20 Enero 2022
Desde que Daguerre y Niepce presentaron al mundo su gran invento en 1839, nada fue igual para la humanidad para con el registro de sus actividades; de sus acciones; de sus creaciones o de sus destrucciones. Hablamos de la Fotografía, aquel instrumento mediante el cual la humanidad consiguió inmortalizar momentos y circunstancias que nos sirven -en la mayoría de los casos- para ver cómo algo evolucionó o cambió. Las actuales fotos del Tucumán de la segunda década del Siglo XXI, nos muestran crudamente que lo importante (y hasta lo básico), no cambió ni evolucionó, porque seguimos sin tener agua en nuestros hogares; sin tener un transporte de pasajeros seguro y moderno; sin rutas bien mantenidas y correctamente señalizadas; sin una buena red secundaria y terciaria; o sin vistas de progreso y trabajo en las comunas rurales, solo por mencionar algunos ejemplos. Lo concreto es que a nuestra clase política le falta preparación y visión de estadistas para acordar Políticas de Estado sustentables en el tiempo y que nos impulsen a una evolución de Sociedad Moderna, porque fueron incapaces de aprovechar los miles de millones de pesos que durante la década kirchnerista se recibió o de una herramienta llamada Plan Belgrano durante el macrismo, que tampoco trajo obras de alto impacto. Tucumán sigue vaciando cemento sobre las ricas tierras productivas (barrios privados y countrys en nuestro pedemonte desde Yerba Buena hasta San Pablo o el mismo Lomas de Tafí), en lugar de llevar infraestructura y urbanismo hacia el árido Este de la Provincia, lo que reactivaría su economía y sus fuentes de trabajo. La clase política de Tucumán mostró su chatura intelectual durante la última campaña electoral de 2021 y sería saludable que entienda que debe evolucionar para que la Provincia lo haga, de lo contrario nada cambiará y, cincuenta años adelante -en 2070- seguiremos viendo la misma foto del Siglo XIX, con aguateros y pobreza, con señores feudales a cargo de la Política Estatal.
Javier Ernesto Guardia Bosñak
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