La violencia en barrios del sur capitalino

La violencia en barrios del sur capitalino

08 Junio 2022

Buscar los motivos que llevan a extremas reacciones violentas parece inútil frente a los hechos consumados como el crimen del carrero, ocurrido el 14 de mayo en López Mañán y avenida Alem. Familias destruidas y un pedido de disculpas que sirve para una honda reflexión sobre lo sucedido, pero no mucho más. “Quiero pedirles disculpas a la sociedad, a la señora y al niño (que presenciaron el hecho). Está todo en manos de la Justicia ahora; que Dios y la sociedad me perdonen. A todos los que han conocido este caso, les pido perdón”, dijo el jubilado Miguel Bartolomé Cajal, de 71 años, tras aceptar la culpabilidad de haber matado de un escopetazo en la calle al carrero Santiago Melián.

Las causas fueron sutilmente expuestas por la defensa. Hartazgo por agresiones, hechos vandálicos, burlas y hasta el robo de una moto se mencionaron en el desarrollo del proceso. “No estamos justificando nada, simplemente queremos destacar que hubo una situación de hartazgo que venían arrastrando desde hace mucho tiempo”, dijo uno de los defensores. Por otra parte, el representante de la familia de la víctima argumentó que “no se puede permitir que una persona que cometa un crimen de estas características vuelva a la casa a las dos o tres semanas. No es un buen mensaje para la sociedad”. Al final, con acuerdo entre querella y defensa, en el juicio abreviado se determinó que el condenado, que tiene elevada edad, padece una seria enfermedad y es paciente de diálisis, cumpla la condena en forma domiciliaria.

El caso conmocionó de varias maneras a la sociedad. El día de la tragedia, porque la filmación de la cámara de vigilancia pública fue viralizada; luego, por las circunstancias del problema de violencia vecinal -el abogado de la familia de la víctima habló de “una serie de amenazas cruzadas”- que nunca fue solucionado y terminó de la peor manera; y, finalmente, por el terrible desenlace y la condena.

En eso tendrían que poner atención las autoridades, porque la sociedad está ante situaciones de violencia que llega a extremos en algunos casos y que han derivado en agresiones y homicidios entre vecinos por desavenencias mal resueltas. A esta violencia se suma la derivada de cuestiones de inseguridad, que en los barrios del sur capitalino ocurren con bastante frecuencia. De los casos que se han dado a conocer en las crónicas policiales bastaría con hacer un recorrido por algunas esquinas de la calle López Mañán con Laprida, 9 de Julio y Buenos Aires, o la del hecho de marras -en López Mañán y avenida Alem-; o las arterias que vinculan Villa Amalia y Villa Alem con el Barrio Belgrano, para tener una idea de cómo los vecinos han ido resignándose a convivir con la violencia. Desde el encuentro vecinal para debatir por el “hartazgo” que les provocaba la inseguridad en la esquina de esa calle con la Buenos Aires, narrado en la crónica del 06/05/2014; el reclamo relatado en la nota del 11/05/16, cuando les robaron $ 800.000 en un asalto a los dueños de un bar; o el violento ataque a un chofer de la línea 10 en el barrio Belgrano, cronicado el 12/12/18.

Estas historias dan cuenta de que las diferentes circunstancias de la violencia se han desarrollado en la zona, acaso debido a un presumible abandono del Estado que deja los vecindarios de la periferia abandonados a su suerte y eso determina que la convivencia esté marcada sustancialmente por el caos y hasta por la ley del más fuerte, con lo cual aparecen las armas como elemento de disuasión, ataque y defensa y eso ya muestra la desaparición de la contención social.

Eso exige a las autoridades que estudien la problemática de la violencia, tanto con la presencia y el recorrido policial como con la preocupación de las otras áreas estatales para resolver los problemas que se generan con la degradación social y urbana.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios