Los costos de la unidad

A un año de las elecciones nacionales y provinciales la unidad se plantea como una quimera tanto dentro del oficialismo como de la oposición. A diario, la realidad política pone a prueba ese ideal que, por el momento, parece no trascender demasiado de lo discursivo a los hechos.

En el plano nacional, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene al Gobierno nacional y a los provinciales en estado de ebullición. Tras los cortocircuitos con el kirchnerismo y la renuncia de Máximo Kirchner como jefe del bloque del Frente de Todos (FdT), el objetivo de la Casa Rosada sería que el tratamiento del entendimiento con el organismo pase sin sobresaltos por los recintos y que no deje ante el ojo público la magnitud del resquebrajamiento interno de la coalición.

La contracara es que esa discusión sostiene el parate en el que se encuentra el Congreso. El “poroteo” está concentrando la atención de las máximas autoridades parlamentarias y políticas. De hecho, los diputados tucumanos aún no saben qué comisiones integrarán en este período. Al no estar conformados los grupos de trabajo, es una obviedad que el tratamiento del acuerdo se iniciará recién después del 1 de marzo, con el comienzo del período de sesiones ordinarias. Trascendió en los medios porteños que esta semana el proyecto llegará finalmente a Diputados.

Entretanto, el reemplazante de Kirchner, Gerardo Martínez, intenta mantener a la tropa mínimamente aglutinada. En las últimas horas afirmó que hará todo lo posible para que el hijo de la vicepresidenta vote a favor. Por estas horas, fuentes de La Cámpora nacional dan por sentado que la abstención será el camino que seguirán los 18 diputados de la organización (el bloque cuenta con 118). Esa definición permitiría el quórum y, a la vez, dejaría expresado el malestar. Kirchner seguiría parado en la misma posición y con las mismas intenciones que cuando renunció: sigue sin conocer los detalles del proyecto y, a la vez, contiene a su electorado más ideologizado con ese gesto.

Precisamente, en el poder local había inquietado la postura de Mabel Carrizo, la diputada camporista tucumana. Según el entorno de la famaillense, ni Juan Manzur ni Osvaldo Jaldo le pidieron que votase a favor del acuerdo. De hecho, ella concurrió al encuentro convocado por Manzur durante la semana que pasó en la Jefatura de Gabinete. El resto de los parlamentarios especulaba con que no asistiría ante la indefinición de la situación nacional. Varios de los presentes -participaron los cinco diputados y los dos senadores- coincidieron en que Manzur no les preguntó ni a Carrizo ni al resto cómo votarían, pero que les pidió que acompañen al Presidente y que luego abordaron otros temas como las obras proyectadas para la provincia.

El valor de la cita fue la foto: la lectura para la mayoría fue que Manzur sigue siendo el jefe político del Gobierno local.

Martínez viene convocando a los diputados de todas las provincias. Recibió a cuatro de los cinco oficialistas locales: Rossana Chahla, Mario Leito, Agustín Fernández y Carrizo. Algunos de ellos afirmaron que la reunión versó sobre la necesidad de trabajar en conjunto y de que cada uno se haga cargo de temáticas específicas y de la constitución de las comisiones. Le habría manifestado a la diputada que se comprendía que ella debía seguir el mandato de su organización. Los diputados esperan que esta semana se les comunique en cuáles comisiones se desempeñarán.

Sobresalto

En el peronismo gobernante dan por sentado cuál será el criterio de Carrizo. Con este asunto saldado, la agenda local venía bastante tranquila. El sobresalto llegó en los últimos días y tuvo como epicentro la Legislatura.

Tras algunos meses de tranquilidad, una serie de determinaciones judiciales puso en alerta a un grupo de legisladores jaldistas “puros”. Se trata de aquellos que tuvieron las posturas más duras durante la interna Manzur-Jaldo y a los que más les costó digerir la tan promocionada reunificación del oficialismo.

En los últimos días se supo que la Justicia Federal intervendrá la Mutualidad, que conduce el legislador Daniel Deiana y se conoció una denuncia por presunto abuso sexual en contra del parlamentario Roberto Palina. A esto se suma que el lunes se había notificado al legislador Jorge Yapura Astorga de que se fijaban las fechas (entre mayo y junio) para las audiencias en el proceso oral que se le dispuso por presunto enriquecimiento ilícito. Estos hechos fueron enhebrados por ese sector. No creen que sean inconexos o casuales. La seguidilla cayó como una bomba dentro del grupo y enrareció las relaciones en el bloque en general. Alguno de los involucrados se reunieron con Jaldo. Creen que detrás de esto hay un “pase de factura” o una “venganza” del manzurismo por la interna.

Varios de los afectados expresaron ante propios y ajenos una idea que venían analizando: la de armar un bloque aparte ¿Cuántos son? Algunos hablan de un puñado y otros, de una decena. En el entorno del gobernador Jaldo rechazaron esta idea y confiaron en que no prosperará. Opinaron que una actitud de este tipo podría generar molestias en un vínculo que se afianza, entre el uno y el dos. La interna, sin embargo, parece seguir latente.

Hay un dato de color que aporta a este entredicho: varios legisladores se sorprendieron porque el jueves, a las 9.30, ingresó por Mesa de Entrada una nota firmada por Roque Álvarez para informar al secretario del cuerpo Claudio Pérez sobre la conformación del bloque “Frente de Todos”, que se había reunificado entre septiembre y octubre tras la conciliación Manzur-Jaldo. El documento está fechado en diciembre. Demora o error, esto generó comentarios en los pasillos.

En la otra vereda

En Juntos por el Cambio (JxC) a la unión se le está dificultando pasar más allá de la superficie, aunque también se ven intentos para que se profundice.

La mesa del armado viene sosteniendo reuniones con el fin de avanzar en dos frentes: bajar los decibeles de las internas de 2021 y formar los equipos técnicos para presentar una plataforma de gobierno y demostrar, de esta manera, que no fueron una alianza pasajera con fines netamente electorales. La intención es instalar una agenda que permita discutir cambios que consideran necesarios, sobre todo, en el sistema político. A eso responden los proyectos que, por ejemplo, presentaron los legisladores radicales José María Canelada (en enero) y Raúl Albarracín (esta semana).

¿Cuál es el mayor interés subterráneo en JxC? Buscar un mecanismo para la definición de las candidaturas y que esto no implique una confrontación traumática ni que quiebre la coalición. Se debe a que, a priori, al menos tres sectores expresaron tener postulantes para la gobernación: Germán Alfaro, Roberto Sánchez y Sebastián Murga.

En paralelo, las discusiones también se están dando dentro de la UCR tucumana. Viene tomando fuerza la versión de que Gerardo Morales enviará un interventor normalizador. Sonaron varios nombres pero el criterio sería enviar a alguien del NOA y por esa razón se cree que podría arribar el diputado jujeño Jorge Rizzotti, aunque no está definido aún.

Por iniciativa propia o de terceros, se comenzaron a barajar algunos nombres de quienes querrían o podrían ser considerados para postularse a la presidencia del centenario partido: José “Lucho” Argañaraz, Roberto Sánchez, Sebastián Salazar y Agustín Romano Norri son algunos de ellos.

El diputado Sánchez es el que parece más entusiasmado al respecto y ya habría expresado esta intención a Morales. De hecho ya habría mantenido reuniones con sectores radicales diversos que van desde su contendiente en Concepción, Raúl Albarracín, hasta el delegado del Enargas, Ariel García. En paralelo, los subinterventores, cuyo mandato venció, Argañaraz y Pablo Macchiarola habían iniciado el proceso de llamado a elecciones. Se estima que el proceso podría llegar a efectuarse entre marzo y abril. En lo que coinciden diferentes actores es que sería fundamental llegar a un acuerdo para evitar el desgaste de una interna.

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