La vida en Leeds, después de Bielsa

La vida en Leeds, después de Bielsa

Empieza el partido y el sonido de la tele es claro: “Maaaarcelo Bielsa”. En la previa, las imágenes muestran a hinchas de Leeds que van llegando al estadio de Leicester con carteles y banderas que agradecen y recuerdan al DT argentino. El nuevo DT, Jesse Marsch, estadounidense, como los accionistas del club, hombre conocido de la casa Red Bull (pasó por tres equipos de la firma), alinea casi una misma formación que habría puesto Bielsa. Antes del inicio, homenaje a Ucrania. Silencio profundo. La pantalla muestra incluso un símbolo de Ucrania, por la invasión de Rusia, claro. Ese símbolo es la razón por la cual la TV china, que paga millones, decidió dejar de trasmitir partidos de la Premier League.

Dijimos que comenzó el partido y lo primero que se escuchó fue al sector de hinchas de Leeds, en un codo del estadio, coreando a Bielsa, que, como se sabe, fue echado oficialmente el lunes, tras la nueva y dura goleada ante Tottenham. En la semana hubo diversas reacciones. La mayoría en desacuerdo con la decisión. El recuerdo de hinchas y jugadores. Y Andrea Radrizzani, patrón italiano del club, admitiendo que debió tomar la decisión más dolorosa desde que compró al Leeds, pero que “algo se había roto” y que la prioridad es evitar el descenso.

Leicester llega al partido también en problemas. No ganó en el año. Bajas importantes en defensa, ausencia de su jugador más inteligente, James Maddison, también lesionado, y retorno a media máquina de su goleador mítico, Jamie Vardy. Si bien local, es un rival más accesible que los últimos que le habían tocado a Leeds. Esa fue una de las críticas de los hinchas en la semana. Que venían rivales ante los que Bielsa podía recuperarse. Cuentan que el propio Marsch le preguntó a Radrizzani si no era mejor para Leeds terminar la temporada con Bielsa. Marsh contó ayer con la vuelta de un lesionado clave, Patrick Bamford, goleador favorito de Bielsa. Pero permaneció todo el partido en el banco. A la hora del recambio, Marsch eligió al juvenil Joe Gelhardt y a Tyler Roberts. Este último entró y se lesionó. Leeds ya había hecho el máximo de tres cambios. Un símbolo acaso de la mala suerte que persigue a Leeds en esta temporada.

El nuevo Leeds pos Bielsa casi anota al minuto con Daniel James. Marcsh, a diferencia de Bielsa, sigue todo el partido de pie. Se lamenta por la ocasión fallada y anota en una libreta. Es su vuelta tras su despido del Red Bull alemán. Lo echaron a los cuatro meses. Le tocó la difícil tarea de suceder a Julian Nagelsman, el DT contratado por Bayern Munich. Aquí le está tocando otra sucesión difícil. Lo sabe. En los primeros diez minutos hay cuatro situaciones de gol. Bien Premier League. A los 22 minutos, otra vez, se escucha intenso “Maaaarcelo Bielsa”. El primer tiempo termina sin goles. El Leeds de Bielsa venía de sufrir dos goles en los primeros tiempos en sus últimos cinco partidos. El ritmo decae en el segundo tiempo. Pero que Leeds no liga se nota cuando el VAR deja pasar un claro penal a Rodrigo (el VAR interviene en Inglaterra solo ante jugadas clarísimas que el árbitro no pudo ver). Y la mala suerte está clara cuando Leeds, en su mejor momento, pierde tres ocasiones clarísimas de gol y, en gran contragolpe, Leicester se pone 1-0 a los 66’. Clara injusticia. Parecido también a los tiempos de Bielsa. Marsch se golpea el corazón. Es lo que le pide a sus jugadores en los minutos finales. Pero hay menos piernas. Un jugador menos (Roberts sigue en cancha, pero no puede hacer nada). La nueva derrota se concreta y, jugadas 28 fechas, la amenaza del descenso ya es una realidad. Algunos jugadores de Leeds se derrumban en el césped. La TV muestra a un hincha con una bandera que agradece a Bielsa. Se vuelve a escuchar el nombre del DT argentino.

Más hablador que Bielsa (tampoco necesita traductor), Marsch lamenta eso de que el fútbol no es justo (claramente Leeds no mereció perder) y se entusiasma igualmente por la predisposición del plantel. Su Leeds mostró dinámica parecida al de Bielsa, pero sin persecuciones individuales y mejor protegido para el contragolpe rival. En las redes, los hinchas debaten. “Con Bielsa también habríamos perdido este partido, pero cuatro a dos”, ironiza uno. Otro, enojado, cree que, a esta altura, el descenso es inevitable. Y que, de ser así, él hubiera preferido que ese eventual descenso fuera con Bielsa.

Algunos no lo comparten o no lo entienden. Pero Bielsa, simplemente, nos ratifica que el fútbol, en realidad, no es sólo triunfo o derrota, ascenso o descenso. Es pertenencia, identidad, lealtad, compromiso y colectivo. Por algo Leeds no despidió a Bielsa tras la primera temporada, cuando el equipo falló de modo insólito con el ascenso en la mano. Fue cuando Bielsa ordenó a sus jugadores se dejaran hacer un gol para remediar una injusticia previa. Imposible para cualquiera. No para él.

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