Prioridad en el cuidado del parque 9 de Julio

Prioridad en el cuidado del parque 9 de Julio

06 Mayo 2022

Es el pulmón verde más grande de la capital y recibe a cientos de personas por día que, bajo sus árboles, entrenan en busca de una mejor calidad de vida entre otras actividades. El parque 9 de Julio siempre fue un orgullo para los tucumanos, y su cuidado debería ser una prioridad. Sin embargo, a pesar de que permanentemente se ve a cuadrillas de obreros de la Dirección de Espacios Verdes haciendo reparaciones, el paso del tiempo y sobre todo el vandalismo y la desidia de quienes lo visitan están dejando huellas imborrables.

Declarado lugar histórico nacional el 17 de mayo de 1997 y construido por el paisajista francés Charles Thays por encargo en 1898 del entonces ministro de Instrucción Pública de la provincia, Alberto León Soldati, el parque se transformó en centro de reunión de familias, deportistas y estudiantes que lo recorren a diario. Los sectores que mejor conservación tienen están sobre avenida Soldati (o de los Próceres) y algunas cuadras sobre Benjamín Aráoz. Sin embargo, la zona que bordea las avenidas Gobernador del Campo y Coronel Suárez permanecen casi abandonadas. Ni hablar del viejo edificio que albergó el Palacio de los Deportes, cuya cúpula da la sensación de que puede derrumbarse en cualquier momento.

Una de las cosas que más inquietud causa a quienes pasean por la zona es el estado de conservación de las estatuas de los próceres, muchas de las cuales presentan profundas grietas y el evidente paso del tiempo está haciendo mella. Pero sucede lo mismo con las que están ubicadas en el interior del parque, sobre todo las réplicas griegas que fueron encargadas por el gobernador Miguel Campero en 1928. Además, la delincuencia sobre todo a la noche acecha constantemente y uno de los blancos preferidos son las letras de los nombres, hechas en algunos casos de bronce, que son arrancadas para luego ser vendidas. Lo mismo se ve en bancos y juegos para niños, así como también en las máquinas de deportes colocadas en distintas zonas del parque. Hay bancos a los que les arrancaron las maderas y las estructuras de hierro, y que ahora además representan un peligro para quienes los usan. Se sabe que las estatuas están siendo reparadas, aunque el arreglo es lento y el vandalismo, veloz. Otro problema a tener muy en cuenta es el estado de conservación de muchas de las especies de árboles que, en conjunto, son las que lo convierten en un pulmón verde. A simple vista se observan ejemplares añosos, muchos de ellos ya huecos, y con real peligro de caída. Al ser tanto, el control no es fácil, pero creemos que se debe estar atento para evitar accidentes que pueden ser trágicos.

Y por último, hacer un llamado a quienes usan el parque. Saludablemente se ve todos los días a grupos de deportistas que se esmeran en cuidar las máquinas que usan, o hasta de recoger basura. Pero eso no siempre es así. Y sobre todo los fines de semana, cuando es mayor la afluencia de gente, el descuido se generaliza y muchas veces se destruyen bienes o sectores que luego no pueden ser reemplazados o recuperados. Los visitantes que llegan a Tucumán tienen el parque 9 de Julio como visita obligada. Colaboremos entre todos para que una de las máximas atracciones de la provincia siga teniendo su esplendor.

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