La economía y las cuestiones del narcomenudeo

La economía y las cuestiones del narcomenudeo

La economía y las cuestiones del narcomenudeo

La crisis económica y la depreciación de la moneda nacional pueden transformarse en una traba para la aplicación de la ley de Narcomenudeo, esperada por muchos tucumanos y fogoneada por el gobernador interino Osvaldo Jaldo. La alerta suena mientras el mundo narco está sacudido por la caída del valor del peso frente al dólar que ya está generando varios problemas en las calles de nuestra provincia y del país, en general. El más preocupante, sin lugar a dudas, el incremento de la violencia narco.

En la última reunión de la Comisión Interpoderes, el grupo integrado por representantes de los tres poderes del Estado que prepara y vigila la aplicación de la nueva norma, se tocó un tema primordial: el presupuesto que necesitarán para poner en marcha la ley. El Ministerio Público Fiscal anunció que necesita realizar una inversión de $1.400 millones. Y el Ministerio Pupilar de la Defensa $700 millones. A esos $2.100 millones aún les quedan agregar los fondos que solicitará la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio de Seguridad y el de Salud, que también deberá involucrarse en la lucha contra el microtráfico, en su caso, atendiendo a los adictos. No será una tarea sencilla (quizás más desafiante que la de desarticular “quioscos” de venta de droga), ya que debe contar con los recursos suficientes para tratar de rehabilitar a los enfermos y realizar campañas de prevención con el fin de evitar que más personas queden atrapadas en ese infierno.

Importancia

Esos $2.100 millones no representan ni el 10% del presupuesto destinado a Seguridad en 2022, que es de más de $25.000 millones. Pero puede ser importante si se tiene en cuenta que el 85% de esos fondos están destinados al pago de los sueldos del personal policial. También es cierto que aún queda conocer los recursos que necesitan las otras partes y que ajusten con lápiz las pretensiones de cada uno para poder poner en vigencia la norma.

Un ejemplo: el MPF y el MPD contemplan la instalación de un laboratorio propio, pese a que el PE firmó un convenio y aportó fondos con el fin de contar con el de la Policía Federal. Sin embargo, cada uno esgrime que necesitan esa herramienta para ser independientes y realizar investigaciones o ejercer una buena defensa. Otro dato: la mayoría de los elementos que son necesarios (reactivos, equipos, móviles) están dolarizados, por lo que su valor podría ir ascendiendo día a día.

Jaldo no deja de repetir que el dinero no es el problema y que los representantes de los tres poderes del Estado harán un esfuerzo para conseguir los fondos necesarios. Sin embargo, en los últimos días chocaron con una pared llamada Nación. En Buenos Aires anunciaron que no habrá partidas especiales para colaborar con el funcionamiento de esta norma, a pesar de que la desfederalización de la lucha contra el narcomenudeo contempla la transferencia de recursos a las provincias que decidieron luchar contra el microtráfico. Tampoco será suficiente una modificación clave en la norma: todos los bienes y el dinero que se les incauten a los transas serán utilizados para continuar con la lucha en contra de esta actividad ilícita. Sin embargo, queda una carta por jugar: las gestiones que pueda realizar Juan Manzur como jefe de Gabinete para conseguir el envío de recursos especiales.

Dura realidad

Mientras las autoridades buscan solucionar el problema, en las calles se vive una durísima realidad: una escalada de violencia. Prueba de ello es que los seis homicidios registrados en nuestra provincia entre el 1 de junio y el 9 de julio tuvieron como móviles cuestiones vinculadas a las drogas por disputas territoriales o por peleas entre adictos. El mundo narco, aunque parezca mentira, está atado a las reglas del mercado y a la cotización del dólar, la moneda utilizada en las operaciones de compra de sustancias a los proveedores. El incremento de homicidios coincide con los problemas económicos del país.

Estas crisis siempre generan situaciones peligrosas que tienen atentas a las autoridades. Algunas de ellas son:

- Un encarecimiento de las sustancias por la escasez de droga. Implica que los adictos necesitarán más dinero para comprar las dosis.

- Los transas, por la falta de sustancia, estiran la droga con cualquier producto para tener más papelitos para vender, generando severos problemas de salud entre los adictos.

- Se incrementan los violentos robos de sustancia entre los mismos vendedores para poder seguir operando.

- Aumentan las peleas por el dominio territorial, ya que algunos transas que tienen drogas buscan quedarse con las zonas de los que no tienen sustancias para vender.

El panorama es complicado.

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