Evitá estas plantas si tenés mascotas o niños

Evitá estas plantas si tenés mascotas o niños

Hay algunas especies que pese a su valor ornamental pueden intoxicar a los animales domésticos y producir alergias en los chicos.

PARA EVITAR. Las hortensias, los lirios y los crisantemos pueden provocar dolores estomacales en los felinos. PARA EVITAR. Las hortensias, los lirios y los crisantemos pueden provocar dolores estomacales en los felinos.

Las plantas y las mascotas no siempre se llevan bien; seguro lo comprobamos ya alguna vez al descubrir escenas de crimen llenas de tierra, raíces cortadas y patas marcadas por el piso.

Hay especies vegetales que representan una auténtica tentación para nuestros perros y gatos, pero debemos tener cuidado dado que algunas pueden ocasionarles intoxicaciones.

“Según su género y condiciones externas, las plantas producen diversos compuestos químicos con funciones específicas (para su crecimiento, reproducción, etcétera). Entre ellos, también existen toxinas que sirven como un mecanismo natural de defensa contra los depredadores, microorganismos e insectos que buscan atacarlas. Por eso, si un animal o humano las ingiere, llegan los efectos adversos”, explica el biólogo Francisco Panozzo.

Los mordiscones conducen a problemas digestivos, dolores abdominales y hasta a afecciones de salud más graves; por ejemplo, con complicaciones cardiorrespiratorias incluidas.

Las macetas culpables no son para nada exóticas e incluso muchas de las plantas resultan bastante populares gracias a su estética o mínimo mantenimiento. Para espacios interiores con inquilinos de cuatro patas se desaconsejan la costilla de Adán (Monstera deliciosa), cuna de Moisés (Spathiphyllum), oreja de elefante (Alocasia odora) y el potus.

“Al poseer cristales de oxalato de calcio, su consumo irrita e inflama la garganta, lengua, boca y estómago. Sumado a quizás experimentar náuseas y vómitos”, indica.

Además, es mejor pensarlo dos veces antes de comprar calas o tulipanes.

En el patio

La belleza de los crisantemos y las hortensias (con sus ramilletes blancos, azulados o violáceos) traen su propia advertencia. Tanto las flores como las hojas de estas últimas forman ácido cianhídrico, un elemento que se utiliza para crear venenos.

“En el caso de las azaleas, sus hojas y néctar poseen grayanotoxinas. Cuando los canes las comen son propensos a experimentar diarrea, vómitos, una baja de presión o -en situaciones graves- alteraciones en el sistema nervioso y circulatorio”, advierte el especialista.

Para los gatos

Los mininos y los lirios implican una combinación riesgosa. “Los tallos, pétalos, polen y hasta agua de los floreros en qué van son nocivos para los gatos y el diagnóstico lleva a insuficiencias renales agudas”, comenta la veterinaria Teresa Acuña.

La alerta va por igual para las begonias al ocasionar cuadros de salivación excesiva, llagas y/o rechazo por la comida.

En ambas mascotas, tampoco hay que dejar a la vista los narcisos y ciertas plantas bulbosas (especialmente de contar con amigos inquietos que disfrutan de escarbar).

Síntomas

Las consecuencias del festín vegetariano varían acorde con el tipo de planta que se zamparon nuestras mascotas.

“Hay variedades que no son tan peligrosas y apenas ocasionan ligeras molestias. Sin embargo, otras conducen a desenlaces fatales o grandes riesgos. La sintomatología y resultados dependerán del tamaño del animal de compañía, su raza, edad y si existen enfermedades preexistentes”, explica Acuña.

Lo esencial es actuar con rapidez y acudir urgentemente al veterinario al hallarnos con “las patas en la masa” o ante el primer síntoma.

“Nos daremos cuenta de ver a la mascota con vómitos (esporádicos o continuos), diarrea, temblores y/o falta de coordinación al moverse”, acota la especilista.

Con niños

Cuando somos bebés o niños, la boca es el destino final de muchos juguetes y objetos. Las plantas no suponen la excepción. “En el aspecto técnico, casi todas las especies vegetales que encontramos en los espacios verdes o el hogar no son aptas para consumo humano”, señala Panozzo.

Dicho esto, en la categoría de aquellas poco aconsejadas para hogares con pequeños tenemos la hiedra (porque ocasiona dermatitis de contacto, ampollas y/o picazón), el laurel de adorno (adelfa o Nerium oleander) y el árbol del paraíso.

“El impacto en el organismo estará relacionado a la dosis consumida y el tiempo de exposición. No por comer una hoja el destino será terrible, pero de encontrar a nuestros hijos masticando alguna planta o situación similar lo mejor será ir a una guardia de toxicología o urgencias para prevenir sustos”, aclara el especialista.

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