expectativas”, agregó la maratonista.
Con el mismo pensamiento quedó “Onur” y hasta más potenciado que el de la odontóloga. Lo que pasa es que hace pocos años atrás para Albelo era muy difícil imaginarse como deportista. En su estado, inclusive estar al último en una carrera, era utópico. “Logré cosas que nunca pensé que iba a lograr”, reflexionó con su pasado bien presente.
“Mi vida mejoró notoriamente con el deporte y el grupo para bajar de peso al cual fui. Pero quienes necesiten un cambio en sus vidas, busquen hacer deportes. Junto a la amistad que generé, me ayudó mucho”, recomendó Albelo.
Evaluación y programación
Después de que los organizadores, tanto de la capital como de Yerba Buena, se reúnan para evaluar lo realizado, se fijará la fecha de la edición 18. De seguro, será en el mes de julio de 2023.
Lo más popular
