Si hablamos de la gastronomía japonesa, lo primero que se nos vendría a la cabeza es el sushi. Pero hay otro producto que ingresó con fuerza en nuestras mentes y ahora aparece en todos lados. El ramen, hoy, es una de las comidas asiáticas por excelencia en el mundo; y en Tucumán tampoco se queda afuera.
Lo interesante es que ese mundo, que parecía muy lejano, llegó a las góndolas y también tenemos emprendimientos locales que lo comercializan. Para entender el fenómeno hay que partir de sus orígenes.
El ramen puede definirse como “una sopa de fideos”; normalmente preparada con un caldo de carne o pollo y verduras. Hasta ahí, parece todo normal; pero este líquido debe cocinarse cuatro horas como mínimo. Esa es su clave.
“Es una adaptación japonesa de los fideos chinos en caldo que llegaron por primera vez a Japón a finales del siglo XIX. Originalmente se llamaban shina soba (fideos chinos), pero no fue hasta el final de la Segunda Guerra Mundial que se convirtieron en un culto, cuando los soldados japoneses repatriados trajeron a casa el amor por los fideos que probaron en el extranjero”, cuenta Florencia Terrada Hamada, tesorera de la Asociación Japonesa de Tucumán (@asociacionjaponesatucuman).
Un camino exitoso
Florencia cuenta que la popularidad del plato empezó a crecer de manera sostenida y más aún con la creación del ramen instantáneo a mediados de la década de 1950.
“Posiblemente haya ingresado masivamente a Argentina por los inmigrantes que llegaron al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Ese es el caso de mi abuelo Toshimitsu -reflexiona-. Sin embargo, su popularización es un fenómeno más reciente. Arrancó en los 2.000, impulsado por la popularidad de personajes de animes o mangas”.
En eso coincide Agustina Alonso de Yosai (@yosaidumplings), emprendimiento tucumano que se dedica a la venta de platos asiáticos.
“En el país empezamos a consumir bastante televisión asiática -remarca-; y ellos muestran bastante su cultura. Ese deseo de querer traspasar la pantalla y de querer probar lo de afuera, hizo que ingresara toda esa industria de comidas instantáneas. Me pasa con los clientes, que cuando piden por primera vez, me dicen que es porque lo vieron en la tele o internet. En general, se trata de un público joven”.
EN JAPÓN. Hay más de 100 variedades diferentes, según la región en que lo degustemos y sus ingredientes.
No quedan dudas de que la cultura asiática ha logrado conquistar a Latinoamérica: desde hace unos años las bandas de k-pop son furor en este lado del mundo y los doramas y animés toman más fuerza en televisión y streaming. La penetración de todas estos productos audiovisuales empezó en la década de los noventa y no frenó.
Cultura que traspasa
“No tenemos indicadores objetivos que nos digan cuánto está ingresando el ramen en los hogares tucumanos, pero sea cual sea esa medida, creemos que es una tendencia en crecimiento, fuertemente impulsada por la popularidad que viene adquiriendo la cultura japonesa en Argentina y la provincia”, explican Emiko Kakeno y Megumi Ishimine, docentes de japonés en la AJT.
Ambas comentan que hay personajes del animé muy famosos que son fanáticos de este plano.
“Sobre todo Naruto Uzumaki, que es un niño huérfano que no tiene quien le cocine, por lo que siempre termina comiendo kappu ramen (un tipo de ramen instantáneo). También va a un lugar donde lo cocina de manera tradicional (ichiraku ramen)”, ejemplifican.
Como él hay muchos personajes de animación que en su caracterización serelacionan con esta comida. Por ejemplo, tenemos a Goku (Dragon Ball), Koizumisan (Ramen Daisuki Koizumi-san), Ginjo (Bleach), Inuyasha o Ami Mizuno (Sailor Moon), entre otros.
Diferentes opciones
En Buenos Aires y Córdoba la “movida” del ramen ha crecido tanto que ya hay restaurantes que se dedican específicamente a la producción de este alimento.
Un plato ronda entre los $ 900 y los $ 1.100. En Tucumán se preparan a pedido y cuesta cerca de $ 750. La opción instantánea (que es el caldo y los fideos) puede conseguirse entre $ 150 y $230 en los supermercados, según la marca.
Este segundo, por las facilidades para encontrarlo, es el que más se vende en Tucumán. “Quizá es más accesible que el que uno podría pagar en un restaurante y tal vez esto ayude (a que sea tan vendido), pero hay que tener en cuenta que vendría a ser una versión simplificada del ramen de restaurantes, que requiere más tiempo de elaboración, y de algunos ingredientes no tan habituales de conseguir en un supermercado local, como dashi (caldo de pescado), brotes de bambú en escabeche, algas nori o sake”, aclara Norma Kamiya, miembro de la AJT.
¿Lo adoptaremos?
Agustina -que es cocinera- recuerda que empezó a vender el ramen a principios del invierno 2020. “Sólo vendíamos dumplings y no era una comida que los tucumanos pudieran adoptar en épocas de frío, entonces comenzamos con el ramen, que es una comida bastante imponente porque es abundante”, narra.
El producto entró con tanta celeridad en nuestra cultura, que tranquilamente podría formar parte de nuestra gastronomía. Agustina coincide.
“Me sorprendió muchísimo ver cómo lo consumen los clientes. Nos lo piden para comer durante la semana o ellos preguntan si se puede comprar congelado para luego disfrutarlo durante la semana. Por los ingredientes esto no se puede dado que cambia la textura”, dice.
“Podría ser que se instale y se extienda, en primer lugar, la tendencia a comer el instantáneo. Quizá esto lleve a que se comercialicen más variedades y marcas como en Japón, y que eso luego lleve a querer probar la versión tradicional en restaurantes o en casas de comida, y en menor medida a nivel hogareño”, se anima a vislumbrar Saori Hashimoto, vocal de la AJT.
Por lo pronto, el ramen ya se ha posicionado en el mundo como la segunda comida japonesa más consumida después del sushi, y en Tucumán ya se encuentra por todos lados. ¿Lo probaste?








