Una política firme para la conservación del suelo

Una política firme para la conservación del suelo

Todo hombre de campo sabe que el suelo resulta fundamental para el desarrollo de cualquier emprendimiento rural, agrícola o ganadero. Los productores están comprendiendo en la importancia de la rotación. Pero el Estado debe generar medidas e incentivos que ayuden a masificar esta práctica y para que se den otras, tendientes a cuidar el recurso suelo.

El jueves se celebró el Día Internacional de la Conservación del Suelo. La efeméride se generó en honor al científico estadounidense Hugh Hammond Bennett, quien dedicó su vida a demostrar que el cuidado del suelo influye directamente en la capacidad productiva de este.

Para cualquier hombre de campo, el suelo es un recurso indispensable en los sistemas tradicionales de producción. En ese sentido, su cuidado resulta clave de cara al futuro. Y a raíz de ello, los sistemas de producción sustentables y amigables con el ambiente son fundamentales para mantener los suelos a lo largo del tiempo.

Hammond afirmaba que la tierra productiva es nuestra base, porque cada cosa que nosotros hacemos comienza y se mantiene con la sostenida productividad de nuestras tierras agrícolas.

Señalaba, también, que el objetivo que perseguía con el recordatorio del Día de la Conservación del Suelo es el de generar consciencia en las personas, acerca de la importancia fundamental que tiene la tierra dentro del frágil equilibrio ambiental.

El suelo es un sistema que se encuentra en constante cambio, lo que lo convierte en un recurso altamente complejo. El suelo no solo sirve como soporte para todas las formas de vida, como plantas y animales, sino que, además, sirve de sustrato para el crecimiento de la vegetación, garantizando los nutrientes necesarios para todas las especies.

Resulta interesante el concepto que afirmaba Hammond cuando decía que, desde el punto de vista agrícola, los suelos funcionan como el canal de comunicación entre el productor y su cultivo, ya que por medio de las acciones que este realice, la calidad y el tamaño de su plantación variarán drásticamente.

La importancia del suelo puede dimensionarse cuando se ve el accionar de aquellos países donde este recurso escasea. En general utilizan soportes inertes y lo que la planta necesita para crecer y desarrollarse. El hombre utiliza toda la tecnología disponible para producir por medio de un sistema como la hidroponía. En este caso, países muy desarrollados con escaso suelo avanzaron muchísimo en esta tecnología, y producen una infinidad de cultivos y de vegetales, que día a día son cada vez más solicitados por los consumidores.

El suelo es el soporte de toda vida, tanto animal como vegetal, y debe ser cuidado para que las generaciones actuales y venideras puedan producir su alimento. El suelo permite la vida en todo el sentido de la palabra, ya que casi todo el alimento que se produce en el mundo se genera sobre este importante recurso. Y por ello es necesario cuidarlo.

El suelo debe ser cuidado. Pero los graves problemas climáticos que se vienen dando a raíz del calentamiento global no solo perjudican al hombre, que sufre las consecuencias que muchas veces él mismo provoca, sino también al suelo y a la naturaleza.

Resulta imprescindible tener presente la importancia de cuidar al recurso suelo, ya que el futuro de la alimentación pasa por este concepto. Los productores en general deben seguir el camino de conservarlo.

Es por ello que siempre debemos tener en cuenta que mientras no hagamos nada para evitar más desequilibrios en el ambiente y en los suelos, los efectos negativos seguirán dándose año tras año.

Desafíos

El sector agropecuario regional y nacional tiene desafíos diversos y numerosos para seguir mejorando la forma de producir. Los aportes dados de tiempo atrás -siembra directa, menor uso de agroquímicos y mejores productos, menor uso de agua y la utilización de mejores semillas genéticamente modificadas para su mejor adaptación en cada región- no resultan suficientes. Además, el uso inadecuado del manejo de estas herramientas muchas veces termina siendo muy perjudicial.

Un objetivo fundamental de la dirigencia del campo y de los técnicos e investigadores es sostener e impulsar en el NOA un mayor uso de las rotaciones con el cultivo de maíz y de sorgo para mejorar el sistema productivo. Y así lo hacen. Pero deben generarse de manera permanente incentivos para que el productor siembre cultivos que sirvan para conservar el suelo y, a la vez, aplique metodologías de trabajo que afiancen ese proceso.

Debido a ello resulta indispensable que el poder político entienda que debe arbitrar todos los medios necesarios para que esto suceda, para que este sistema productivo en la región se sostenga en el tiempo. Por el bien de todos, pero, principalmente, en beneficio del recurso suelo.

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