Andy Clar, emprendedora e influencer: “Hay que recorrer Argentina con ojos de turista”

Andy Clar, emprendedora e influencer: “Hay que recorrer Argentina con ojos de turista”

La fundadora de la comunidad de viajeras brinda tips para aprovechar los recorridos

CAPACIDAD DE ASOMBRO. Clar dice que la curiosidad es su fuerte.  CAPACIDAD DE ASOMBRO. Clar dice que la curiosidad es su fuerte.

La conocen como la mujer emprendedora que estimuló a que cientos de mujeres en Latinoamérica armaran las valijas para conocer el mundo, especialmente Nueva York. Hoy viaja brindando tips y recomendaciones para aprovechar el tiempo en diferentes destinos. En “Bailar Acostada” (Ed. Planeta, 2022), la emprendedora e influencer Andy Clar cuenta su viaje más íntimo, su historia y el camino que ha seguido.

La comunidad que construyó lo largo de los años, “Chicas en NY”, propuso primero una forma distinta de vivir la Gran Manzana. Desde allí reveló tips, anécdotas y curiosidades para descubrir y redescubrir una de las ciudades que más cautiva en el mundo. En 2016 publicó su libro “Chicas en Nueva York”, “la guía más completa de la ciudad que nunca duerme”. Ahí volcó el conocimiento que ya había difundido en redes sociales sobre esta ciudad. Más adelante comenzó a recorrer el mundo brindando consejos para los viajeros.

Hoy Andy trabaja en sus redes sociales, Instagram (@ChicasEnNewYork @chicasdeviaje_) y YouTube junto a cadenas hoteleras, agencias de viajes y en la agencia de publicidad que cofundó junto a su marido.

En su tercer libro, la autobiografía “Bailar Acostada” relató su viaje más íntimo: “es mi historia: cómo fue el camino que me llevó desde niña a vivir mi vida de hoy, y para eso debí despojarme de todo. El clic fue leer mensajes que guardé durante años de lectoras que se sintieron identificadas con lo poquito que saben de mí, pero si solo ese poquito las movilizó hacia el lugar en donde se sienten más fuertes o mejor, o al menos les resonó en su cabeza, valerá la pena mi desnudo emocional en este libro”, posteó en sus redes días antes de la salida a la luz de su libro. “Por eso cuento todo, porque la vida está llena de matices y el modo de sortear los obstáculos puede salvarte o matarte. Tuve un poco de miedo, un sentimiento tan vulnerable pero estoy feliz del proceso interno y terapéutico que generó en mí. Investigarme a mí misma fue una tarea más que difícil”, se sinceró.

Crudo relato

En la primera parte del libro, Andy narra crudamente el día que un colectivo la arrolló en una calle de Buenos Aires y cómo se momento cambió su vida para siempre. “Estoy tirada en mitad de una avenida y veo personas como sombras que se acercan a mí, gritan, hablan entre ellas, con caras de pánico piden un médico. Y me tapan el cielo. Empieza a lloviznar; las gotas son tan finitas, tan delicadas, hay tanta niebla que me pregunto si esto no será un sueño. Un auto arranca por detrás de mí y siento que pisa mi pelo largo desparramado sobre el pavimento, y entiendo que el semáforo volvió a ponerse en verde. No me puedo mover. No siento las piernas. “Tranquila, Andy”, me dice Lucía mientras me agarra la mano. “Ya viene una ambulancia a buscarte”. –¿Qué pasa, Lu? ¿Esto es real? ¿Me pisó de verdad un colectivo? ¡Vi las ruedas gigantes pasando sobre mis piernas! –Sí, pero quedate tranquila, ahora vienen a buscarte, tratá de respirar…”, escribió sobre ese momento. “Levanto una mano, lo único que puedo mover. Los dedos están manchados de sangre. No quiero ver más. Lo sabré luego, pero estoy tirada en medio de un charco de sangre enorme, con múltiples fracturas después de que un colectivo de la línea 86 cruzara el semáforo en rojo justo cuando yo atravesaba la avenida Gaona, pasara por encima de mis dos piernas y las dejara enroscadas”.

-En tu biografía hay un momento bisagra en tu vida, el accidente que sufriste a los 23 años ¿decidiste contarlo a modo de catarsis?

-Fue algo muy fuerte pero, a la vez, también fue algo que marcó tanto mi destino como mi forma de ser, mi personalidad. No renegaba de lo que pasó, siempre seguí para adelante y era como que me ponía un casete y contaba una partecita de ese accidente. Y comencé a recibir del público mensajes increíbles de gente agradeciendo que lo haya contado, las operaciones, cómo me recuperé.

En pandemia, estuve tres meses recostada nuevamente porque tuvieron que volver a operarme y comencé a recordar cómo había sido todo. Y pensé: quiero contar esto porque mucha gente quizás está pasando por momentos difíciles y con el tema de los viajes y redes sociales uno se muestra siempre feliz, saltando, caminando, bailando y lo que se genera es confuso. Si vos te fijas bien, mis redes sociales de viajes son en colores y la mía personal es en blanco y negro. Esos son mis dos mundos.

La contratapa del libro es la última radiografía de columna. Creo que es un buen resumen de toda mi vida.

-Tu éxito personal como emprendedora llega con la comunidad de viajes Chicas de Nueva York. ¿Qué debemos tener presente cuando viajamos?

-Yo tengo algo -que espero nunca desaparezca en mí- que es la capacidad de asombro. Conozco muchísimas ciudades de todo el mundo pero siento curiosidad por todo y me asombra lo más simple a veces.

-¿La pandemia hizo que cambiase algo drásticamente en cuanto a los viajes y al turismo?

-Creo que nos enseñó -al menos quiero pensar que nos enseñó- que hay que disfrutar más los momentos, valorar más el contacto con la naturaleza, no dar nada por sentado. Si tenemos la posibilidad de viajar, seamos más conscientes, guardemos en la retina todo y no viajemos por la foto. Que eso no ocupe el 90% de nuestro tiempo de viaje porque lo más lindo pasa en el encuentro cara a cara, cuando estás sentada en una mesita de un café y ves a la gente pasar o conocés la historia de una persona en un local o te cuentan la historia de una ruina de hace millones de años.

-Siempre les hablaste a las mujeres y las animaste a viajar. ¿Cómo te llevás con el feminismo?

- Creo que fui feminista sin siquiera saberlo porque no me lo planteo. Muchos hombres me escribían al principio enojados, diciendo “por qué le llenás la cabeza de pajaritos a mi mujer”, me decían. La verdad es que nunca sentí que yo no podía hacer algo por ser mujer, ni tampoco estuve con un hombre machista nunca. Nunca sentí que tenía límites por ser mujer pero sí sé que eso existe para muchas mujeres. Este movimiento creo que es imprescindible que pase para que las cosas cambien en muchos aspectos para llegar a un equilibrio y todos tengamos los mismos derechos.

-¿Qué lugares del mundo recomendás visitar, algo así como los “ineludibles”?

Te diría que siendo de Argentina, recorras nuestro país con ojos de turista, con el mismo entusiasmo y la misma necesidad de descubrir que tenés que cuando viajás a París o al exterior. Algunos tienen una visión errada sobre Argentina pero Mendoza, por mencionar, es una de las ciudades que más amo.

En mi canal de YouTube “Chicas de Viaje en Argentina” vamos a subir capítulos increíbles sobre cómo viajar por nuestro país, visto con los ojos de alguien que conoce el mundo. Lo más lindo es conocer a la gente, sus historias. Tenemos talentos impresionantes que están en el interior del país trabajando en turismo y, a su vez, también hay mucho por hacer.

-¿Algún lugar pendiente?

Huy, eso me preguntaron mucho en pandemia. Estuve en Turquía hace muchos años y una de las ciudades que más me impactó fue Capadocia. Ahora vuelvo porque tenía pendiente viajar en globo aerostático, por ejemplo, pero tengo muchos pendientes.

-¿Cómo es emprender en Argentina?

-Yo creo que Argentina tiene muchas cosas que hace que sea muy difícil poder mantener un emprendimiento en pie durante muchos años, hacerlo crecer y proyectarlo. No es un país estable económicamente pero también tiene muchas virtudes. ¿No viste que los argentinos que emprenden en otro país siempre llevan adelante proyectos exitosos? Quizás porque tenemos el ejercicio de atar todo con alambre y de saber que en dos años es posible que todos se vengan abajo, entonces tenés previsión y otra visión.

Creo que Argentina es un país en donde se emprende mayormente por necesidad porque no te queda otra, porque la gente se queda sin trabajo, sabe qué hacer y empieza a emprender. Yo siempre tuve dos trabajos: uno como empleada, el “estable” y un emprendimiento. Empecé haciendo ropa a los 17 años cuando estudiaba diseño de indumentaria. Hoy sigo trabajando en mis redes y programas sobre viajes y en la agencia de publicidad que fundé con mi marido.

Personalmente no tengo más que palabras de agradecimiento para la Argentina pero si vas a emprender, tenés que saber que vas a tener el peor jefe que sos vos y vas a trabajar el doble, los siete días de la semana. Emprender es una manera de vivir, no es un trabajo nada más.

-¿Cómo potenciaste tus emprendimientos para que crezcan: de influencer de viajes al programa de TV, de tu propia agencia a tener varias sedes en el exterior?

-La verdad es que todo fue mucho trabajo y de muchos años. Paciencia, perseverancia pasar por momentos difíciles y tender redes, unirnos con otras agencias hacer esos vínculos que te nutren y potencian es clave, especialmente para emprendedores que no son las empresas más grandes del país. Hoy trabajamos con empresas de muchos rubros en Argentina, España, Estados Unidos, México, Colombia, Chile, Perú y Uruguay; bueno, en toda Latinoamérica. Pero todo se dio en mucho tiempo y con mucho trabajo.

Comunidad de viajeras

Creadora de la primera comunidad de viajeras de latinoamérica, supo transformarla en un medio de comunicación basado en experiencias de viaje. Conduce y desarrolla el programa Chicas de viaje (Telefe internacional - Viacom). Como empresaria, es socia fundadora de la agencia publicitaria Super con sede en nueve países.

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