Vivir el sueño del padre, abrazar juntos la guitarreada

Los Valdez x 4 junta por primera vez en escena a una familia tucumana acostumbrada a hacer música.

 DE APELLIDO VALDEZ. Ca Fe, Valentín, Carlos y Sebastián exponen su experiencia y el amor por el cancionero más entrañable de los tucumanos.  prensa DE APELLIDO VALDEZ. Ca Fe, Valentín, Carlos y Sebastián exponen su experiencia y el amor por el cancionero más entrañable de los tucumanos. prensa

“Estoy a punto de cumplir los 75 años. Para mí es un sueño poder compartir un escenario con mis hijos, y que cada uno muestre sus aptitudes; hacer un encuentro familiar y musical, en una entrega muy sentida. Es muy valioso para los cuatro”.

Carlos Valdez Toledo es el patriarca de Los Valdez x 4, el espectáculo que reúne a los hombres de la familia Valdez hoy a las 21, en el auditorio del Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265) y en el marco del Julio Cultural Universitario.

Los hermanos Valentín, Sebastián y Ca Fe Valdez se unen a su padre para hablar con LA GACETA entre la sobremesa familiar y el ensayo.

“Nosotros nos hemos juntado en casa, en cumpleaños, en lo de familiares o con amigos. Siempre estamos guitarreando. Los Valdez somos de guitarrear y cantar, de sumarnos. Pero esta es nuestra primera vez en un escenario. Hay gente que me pidió que hable de las actuaciones anteriores, imposible porque esta es la primera vez”, dice el padre.

El espectáculo

Valdez Toledo explica que han armado un programa muy rico “en el que los Hermanos Núñez están muy presentes. Entre otras vamos a hacer de ellos ‘Chacarera del 55’, ‘El cumpita’; la ‘Zamba del Carnaval’, de Cuchi Leguizamón y Manuel Castilla; la “Zamba de los mineros”, de Jaime Dávalos y Leguizamón. Las chayas son un enganchado de distintos autores que sale muy bien, y por último, una tonada tarijeña, ‘Para Remedios’. Esto es lo que vamos a hacer todos juntos. Después cada uno va a tocar dos temas como solista. Hay momentos que tocamos los bombos todos; otros en que cantan dos y el resto hace coros; o uno toca bombo, otro guitarra. Hemos invitado a Lucho Aragón y a Héctor Ciporali”, detalla.

“Este espectáculo me generó muchos nervios, porque uno sueña y trata de que todo salga perfecto. Siento una emoción tremenda de poder llegar a cumplir mi sueño”, expresa.

Todos son músicos

El más conocido en el ambiente musical es el hijo mayor, Ca Fe. “Soy el que más se ha dedicado, pero todos somos músicos por igual”, declara. Con tanta experiencia en los escenarios tucumanos, para Ca Fe “esta juntada tiene la importancia de cantar con mis afectos, con quienes he aprendido”.

Y agrega: “lo que a mí más me gusta de esta puesta es el hecho de que somos una familia que si bien tiene otras ocupaciones, siempre ha habido un espacio para la música, que lo hemos cultivado entre todos un montón de años”.

“Esta es la primera puesta en escenario, pero para mí no importa quién tiene más o menos experiencia, sino la emoción que está en juego, y la selección de los temas -remarca-. Si bien son conocidos, son las canciones con las que uno ha ido forjando el repertorio propio, para cantar en una guitarreada. Lo escuchaba a mi viejo cuando enumeraba los temas, y me parece que está muy de la mano del tucumano, que en su identidad musical siempre ha estado ávido de descubrir otras músicas. Esa búsqueda la veo ligada a la existencia de la Universidad, que ha convocado a estudiantes de otras provincias. Cuando yo era chango, por ejemplo, tocaba con gente de Jujuy y hacíamos música de Bolivia. Uno disfruta, quiere tocar, cantar y bailar todos los géneros y los ritmos del NOA. Creo que Tucumán ha funcionado como una especie de metrópoli musical y cultural. En el repertorio elegido para hoy está ese crisol musical”.

La mayor emoción

Sebastián es profesor de Educación Física en primaria y jardines. “Toco muy poco la guitarra; soy más de tocar el bombo. Pero ahora revalorizo estar en familia”, dice, y se emociona tanto que no puede seguir hablando (las palabras que no dice son la medida de su compromiso).

Valentín tiene sólo 19 años y estudia Agronomía: “estoy rodeado de música desde muy chico. Para mí es muy loco, porque yo me metí en la música hace relativamente poco. No le llevé el apunte de chico, pero hace tres años vivía en Cafayate, y a partir de guitarreadas me puse a aprender a tocar bombo y guitarra, y a cantar. Después integré grupos allá. La música ya no se va a ir con la agronomía”.

El precio de la entrada es simbólico, $100. Además se solicitan alimentos no perecederos y/o productos de aseo personal a beneficio del Hogar San Roque.

Hacedor de bombos

Valdez Tledo y su historia de resiliencia

“Había sido gerente en empresas, y me quedé sin trabajo allá por el 99. Ya era un hombre grande y no conseguía trabajo. Había tocado el bombo toda mi vida y lo desarmaba, lo arreglaba, lo investigaba. Un amigo me pidió que le arreglara el bombo, y le pedí que me pagara porque estaba muerto de hambre. Cuando lo vino a retirar me trajo tres bombos más. Decidí mantener esta ocupación mientras seguía buscando trabajo. Pero lo provisorio se hizo definitivo, y con mucho éxito. Luthier me queda grande, yo soy un hacedor de bombos. Tengo bombos en todo el mundo: Rusia, Dinamarca, Alemania, Francia... Hice el primer bombo que entró en la Filarmónica de París como instrumento exótico -relata Carlos Valdez Toledo-. Me reinventé más de una vez: he diseñado un método alfanumérico cifrado para enseñar a tocar el bombo, que es lo que me ha ayudado a comer durante muchos años. Si mi madre viviera no podría creer que he vivido del bombo”.  


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