De dueños del mundo a parias: los oligarcas de Rusia pasan al ostracismo

De dueños del mundo a parias: los oligarcas de Rusia pasan al ostracismo

Los aliados de Ucrania enrollaron las alfombras rojas que antaño tendían al círculo de empresarios ligados al autócrata Putin. Abramovich simboliza la pérdida de estatus y la segregación promovidas como método de presión hacia el Kremlin. Barcos y mansiones caen en manos estatales mientras los empresarios ven cómo se desvanece su poderío mundial.

El ruso Román Abramovich ya no es tan bienvenido como antes en el extranjero, ni siquiera en Israel, país en el que trascendió por la generosidad de sus donaciones. La guerra en Ucrania dejó a Abramovich, quien se ofreció como mediador voluntario ante la delegación del presidente Volodimir Zelenski, con las manos atadas. El Reino Unido inmovilizó todos sus bienes y advirtió que cualquiera que haga negocios con el célebre multimillonario recibirá el mismo castigo. En medio de la invasión, el empresario anunció que ponía a la venta su joya mayor: el club de fútbol Chelsea. Acostumbrado a comprar lo que se le antojara, desde arte hasta inmuebles de lujo, Abramovich simboliza la pérdida de estatus de los oligarcas rusos provocada por Occidente en su afán de presionar al autócrata Vladimir Putin.

Mientras las tropas rusas invaden el territorio ucraniano, las fuerzas de seguridad y los organismos de control de los aliados de Zelenski practican procedimientos para congelar activos de los integrantes de la élite económica que envuelve a Putin. Estos operativos dieron como resultado la incautación de bienes suntuarios ubicados en distintos puntos de Europa, como embarcaciones y mansiones (ver ejemplos por separado). Los otrora reyes de los lugares más exclusivos se están transformando en parias: según The New York Times, Abramovich no puede ni siquiera pagar la cuenta de la luz de sus pisos londinenses.

Los ejecutivos rusos ya no transitan por las alfombras rojas que antes les tendían los gobiernos y autoridades atraídos por las promesas de inversiones y de filantropía. Se acabó la libre circulación del dinero y comenzó el tiempo de las batallas judiciales para acceder a las fortunas inmovilizadas quién sabe hasta cuándo. En todas partes el argumento para desconocer el derecho de propiedad es la cercanía de sus titulares con Putin y la participación en la maquinaria descomunal de negocios estatales que aquel encabeza. Un artículo reciente de The Guardian informa que el Gobierno británico, por ejemplo, atribuyó a Abramovich el haber “recibido trato preferencial y concesiones” de parte del Kremlin y, mediante sus vínculos comerciales, haber estado “involucrado en la desestabilización de Ucrania”. La administración del primer ministro Boris Johnson dijo que el magnate ruso de más alto perfil había suministrado acero al Ejército ruso mediante una de las empresas que aquel controla, Evraz. Los directores con mayor influencia de esa compañía renunciaron luego de que su accionista principal fuera incluido en la lista de figuras sancionadas.

Los castigos económicos conectados con la invasión rusa están generando dificultades materiales enormes para todos los compatriotas de Putin. Los más ricos reciben golpes acordes con su patrimonio. El 17 de marzo, autoridades públicas de Alemania, Francia, Italia, Japón, Australia, Canadá, Estados Unidos y Reino Unido, y de organizaciones de la Unión Europea presentaron el Grupo de trabajo para las élites, apoderados y oligarcas rusos (Russian elites, proxies, and oligarchs Task Force o REPO). El objetivo de esta unidad es hacer la vida imposible a los magnates. “Nosotros, los ministros de Finanzas, Justicia, Interior y Comercio, y los comisarios europeos nos comprometemos conjuntamente a priorizar nuestros recursos, y trabajar juntos para tomar todas las medidas legales disponibles para encontrar, restringir, congelar, incautar y, cuando corresponda, confiscar los activos de aquellas personas y entidades que hayan sido sancionadas en relación con la invasión premeditada, injusta y no provocada de Rusia a Ucrania, y la continua agresión del régimen ruso”, manifestaron los autores de la iniciativa.

La REPO Task Force se comprometió a aislar internacionalmente y a impulsar la rendición de cuentas de los empresarios afines a Putin. “El Grupo de trabajo demuestra nuestro apoyo inquebrantable a Ucrania y nuestra determinación colectiva de responsabilizar a los cómplices de la guerra injusta que lleva adelante Rusia. Estamos decididos a negarles la capacidad de ocultar y beneficiarse de sus activos en todas las jurisdicciones”, anunciaron los ministros.

A comienzos del mes pasado, ya el fiscal general estadounidense Merrick B. Garland había puesto en marcha la KleptoCapture Task Force con el fin de asegurarse de cortar la capacidad de acción y de movimiento internacional de los empresarios rusos, y de privarlos “de un refugio seguro”. La fiscala general adjunta, Lisa O. Monaco, dijo al respecto: “oligarcas, estén advertidos que utilizaremos todas las herramientas para congelar e incautar sus ganancias criminales”. Garland aseguró que no iba a haber concesiones. En ese empeño, el fiscal general advirtió: “buscaremos hasta abajo de las piedras”.

Un superyate con dueño desconocido queda varado en Londres

El Reino Unido se incautó esta semana del primer superyate vinculado a un oligarca ruso de identidad desconocida. Según informaron las autoridades británicas, se trata de una embarcación de 58,5 metros llamada “Phi” y valuada en aproximadamente 38 millones de libras esterlinas (más de $ 5.500 millones). El yate estaba por partir de Londres cuando su traslado fue bloqueado. Grant Shapps, secretario de Transporte, informó que el propietario tenía “relaciones cercanas” con el presidente ruso Vladimir Putin y que el Reino Unido no podía permitir que navegara libremente mientras Ucrania sufría tanta devastación. El barco permanecía anclado en las aguas de la capital del Reino Unido sin llamar la atención dado que lleva la bandera de Malta. Shapps manifestó que, para ocultar sus orígenes, el bien está registrado a nombre de una compañía cuya sede está radicada en las islas caribeñas de San Cristóbal y Nieves (Saint Kitts y Nevis).

Uno de los empresarios más ricos pierde el control de su barco

El Gobierno italiano secuestró el “Lady M”, un barco privado cotizado en U$S 65 millones ($ 8.000 millones) propiedad de Alexei Mordashov, presidente de la compañía siderúrgica Severstal. Este bien secuestrado a modo de sanción a la élite de Putin permanecía en el puerto de Imperia, en Liguria (noroeste de Italia). Se trata de un yate fabricado en 2013 con capacidad para 16 personas entre huéspedes y tripulantes. Mordashov, zar del acero, es considerado uno de los empresarios más acaudalados de Rusia. La revista Forbes calcula que el patrimonio neto del grupo familiar de Mordashov asciende a los U$S 29.100 millones. Muy cercano al autócrata ruso, el empresario hizo una serie de operaciones para resguardar sus activos justo antes de que su nombre ingresara en la lista de figuras rusas pasibles de sanciones. Este economista hizo su fortuna a partir de 2001, cuando Severstal fue privatizada: en ese momento él se desempeñaba como su director financiero.

El cerco se cierra sobre la familia Timchenko

Gennadi Timchenko, cabeza de un imperio energético, está corriendo peor suerte que el resto de sus compatriotas magnates. El Gobierno de Italia no sólo se apoderó de su yate “Lena” valuado en 56 millones de euros ($ 6.900 millones), que estaba atracado en San Remo, sino que su esposa y sus dos hijas también fueron incluidas en la lista de oligarcas sancionados. Según la agencia Bloomberg, la ampliación del cerco es una medida inédita promovida para incrementar la presión sobre Putin y el Kremlin. Timchenko es el fundador del Grupo Volga y, de acuerdo al Índice de Multimillonarios de Bloomberg, tiene una fortuna de alrededor de U$S 12.900 millones (Forbes estima que posee U$S 21.100 millones). Tras los castigos, el oligarca considerado como uno de los “confidentes” de Putin decidió hacerse a un costado de una de sus compañías más preciadas. El 21 de marzo, Novatek, el mayor productor de gas natural de Rusia, anunció que Timchenko había abandonado la junta directiva “por su propia voluntad”.

Una fortuna sufre dos embargos en países distintos

La guerra en Ucrania pasó una factura cuantiosa al filántropo y magnate del gas ruso-uzbeko Alisher Usmanov. Por un lado, la Guardia de Finanzas de Italia se incautó una casa de Usmanov emplazada en la Costa Esmeralda (Cerdeña). Se trata de una mansión cuyo valor está estimado en U$S 17 millones ($ 1.900 millones). Por el otro, el empresario perdió la posibilidad de disponer de uno de los yates más caros del mundo, el “Dilbar”, que cuesta alrededor de $ 600 millones. Este bien fue interceptado en Hamburgo, Alemania. Según Forbes, el lujosísimo “Dilbar” alberga 96 plazas; la piscina más grande jamás instalada en una embarcación de su tipo; dos helipuertos; un sauna; un salón de belleza y un gimnasio. Con un patrimonio que supera los U$S 14.000 millones, según la revista Forbes, Usmanoz es frecuentemente vinculado en la Unión Europea (UE) como presunto testaferro de Putin. Tras la invasión a Ucrania y su inclusión en la lista de oligarcas vetados, el empresario se desvinculó de la Federación Internacional de Esgrima (FIE) que presidía desde 2008. “La decisión (sanción) es injusta, y se basa en un conjunto de alegaciones falsas y difamatorias que dañan mi honor, dignidad y reputación empresarial”, manifestó el oligarca al presentar su dimisión a la FIE.

Reclamos en la TV por la incautación de una villa en Como

Vladimir Roudolfovitch Soloviev fue uno de los primeros multimillonarios proKremlin que sufrieron las consecuencias de la guerra en Ucrania. Ocurre que, por acción del Gobierno de Mario Draghi, Soloviev se quedó sin acceso a una de las villas que posee en la zona exclusiva del lago de Como. Esa propiedad costaría alrededor de 6,5 millones de euros ($ 800 millones). El propietario es anfitrión de un programa emitido por la televisión pública rusa, Rusia-1, “Domingo a la noche con Vladimir Soloviev”, tribuna desde la que expresa su respaldo total a Putin y a su política militar en Ucrania, estrategia que el presentador calificó de “genialidad”. El conductor utilizó una de sus emisiones para repudiar “la doble moral” de la Unión Europea. “Me dijeron que Europa es una ciudadela de derechos, que todo está permitido… Sé por experiencia personal sobre los llamados ‘derechos de propiedad sagrados’. Lo hice todo: compré, pagué una cantidad loca de impuestos y, de repente, alguien toma la decisión de que este periodista ahora esté en la lista de sanciones. Y de inmediato afecta su propiedad inmobiliaria. ¡Pero nos dijeron que Europa tiene derechos de propiedad sagrados!”, reclamó Soloviev.

Una residencia histórica en la toscana es capturada

Oleg Savchenko, otro magnate y político oficialista ruso, no podrá usar por tiempo indefinido su mansión del siglo XVII situada cerca de la bellísima ciudad de Lucca, en la región de La Toscana. La villa Lazzareschi había ingresado al peculio de Savchenko en 2018 por 3 millones de euros ($ 370 millones). Savchenko se desempeña actualmente en la Duma, Cámara Baja del Poder Legislativo de la Federación Rusa, donde cumple su cuarto mandato en el bloque del partido de Putin, Rusia Unida. Estudió periodismo, pero luego se involucró en compañías mineras que explotaban oro. La revista Forbes lo ubicó en el puesto 22 del ranking de fortunas de Rusia.

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