El amor por una mujer, el móvil de un homicidio

El amor por una mujer, el móvil de un homicidio

La pelea iniciada en un boliche tuvo un trágico desenlace. El acusado dijo que él se defendió de un ataque a balazos. Testimonio clave.

EN PLENO TRABAJO. Los peritos analizan los impactos de bala que recibió la camioneta del acusado durante el tiroteo. EN PLENO TRABAJO. Los peritos analizan los impactos de bala que recibió la camioneta del acusado durante el tiroteo.

“Quedé conmocionado con todo lo que pasó. Soy un hombre de negocios, un empresario que jamás pensó vivir esto. Todavía estoy en estado de shock”, señaló Marcelo Fabián Peretti (55), antes de que una jueza le dictara la prisión preventiva por el crimen de César Augusto Satle (51).

El miércoles cerca del mediodía, el hijo de la víctima recibió el llamado de un vecino diciéndole que había escuchado disparos en la puerta de la casa de su padre. El joven intentó comunicarse con él, pero como no le respondía, decidió dirigirse a su casa ubicada en el barrio San Antonio, de San Andrés. Saltó la tapia e ingresó a la vivienda. Lo encontró sentado en una silla sin vida. Lo habían matado de un disparo en el abdomen.

Personal de Homicidios, al mando de los comisarios Juana Estequiño, Diego Bernachi y Jorge Dib, dirigidos por el fiscal Carlos Sale, siguió una línea de investigación. La muerte del hombre podría haber estado vinculada a un incidente que se registró el miércoles a la madrugada en el boliche La Cascada. Cuando las autoridades lo habían identificado, el sospechoso se presentó en la Brigada Este y entregó la camioneta en la que se desplazaba en el momento del hecho y el arma calibre 40 con la que habría ultimado a Satle.

La auxiliar Luz Becerra planteó la teoría del caso. Señaló que el miércoles a la madrugada, la joven C.Y. (su nombre se mantiene en reserva por cuestiones legales) se encontraba con Peretti en ese centro nocturno.

Satle, que había mantenido una relación con la chica, al ver que su ex estaba con otro, le pegó un certero golpe de puño a Peretti, por lo que fue expulsado del lugar por personal de seguridad. Luego, según los testimonios recogidos en el boliche, el agredido se repuso y terminó retirándose en su camioneta Toyota SW4. De allí se trasladó hasta su domicilio ubicado en Monteagudo al 800 y, al comprobar que tenía el rostro desfigurado, le envió un mensaje a la víctima del homicidio para pedirle que arreglaran de una vez por todas las diferencias que tenían.

El imputado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, en su camioneta, se trasladó hasta la casa de Satle. Allí se produjo un tiroteo en el que resultó mortalmente herido el dueño de la vivienda. En la escena del crimen se encontraron vainas del calibre del arma que entregó el acusado y de la víctima, que tenía un revólver 357.

La joven, al ser entrevistada por las autoridades, aportó varios datos importantes para esclarecer el hecho. Dijo que ella no estaba ligada sentimentalmente con ninguno de los dos, pero que esa noche se encontraba con Peretti. No sólo confirmó que la víctima lo agredió, sino que señaló que después del incidente él le envió mensajes de texto (lo tenía bloqueado en WhatsApp) insultándola porque estaba con otro hombre.

EL ACUSADO. Marcelo Peretti.  EL ACUSADO. Marcelo Peretti.

También señaló que el acusado le había dicho que no haría denuncia porque esa era una cuestión que él resolvería como hombre. Contó además que lo volvió a ver a las 7.30 de la mañana y le dijo: “no pasa nada, andate a tu casa tranquilo”.

Peretti declaró para contar su versión del hecho. “Es cierto que le mandé un audio. Quería solucionar las cosas porque soy un hombre de negocios y temía que me agrediera cada vez que me encontrara en algún lugar”, señaló. También contó cómo se produjo el tiroteo: “C.Y me contó dónde vivía y por eso no tuve problemas en encontrar su casa. Iba despacio y, cuando estaba llegando, sentí unas explosiones y me di cuenta que me estaban disparando. Saqué mí arma de la guantera y respondí para defenderme porque pensaba que me estaban asaltando. Fue una cuestión de segundos”, declaró.

El acusado no pudo responder una pregunta clave que le hizo la querellante Silvia Furque: “¿por qué su camioneta tenía 11 impactos si el arma de Satle sólo tiene capacidad para seis?”. También se contradijo sobre la relación que mantenía con la joven. Primero dijo que ella se había acercado al boliche cuando estaba bailando con sus amigos y después reconoció que había mantenido una relación sentimental, pero que siguieron como amigos. “La quiero como una hija. Seguimos en contacto y muchas veces se quedó a dormir en mi casa”, señaló el acusado.

El defensor del acusado Luis María Rizo trató de que no se le dictara la preventiva o en su defecto que le otorgara el arresto domiciliario porque no había peligro de fuga. La jueza Juana Juárez rechazó el planteo y le dictó la prisión preventiva por cuatro meses.

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