Cómo asistir a una víctima de violencia de género

Cómo asistir a una víctima de violencia de género

“¿Qué haces aquí?”, le pregunta a Alex la empleada administrativa de alguna oficina de asistencia en algún lugar de Estados Unidos. “No tenemos dónde dormir”, asegura con voz firme mientras sostiene en brazos a su pequeña hija. -“¿Vives en la calle?”. –“No. Tenía un hogar y lo dejamos”. -“¿Quieres hacer la denuncia a la policía? Estás a tiempo”. -“¿Y decirles qué? ¿Qué él no me golpeó?”, responde irónicamente.

La escena se da en el primer capítulo de “Las cosas por limpiar” (Netflix, 2021), una miniserie de 10 capítulos inspirada en la biografía “Maid: hard work, low pay and a mother's will to survive”, escrita por Stephanie Land y best seller en Estados Unidos. Tanto en el libro como en la serie, Alex huye de la casa que compartía con el padre de su hija, luego de varios episodios de violencia verbal -que no llega a ser física-, es por esto que ella no se reconoce como víctima. -“Necesitás un hogar para tu hija y solo hay lugar en el refugio para víctimas de violencia doméstica. Pero decís que eso no es lo que sucedió”. –“Sí, no quiero quitarle una cama a alguien que sufrió violencia en serio, abuso real…”. –“¿Qué significa ´abuso real´? –“Que la golpearon, lastimaron en serio”. –“¿Y cómo sería un abuso ´falso´? ¿Intimidación, amenazas, control? En el refugio de víctimas de violencia doméstica hay lugar, te enviarán un taxi y te llevarán a un lugar seguro. “-Y yo llamo y digo ¿qué cosa?”. -“Debes pedir ayuda”, insiste la asistente social.

La protagonista emprende una lucha íntima para reconocer lo sucedido y también una externa para no caer, ser fuerte y estar presente para su hija, a pesar de las adversidades que son cotidianas y muchas. Sin una red de contención familiar o de amistades, quienes colaboran con Alex son personas que la van conociendo en el camino y que se formaron para ayudar. La pregunta que sigue es ¿cómo hacerlo?

En Argentina está la línea telefónica 144 de atención, contención y asesoramiento en situaciones de violencia de género que no recibe casos de emergencias (para eso hay que comunicarse al 911). En el 144 atiende un equipo interdisciplinario compuesto por profesionales de las áreas del Derecho, la Psicología, el Trabajo Social y otras áreas afines capacitados en perspectiva de género. “Contemplamos todos los tipos y modalidades de violencia descriptos en la ley: física, psicológica, sexual, económica y patrimonial, simbólica, política, doméstica, institucional, laboral, contra la libertad reproductiva, obstétrica, mediática y en el espacio público”, explican desde el sitio web oficial.

La línea fue creada en 2013 para cumplir los objetivos establecidos por la Ley 26.485, artículo 9 y las personas pueden comunicarse de manera gratuita las 24 horas, los 365 días del año, haciendo una llamada al 144, por WhatsApp al 1127716463 o por correo electrónico a [email protected]. En los primeros tres meses de este año, el 144 recibió más de 1.000 llamadas de las cuales 209 fueron realizadas desde Tucumán, es decir, el 3% de las comunicaciones de todo el país. La pregunta sigue rondando: ¿cómo ayudar a una víctima de violencia de género?

Si vos o alguien cercano a vos es víctima de violencia doméstica llamá al n°144, escribí por WhatsApp al 1127716463 o por correo electrónico a [email protected].

“Hay diferentes dimensiones dentro de lo que llamamos violencia de género. Hay diferentes tipos de violencia y de personas. Pero sí hay algunas cosas en común sobre el abordaje, acompañamiento y recursos que van con cada uno de ellos”, explica la escritora María Florencia Freijo.

“Lo primero que hay que hacer es involucrarse. Ser sostén, compañía y escucha. Esto podemos hacerlo todos. Si estás dudando por lo que puede pasar, no lo hagas: involucrate. Las víctimas, por lo general, comienzan a aislarse cuando va sucediendo todo y llegan a un punto en donde se sienten solas y no pueden pedir ayuda. Si te involucrás hará que ella se sienta menos sola”, explicó la autora de “(Mal) Educadas”. “Lo segundo es la escucha activa. No seas una voz activa. Si querés sacarle El Segundo Sexo de Simone De Beauvoir, vas a hacer que la persona esté a la defensiva. A nadie le gusta que le hablen mal de la persona que ama o con quien sale. Tampoco que te hagan sentir que sos una tonta por no haberte dado cuenta antes. Lo que hay que hacer es empezar a reflexionar junto con ella sobre cómo se siente, más que focalizarnos en las situaciones. “¿Eso que hizo, cómo te hizo sentir? ¿Te parece que están bien estas situaciones?”, son preguntas que se pueden hacer. Así, empezás a sembrar la duda, que reflexione y se conecte con las emociones más que con la situación”.

Los últimos dos pasos son, quizás, los más importantes. “A una víctima de violencia de género hay que tenerle mucha paciencia. Por lo general, cuando nos cuentan estas situaciones uno asume una postura paternalista y pretendemos que actúen como nosotros creemos que deben actuar y nos enojamos si no lo hacen. El consejo es: no pierdas la paciencia y acompañala siempre”, dijo Freijo en un video que está en Instagram y agregó: “por último, lo mejor que se puede hacer es construir una red de apoyo para quien sufre la violencia. Una red de apoyo para quien es víctima y también para su entorno que también necesita contención".

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