“En la educación de un perro la clave es el liderazgo”

Dos expertos cuentan su experiencia, basada en la búsqueda del equilibrio emocional y el acompañamiento. Mucho más que sólo adiestrar.

UNO DE LOS CASOS DE ÉXITO. Napoleón pasó de ser agresivo y desconfiado (el síntoma era que mordía) a poder disfrutar de ir a la playa  UNO DE LOS CASOS DE ÉXITO. Napoleón pasó de ser agresivo y desconfiado (el síntoma era que mordía) a poder disfrutar de ir a la playa
Claudia Nicolini
Por Claudia Nicolini 23 Enero 2022

Cuando de perros hablamos, en el principio (y hasta que los humanos nos metimos en el medio) siempre estuvo la manada. “Y su funcionamiento fascinante. Es un claro mecanismo de supervivencia y establece un nivel muy estricto de jerarquía; las leyes deben ser cumplidas por todos -explica Adela Bosch-. Esta estructura social promueve la unidad y el orden social, y reduce conflictos y agresiones”.

Con este modelo funciona Luka (Ig @luka_centro_educacion_canina), un centro de socialización y educación canina que Adela y su socio, Carlos “Charly” González Colombres, fundaron hace un poco más de medio año.

“Por esto de la manada, el liderazgo es ‘la’ clave. Ellos necesitan un guía que les marque el camino. Y eso no los menoscaba; por el contrario, les da posibilidades, tranquilidad, porque es seguro estar cerca de un líder”, resalta Charly, y añade: “por supuesto, todo en un marco de respeto mutuo; el perro necesita ser tratado como tal; no hay que invadirlo ni confundirlo”.

“Cuando eso se logra -coinciden ambos ‘profes’-, nace un vínculo de respeto mutuo, con beneficios también recíprocos: cariño, protección, compañía, diversión...”.

¿Lo llevo a “la escuela”?

Hay veces que ese vínculo se construye más o menos bien en casa sin ayuda; pero hay otras en las que intervenir se hace indispensable.

“Algunas señales de que hace falta pueden ser ansiedad, hiperactividad, agresividad, reactividad, estrés, inseguridad, falta de autocontrol... Y para poder actuar hace falta comprender lo que vive cada individuo”, explica Charly, y Adela agrega: “hay que aprender a leer sus comportamientos”.

“Napoleón era muy desconfiado y usaba mucho la mordida como mecanismo de defensa. Empezamos a notarlo a sus 5 meses: no podíamos acercarnos ni acariciarlo; no lo podíamos alzar para cosas básicas, como pesarlo en la veterinaria, porque automáticamente mordía... ¡y fuerte!”, cuenta Milagro Rojas. “Se convirtió en un problema, porque no lo podíamos sacar a pasear (si alguien se acercaba él le tiraba el mordiscón), no podíamos invitar a gente a casa... -agrega, pero tranquila, porque hoy eso es sólo un recuerdo-. Era superdesconfiado y no se podía relacionar con los humanos; no se relacionaba ni con nosotros y no podíamos disfrutar. Así que decidimos buscar ayuda; sabíamos que algo pasaba y que no teníamos las herramientas, ni nosotros ni el perro, para poder ayudarlo”.

LA MANADA. Un grupo de “alumnos” recibe a Charly en la puerta. LA MANADA. Un grupo de “alumnos” recibe a Charly en la puerta.

Siempre se puede ayudar

Historias de este tipo hay muchas, cuenta Adela, y explica que si bien es más sencillo modificar hábitos cuando son cachorros (“como con los humanos”, reflexiona), hay perros adultos que han sufrido traumas, maltratos, y que también necesitan ayuda. “Y se los puede ayudar; lleva más tiempo, pero es posible. Y hay que entender es que no es lo mismo adiestrar que ayudarlos a lograr una socialización sana y satisfactoria”.

Como primera medida, destaca Charly, hay que inciden características propias, como la raza, además de las adquiridas. “Es clave considerarla (o la combinación, si el perro es mestizo) porque tienen características diferentes. Conocerlas permite esperar algo lógico de cada perro, porque tiene sus tendencias; y ayuda a comprenderlos y, por ende, a acompañarlos y a liderarlos hacia nuestro objetivo, que es el equilibrio emocional”.

Obediencia vs. equilibrio

“Después de un mes en la escuela de Adela y Charly, en Napo ya veíamos cambios. Nos explicaron que iban a trabajar para eliminar la mordida como mecanismo de defensa y darle más confianza. Además supimos que la raza de Napoleón requiere mucho desgaste de energía -cuenta Milagro-, así que la escuela fue fundamental por partida doble: no sólo es otro perro (dejó de ser arisco, y es muy dulce, cariñoso...; demás, ir a la escuela, que le encanta, le da el espacio y la manada para lo que necesita”.

Lo que ocurrió con Napoleón, explican los expertos, es que logró su equilibrio emocional.

Y la diferencia con el mero adiestramiento es grande... “Con adiestramiento el perro obedece órdenes, pero no elimina la hiperactividad, la agresión ni la ansiedad. Las acata, pero no gestiona lo que le pasa -explica Charly-. Y un perro obediente pero emocionalmente inestable requiere siempre cerca quien ejerza el control”.

Y añade: “fuera del entorno controlado, las órdenes pueden no ser efectivas. Por eso, además de aprender qué significan las órdenes y cómo acatarlas, nuestro trabajo va siempre ayudando a que aprendan el autocontrol en su toma de decisiones. Y aquí, de nuevo, es clave el liderazgo; y la manada es el lugar ideal para que lo aprendan”.

COMPRENSIÓN. El lenguaje corporal transmite seguridad y liderazgo. COMPRENSIÓN. El lenguaje corporal transmite seguridad y liderazgo.

Cómo aprender

“Solo entienden el lenguaje oral asociado a una acción -señala Adela-; sí perciben la amabilidad en el tono (o la amenaza), y responden. La orden verbal, entonces, debe ir acompañada por una actitud corporal, que el perro la entiende por asociación”, agrega.

“Aprendimos que es parte de la personalidad de Napo ser desconfiado, pero hoy él y nosotros tenemos herramientas, y podemos manejar situaciones le generan desconfianza para que no se conviertan en malas experiencias”, cuenta Milagro... Y no hacen falta más palabras, ¿verdad?

El Método
En busca del equilibrio

Se procura que logren estabilidad en los niveles de energía y dinamismo, suprimir conductas inapropiadas, ansiedad, hiperactividad; y trabajar miedos, traumas e inseguridades, sobre la base de la autoestima y la confianza en sí mismos. Las actividades son planteadas siempre desde el disfrute, el  juego y la interacción con los de su misma especie acompañados por el líder humano. Pero son claves la intervención y compromiso en el hogar, sobre la base de tips, que -según cada caso- dará el equipo.

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