Sexualmente hablando: Compatibles

Sexualmente hablando: Compatibles

Hace unos 2.500 años los griegos observaron que algunas parejas parecían encajar perfectamente, el uno para el otro. Entonces desarrollaron la famosa teoría de que los seres humanos originariamente fueron cuadrúpedos, con dos cabezas. Y que habían sido cortados por la mitad por un dios enfurecido que los envió a vagar por la Tierra en busca de su “mitad dividida”: la pareja ideal que les devolvería la unidad. Muy adelantados, los griegos no veían a las personas siempre -o casi siempre- buscando a alguien del sexo opuesto. En su opinión, la “otra mitad” podría ser uno del mismo sexo.

Desde entonces, muchas otras hipótesis postulan interpretaciones para predecir la compatibilidad entre las personas. Una de ellas, muy básica, sostiene que, cuanto más nos parecemos al “promedio”, menos desafiante es la búsqueda de una pareja. Algo así como que las personas más convencionales, más típicas, comparten por definición similitudes con muchas otras y que, por lo tanto, tienen una mayor probabilidad de toparse entre ellas. Por otra parte los “distintos” -“perros verdes” como se suele decir- no tienen por qué desalentarse: según esta perspectiva, una vez que una pareja poco común se une, la relación generalmente es duradera (habría que ver si esto ocurre porque el vínculo es más sólido o por la escasez de alternativas).

¿De qué signo sos?

Un modelo muy conocido que se aventura a hablar de compatibilidad entre las personas como potenciales parejas es el de los signos del Zodíaco. Esta tipología consta de 12 categorías dadas por nuestro día de nacimiento, las cuales a su vez pueden dividirse en cuatro grupos dominados por un elemento: tierra, aire, agua y fuego. Pertenecer a un signo, supuestamente, se corresponde con ciertas características de personalidad, pautas de conducta y hasta rasgos físicos. Lo cual, por lo mismo, nos haría más compatibles con algunas personas que con otras.

Pero… ¿Cáncer y Tauro son tan afines? ¿Virgo y Leo son el agua y el aceite? Preguntas como estas intentaron ser respondidas a mediados de los 90, a través de una investigación sin precedentes por parte de Gunter Sachs, empresario y fotógrafo suizo, ex playboy y deportista, luego director de cine (y uno de los maridos de Brigitte Bardot -juntos en la foto-).

Sachs buscaba establecer si en verdad existía una conexión entre los signos (solares) y el comportamiento humano. Como parte de ese proyecto, examinó los registros de nacimiento, casamiento y divorcio de 400.000 conciudadanos, buscando parejas particularmente duraderas o especialmente efímeras, las cuales fueron categorizadas de acuerdo a los signos. Sus conclusiones asombraron y decepcionaron a los creyentes del Zodíaco, ya que las relaciones que encontró entre casamiento, divorcio y los signos de la pareja coincidían mínimamente con las predicciones de la astrología tradicional.

La metodología y el análisis utilizados por Sachs recibieron críticas de matemáticos, quienes encontraron errores graves en muchos puntos de sus estudios y se mostraron desconfiados respecto de la validez estadística de los datos obtenidos (además de que la muestra provenía de un solo país).

Así y todo, está comprobado que cerca del 95% de los occidentales conocen su signo zodiacal, un 20% cree en una “armonía especial” entre ciertos signos y el 5% elige su pareja pensando en esta cuestión. En la India, personas de todas las clases sociales comparan los horóscopos antes de contraer matrimonio y son los astrólogos los que eligen la fecha de casamiento.

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