En cada fecha patria, se mete en la piel de algún prócer

En cada fecha patria, se mete en la piel de algún prócer

Un profesor de Artes Plásticas de Burruyacu desarrolló un modo diferente de contar la historia y el valor que tienen San Martín, Belgrano o Güemes.

CON SUS PROPIOS INFERNALES. César Esteban Mena, caracterizado como Martín Miguel de Güemes, junto a sus alumnos con ponchos salteños.    CON SUS PROPIOS INFERNALES. César Esteban Mena, caracterizado como Martín Miguel de Güemes, junto a sus alumnos con ponchos salteños.

La reciente celebración del Día de la Bandera se vivió de modo diferente en las escuelas 106 de Agua Dulce, Cruz Alta, y 149 de Alta Gracia, Burruyacu. En ambos establecimientos, a la hora del acto en homenaje al creador de la enseña patria (en horarios diferentes, por supuesto), montado en un caballo blanco apareció el mismísimo general Manuel Belgrano. El prócer estaba representado por el profesor César Esteban Mena, caracterizado con el uniforme que usaba Belgrano cuando estaba al mando del Ejército del Norte.

Mena es profesor de Artes Plásticas y Audiovisuales y ejerce la docencia desde hace 15 años. Y, según relata, desde un principio se dedicó a representar a los próceres, especialmente a Belgrano y a José de San Martín, a los que admira, en los actos escolares.

“Trabajo en varias escuelas, pero siempre voy al establecimiento desde donde me invitan para un acto protocolar. Hace poco también realicé la representación del general Martín Miguel de Güemes en la escuela Alfredo Cosson, de la capital. Incluso, a veces, por San Martín, me convocan desde el Museo Sanmartiniano, que se encuentra en Burruyacu”, comenta satisfecho el profe.

SOBRE TEKILA. Su caballo blanco de paso peruano lo acompaña en cada acto patrio, y el ingreso montado a las ceremonias es recordado por todos los que participan. sd SOBRE TEKILA. Su caballo blanco de paso peruano lo acompaña en cada acto patrio, y el ingreso montado a las ceremonias es recordado por todos los que participan. sd

“Me gusta enseñarles a los chicos a través de la representaciones. Ellos se ríen, se divierten, pero también muestran su admiración por el prócer que estoy representando y escuchan todo atentamente. Hacen preguntas, se interesan. Y si yo les pregunto algo, me doy cuenta de que se acuerdan de todo lo que les conté”, agrega Mena.

“Con estas representaciones asimilan mejor los datos históricos que cuando los estudian de un libro de texto. Y es algo único, que no se olvidan. Me pasa de encontrarme con ex alumnos, que ya son padres incluso, y todavía se acuerdan de lo que yo les contaba sobre San Martín o Belgrano”, subraya el profe.

Producción y estudio

Mena tiene dos aliados para esta práctica de transformarse en un prócer en las distintas fechas patrias. Una de ellas es su mamá, Marta Antonia Coronel, que le hace los trajes. “Es una grosa -dice orgulloso-; no es modista pero se da mañana. Yo le hago bocetos, le muestro imágenes y fotos, y así fuimos elaborando los distintos trajes. Tengo varios. Y eso es un hábito en ella, porque cuando yo era chico, también me cosía ella los disfraces, porque desde que empecé a estudiar era, y sigo siendo, un fanático de los próceres como Belgrano y San Martín”.

El otro “socio” es Tekila, su caballo. “Es mi fiel compañero. Es un peruano de paso. Lo compré hace unos años, porque me encanta hacer estas representaciones y siempre se complicaba conseguir prestado uno. Ahora solamente tengo que resolver el traslado, porque no tengo el tráiler adecuado para llevarlo, pero siempre encuentro alguien que me dé una mano”, describe. El caballo lo tiene en su casa de Timbó Viejo, Burruyacu, donde vive.

IZAR LA BANDERA. El profesor ataviado como San Martín. IZAR LA BANDERA. El profesor ataviado como San Martín.

Para sus representaciones, Mena elabora un monólogo en la que el prócer de turno cuenta momentos de la historia nacional y tramos de la biografía. “Me gusta mucho la historia, así que leo mucho de estos temas, indago, busco siempre alguna cosa nueva para que las representaciones no sean siempre iguales. Me gusta hacer cosas distintas cada vez. Además, procuro que sea simple, para que los chicos lo entiendan, pero que les deje una enseñanza”, destaca. “Y como también hago representaciones para adultos, en esos casos elaboro un monólogo diferente, con otros conceptos, que los mayores pueden entender”, explica.

“Los estudio y los preparo, pero la verdad es que al momento de ponerme el traje, me transformo, es como si me metiera en la piel del prócer, y siento que entonces las palabras fluyen”, asegura.

Al despedirse, Mena cuenta que su principal finalidad es dejar un mensaje positivo a los chicos, enseñarles y entretenerlos. Por eso, también caracteriza otros personajes, como el profesor Jirafales (El Chavo del Ocho) o Piñón Fijo. Y hace poco, dirigió una obra sobre la Pasión de Cristo.

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