Cuando los salarios no acompañan el ritmo de la inflación

Cuando los salarios no acompañan el ritmo de la inflación

Cómo ha caído el poder de compra de los ingresos desde hace cinco años

Productos que se compran con $ 1.000 Productos que se compran con $ 1.000

¿Cómo decidimos si algo está caro? Con el precio solo no es suficiente, sino que recurrimos a la comparación. Algo está caro con respecto a algo más: “¡Mira lo caro que está! En vez de comprarme eso, me puedo comprar esta otra cosa”, esto es lo que se conoce como el famoso costo de oportunidad, afirma la economista Milagros Ricchini ante la consulta de LA GACETA. La experta que integra Alphacast, un grupo de ingenieros, economistas y científicos de Datos que diseñaron una plataforma para facilitar el análisis económico y financiero, había expresado su idea en Twitter, al escribir: “no está todo mas caro; tu plata vale menos

“Lo que nosotros decimos que está caro o barato lo tomamos como referencia del precio de otras cosas que también queremos comprar. Esto es lo importante, el valor de lo que compramos se lo damos nosotros, nosotros elegimos qué comprar y qué no comprar”, señala la investigadora a partir de un análisis acerca de la depreciación que ha sufrido el billete de $ 1.000 desde que a fines de 2017 ha salido a circulación.

“El año pasado -ejemplifica- con $ 1.000 comprabas una determinada canasta de bienes, mientras que hoy en día esa misma canasta vale 1.600”. Es claro que compras menos cosas que antes. Ricchini puntualiza que ahí reside la cuestión. “La inflación no es que aumente el precio de un solo bien; la inflación es la suba generalizada del nivel de precios, justamente por esto tu plata vale menos”, indica. Y expresa: imprimir billetes de mayor denominación no resuelve un tema de precios; solo un tema logístico (necesitas menos billetes para una determinada suma en pesos).

La juntada, más cara

Un reciente informe elaborado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo Argentino (FADA), denominado “pizzas con amigos”, toma en cuenta la evolución de los precios de los artículos que, en promedio, se necesitan para una juntada. Cita el caso de cuatro adultos que se juntan a comer y cocinan dos pizzas, una especial y una de palmitos. Para tomar, buscan un par de cervezas con una gaseosa y compran un pote de helado de postre. Esos mismos productos valen seis veces lo que costaban en diciembre de 2017.

En cuatro años, ese ritual de fin de semana se ve afectado. “Nuestro billete de $1.000 perdió la capacidad de comprar 79 kilos de harina, casi 6 de queso, casi 4 de jamón, 41 latas de tomate y 33 paquetes de aceitunas. Si nos gusta la de palmitos, en cuatro años perdimos 43 sachets de salsa golf y 22 latas de palmitos. Si vemos las bebidas, nos perdimos 180 vasos entre gaseosa y cerveza. Con el helado quedaron los cuatro potes en el camino, no nos alcanza ni para uno”, afirma la economista de FADA, Natalia Ariño.

“Un análisis obligado al tratar este tema es ver qué pasó con los salarios en estos años, si acompañaron el ritmo de la inflación”, comenta David Miazzo, economista Jefe de FADA. “Al comparar diciembre de 2017 y marzo pasado, vemos que los salarios reales promedio cayeron un 21%”, advierte. Los trabajadores del sector privado registrado perdieron un poder de compra promedio del 17% y el sector público 18%. Los no registrados un 34%, los más perjudicados. Esto equivale a decir que si un trabajador informal ganaba $1.000 hace cuatro años, hoy gana $ 660, dice el diagnóstico privado.

“El billete de $ 1.000 es el de mayor valor que tenemos en Argentina, y día a día vamos viendo cómo nos alcanza para menos”, sostiene Ariño. Si vemos los productos que necesitamos para preparar estas pizzas, descubrimos que con ese billete en diciembre de 2017 comprábamos 90 kilos de harina ($ 11) y hoy sólo 11 ($ 86). Con el queso sucede lo mismo, comprábamos casi 7 kilos ($ 148) y ahora apenas 1 ($ 945). Y las 51 latas de tomate que nos alcanzaban ($ 19,50) hoy se redujeron a 10 ($ 99), finaliza FADA.

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