"Hermana, soltá la panza": una campaña que lucha contra la opresión a las mujeres

"Hermana, soltá la panza": una campaña que lucha contra la opresión a las mujeres

Lala Pasquinelli trazó un balance de la iniciativa y destacó la visibilidad obtenida en este verano.

08 Febrero 2022

Aunque celebraron la visibilidad que tuvo la campaña, advirtieron sobre un modelo cada vez más opresivo hacia las mujeres. Esta mañana, en Buen Día Verano, una de las referentes de la iniciativa Mujeres que no fueron tapa (Mqnft), Lala Pasquinelli, trazó un balance de la campaña “Hermana, soltá la panza”.

"Fue exitosa por la visibilidad que tuvo y por la cantidad de mujeres que por primera vez hicieron algo que antes les hubiese resultado difícil. Soltar la panza no es solo usar bikini, sino muchas otras cuestiones. Esta visibilidad tiene que ver con que esta conversación ya estaba sembrada por el activismo de años. No obstante, hay un modelo de belleza que se vuelve cada vez más opresivo, en lugar de abrirse. Es una forma de control sobre los cuerpos de las mujeres que da resultado", resumió Pasquinelli.

La iniciativa, surgida en la primavera de 2021, se propuso llenar las redes sociales de panzas de mujeres reales durante este verano para “hackear el operativo bikini”, es decir, desarmar el mandato de llegar flacas y esculturales a los primeros calores para lucirse en malla,

En respuesta a esta convocatoria, mujeres de todas las edades mandaron fotos y videos -algunas de cuerpo entero, otras recortadas- junto con los relatos de experiencias personales que dan cuenta de lo opresivo que se torna por momentos la exigencia de “meter la panza” que vienen escuchando desde la infancia.

“El hashtag lo venimos usando desde hace cuatro años cuando llega esta época, pero este año lanzamos la campaña porque me pareció que todo estaba mucho más opresivo en relación a los cuerpos”, dijo la artista visual y referente de Mqnft.

"Hablamos de estereotipos y mandatos de género, esto de lo femenino que moldea la identidad de las mujeres. Implica esto de ser agradables a la vista, de encajar en ese ideal de belleza y de tratarnos como un objeto. Sino, somos mujeres de segunda o tercera categoría, mujeres malas", graficó. "Este mandato es al que menos atención se le presta, y cuando llega la primavera empezamos a ser bombardeadas por las publicidades, empresas de estética, farmacéuticas, un montón de industrias que se enriquecen con la romantización de la delgadez", añadió.

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