El gabinete de la UNT: los tuyos, los míos y los nuestros

El gabinete de la UNT: los tuyos, los míos y los nuestros

EN LA GACETA. Las nuevas autoridades de la UNT conversan con el gerente general, José Pochat, y con el jefe de redacción, Federico van Mameren EN LA GACETA. Las nuevas autoridades de la UNT conversan con el gerente general, José Pochat, y con el jefe de redacción, Federico van Mameren

Continuidad por un lado, cambio por el otro. El péndulo va y viene, de extremo a extremo. ¿Se puede congeniar esas posiciones, de movida antagónicas? ¿Dejar todo como está y modificarlo al mismo tiempo? En la tarea están embarcadas las autoridades de la UNT y esa es la foto del gabinete diseñado por el tándem Sergio Pagani-Mercedes Leal, principales comensales de una mesa chica organizada por el omnipresente secretario general José Hugo Saab. La estructura se expande en cargos y en funciones, varios nombres se mantienen -exponentes de una nomenclatura difícil de tocar-, otros asoman en el armado. Un equilibrio en el que, como toda urdimbre política, se reparten los míos, los tuyos y los nuestros. Justamente de ese equilibrio dependerá, en buena medida, el éxito o el fracaso de Pagani y de Leal. Ambos subrayaron durante la campaña la necesidad de reestructurar la UNT, consigna que en la elección de sus colaboradores puede leerse a medias. Suele suceder cuando los oficialismos salen airosos: el cumplimiento de las promesas (en este caso la renovación) no implica dejar en la estacada a la tropa fiel. Siempre será cuestión de encontrar el punto justo. Con la pintura de la victoria todavía fresca, el gabinete no deja de ser una lista de nombres que, de arranque, evidencia un variopinto abanico ideológico. Ahora lo que se impone es hacerlo funcionar en armonía. Cuidando que no salten chispas.

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Las nuevas secretarías -con lo que se elevó de 11 a 13 la cantidad de ministerios- son encabezadas por funcionarios del riñón de la Vicerrectora. Santiago Bliss, quien acompañó a Leal como Vicedecano en la Facultad de Filosofía y Letras, está al frente de Relaciones Institucionales y Gestión Universitaria. Pensado como un espacio articulador, habrá que medir con el correr de las semanas cuáles son las áreas sensibles en las que esa “gestión universitaria” hace pie. En cuanto a la Secretaría de Género, Diversidades y Derechos Humanos, cuya implementación fue varias veces anticipada por Leal durante la campaña, no es casual que haya quedado a cargo de Julia Saldaño. Ambas vienen transitando un extenso derrotero laboral y comparten la más absoluta confianza. Datos de los últimos tiempos: cuando Leal marchó a Buenos Aires para comandar el Instituto Nacional de Formación Docente, Saldaño fue su directora de Fortalecimiento del Sistema. Regresaron a Tucumán y Saldaño se reincorporó a la gestión en “Filo” mientras Leal reasumía el Decanato. Se caía de maduro entonces que Saldaño sería apoderada de la dupla Pagani-Leal. Y lo fue, junto a Héctor Madkur. A Saldaño la secunda Sandra Márquez, quien saltó del Consejo Superior a la Junta Electoral durante la convulsionada batalla por el Rectorado y aportó su voto para destrabar el nudo de las impugnaciones. Voto favorable a Pagani-Leal, claro. Márquez egresó de “Filo” con el título de profesora de Historia.

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Marcelo Mirkin conserva el cargo de secretario de Extensión, pero su relevancia en el esquema trasciende el organigrama. Fue uno de los puntales del armado que llevó a Pagani-Leal al triunfo y su ascendencia en la mesa chica salta a la vista. Es más: se habló durante algunos días de una estructura con Saab como jefe de Gabinete y Mirkin como secretario general, rumor tajantemente desmentido por los protagonistas pero -por verosímil- capaz de nutrir los pasillos. Extensión se desdobló en dos subsecretarías: una de inserción social y territorial, a cargo de Ramiro Hernández, y otra de Cultura. Y ahí sí que hizo ruido el patinazo.

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La designación de Mauricio Guzman detonó una oleada de rechazos, puertas adentro y afuera de la Universidad, que no se calibró al momento de las decisiones. Que Guzman no haya asistido a la ceremonia de juramento de los funcionarios en el Virla por un problema de salud -esto es real- descomprimió un poco la tensión y condujo hacia un desenlace previsible: el nombramiento quedó en la nada. La intención del Rectorado es superar rápidamente el episodio, aunque por el momento no hay un nombre para el cargo, más allá de quienes se autopostulan (que son muchos) y de los padrinazgos de ocasión (que no son menos). Lo cierto es que la creación de una subsecretaría -que tal vez sea secretaría en el futuro- obedece a una impostergable necesidad de impulsar en la UNT una política artística y cultural. Por qué se pensó en Guzman para ese rol, cuando lo que convoca son ideas nuevas, frescas y rebosantes de creatividad, es toda una incógnita. El resultado es que Guzman nunca llegó a formar parte del gabinete y la tormenta en ciernes se licuó a tiempo. El traspié irá convirtiéndose en un mal recuerdo en la medida que las acciones lo superen. Por caso la organización de un Julio Cultural fuerte, como el que está confirmado y se pondrá en marcha el jueves 7 del mes próximo.

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De Exactas -la tierra de Pagani- llegó Mónica Tirado para encabezar el área de Ciencia, Arte e Innovación Tecnológica. Tirado es doctora en Física; fundadora y directora de los laboratorios de Nanomateriales y Propiedades Dieléctricas y del Laboratorio de Nanotecnología de la Facultad. También investigadora independiente del Conicet. Los antecedentes la avalan de cara a una misión de lo más exigente, porque el desarrollo científico de la UNT en función del bien público y del bienestar social está en el corazón del proyecto presentado por Pagani-Leal. Y hay casi 100 institutos de investigación en la Universidad -contando los de doble dependencia- que constituyen la principal usina de generación de conocimiento del NOA. Hay más caras nuevas en el gabinete: Liliana Zeman -ex Decana de Odontología- en Posgrado y Sergio Benegas en Asuntos Estudiantiles, área de la que se aguarda un urgente barajar y dar de nuevo.

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Y está, claro, el núcleo duro del equipo. Los que representan la continuidad de la gestión además de Saab y de Mirkin: Arturo Sassi -un incondicional del ex rector José García- en Comunicación; Carolina Abdala en la secretaría Académica; Gustavo Vitulli y Marcos Mollerach en Bienestar; Federico Juárez en el área Económico-Administrativa; Sergio Mohamed en Planeamiento y Obras; Madkur en Relaciones Internacionales. Pero, a la vez, hay matices en varios de esos campos. Por caso, del arquitecto José Baselga -subsecretario de Proyectos- se espera una planificación superadora de la infraestructura universitaria. A Mollerach, en su carácter de subsecretario de Bienestar, le tocará profundizar la mirada y las acciones de una política medioambiental. Abdala es apuntalada por dos subsecretarias -Melina Lazarte Bader y Patricia Fernández- orientadas a reforzar planes y consolidar vínculos, por ejemplo con las escuelas experimentales.

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Mientras las autoridades acomodaban los cuadritos familiares en los nuevos escritorios debieron salir a apagar un par de incendios. Es la realidad de una UNT que no da tregua por la cantidad de frentes que se abren a cada instante. El de la Escuela de Enfermería no fue el único. Como en cada gobierno que asume, los primeros 100 días son fundamentales. Pagani y Leal empezaron a transitarlos conscientes de que se espera muchísimo de los dos. Y también de que están tejiendo un equilibrio interno que no puede fallar, porque en esa red de contención no se asienta su destino, sino el devenir de la Universidad.

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