Se emborrachó, entró a una subasta y compró un caballo: “No sé qué hacer, no tengo dónde ponerlo”

Se emborrachó, entró a una subasta y compró un caballo: “No sé qué hacer, no tengo dónde ponerlo”

La insólita situación protagonizada se hizo viral en las redes sociales.

Alazão y Diogo. Foto de Clarín.com "Alazão" y Diogo. Foto de Clarín.com
11 Junio 2022

Un joven de 24 años protagonizó una insólita situación en la localidad de Dourados, en Brasil, al adquirir un caballo en una subasta. Hasta allí, no parecería haber nada extraño. Pero sucede que el muchacho se encontraba en estado de ebriedad y, según explicó más tarde, no estaba consciente de lo que había hecho. "Nadie hizo una oferta más alta, y cuando me di cuenta ya me había comprado el caballo”, admitió.

Diogo estaba en su casa, tomando algo con sus amigos, cuando uno de ellos propuso sumarse a un grupo de WhatsApp de una subasta, según la información reproducida por Clarín. En rigor, los jóvenes simplemente buscaban divertirse con alguna travesura. Era sábado a la noche y el alcohol comenzaba a hacer efecto.

Así fue como encontraron un caballo que se vendía a muy bajo costo y decidieron comenzar a ofertar para elevar su valor. Diogo le quería poner un poco de adrenalina al evento y que quien se compre al equino termine pagando mucho más. Pero la aventura no terminó como esperaba: al día siguiente, amaneció con un llamado en el que le consultaron cuándo iba a buscar al animal.

"Estaba participando en la subasta on line y recuerdo que una persona ofreció 100 reales por un caballo", contó el joven al sitio G1. "Pensé que era demasiado barato y comencé a ofertar más". Edulcorado por los tragos, el joven empezó a jugar fuerte: "Yo oferté R$ 100, luego R$ 200, R$ 450 y luego jugué R$ 520".

La puja por el caballo se le fue de las manos y cuando se quiso acordar ya no había nadie más ofreciendo dinero por el animal. 

A la mañana siguiente, la broma ya no pareció tan graciosa. "Me desperté con mensajes que me hablaban del precio de la subasta. Estaba en estado de shock y mi madre me quería matar porque yo no recordaba lo que había pasado", indicó.

Para peor, Diogo recordó que días antes de la insólita compra, le había comentado a su madre que quería un perro Golden Retriever. "Ella me dijo que no podía porque no había espacio en casa y ahora yo me había comprado un caballo", apuntó.

Diogo le explicó que en el momento de la compra “no estaba tan sobrio” y que tras el remate salió con unos amigos a beber y divertirse. "Cuando me di cuenta había comprado un caballo. No sé cuidar un perro, ¿cómo puedo cuidar un caballo?”, bromeó.

Sin embargo para el joven la historia era complicada, tenía que encontrar la manera de ubicar al caballo en algún lugar, ya que en su casa no entraba. Además debía reunir el dinero para cumplir con la oferta que había realizado. Ahora, "Alazão" -así se llama el animal- se había transformado en un gran problema para él.

Diogo puso a la venta el caballo e inició una campaña pidiendo ayuda para difundir la historia y así conseguir comprador antes del 12 de junio, el día en que el caballo debía irse del lugar en el que estaba. "Realmente espero encontrar a alguien lo antes posible. Ahora, tengo que correr contrarreloj", señaló preocupado.

Para peor, Diogo descubrió que para mover el equino hasta su casa debía cumplir un procedimiento y completar muchos trámites: "El caballo está en Novo Horizonte do Sul, pensé que solo era cuestión de ponerlo en la carreta y partir, pero necesita un documento y el transporte era más caro que el caballo".

Para atraer a algún interesado, el joven decidió hacer un descuento en la venta, en vez de ofrecer el caballo por los 520 reales que había pagado, ahora aceptaba que se lleven a Alazão por 320.

Con la movida en redes sociales logró reunir el dinero que le faltaba para pagar la subasta y luego Diogo venderá el animal. “Solo estuve tranquilo cuando se llevaron el caballo, mi madre me quería matar. Mucha gente me ayudó”, admitió.

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