29 Diciembre 2021
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Sopló una brisa alentadora para algunas ciudades del área metropolitana y del interior de Tucumán durante 2021. En una provincia donde la planificación integral a nivel oficial prácticamente no existe en ningún sector, hay municipios que salvaron esa falta.
Fue año signado casi en exclusividad por las decisiones y acciones de la política y la planificación urbana emergió con obras pensadas, que benefician al funcionamiento de una ciudad y a su comunidad.
San Miguel de Tucumán, Concepción, Yerba Buena, Tafí Viejo, Trancas, Tafí del Valle, en diferentes escalas, trajeron mejoras con temáticas positivas en las ciudades.
Es que los responsables de cada lugar se vieron obligados a mostrar resultados de gestión presionados por la demanda de la sociedad y porque esos mismos responsables se van dando cuenta de que hay que usar herramientas actualizadas en la construcción urbana.
Sin duda que los impactos que causaron esas intervenciones de planificación tienen su referencia más alta en la Capital con la puesta en valor de plaza Independencia y las semipeatonales del microcentro. más otras obras. Pero no menos importantes son las tareas que realiza Concepción a partir de la remodelación de la plaza Mitre (2019), en la vocación de Tafí Viejo por recuperar esplendor a partir de un pensamiento colectivo y participativo, y la decisión de Yerba Buena de ser protagonista en la temática ambiental, como ejemplos de que el objetivo se sustenta a partir de pensar la ciudad a futuro. De pensar en la gente.
Que Trancas o Tafí del Valle incorporen semáforos en su trama vial insinúa una tendencia a tratar la problemática urbana en beneficio de los ciudadanos. Aunque tibiamente, ya son temas de agenda -y bienvenido sea- un tránsito ordenado, ciclovías, tratamiento de residuos, la problemática ambiental y el arbolado. Sigue faltando esa mirada general, integral completa, la que observe el objetivo de qué ciudad se quiere para sus habitantes. Falta aplicar herramientas modernas que dinamicen las tareas para lograr el bienestar de las personas. Es imperante.
Faltan planes estratégicos, faltan códigos de planeamiento actualizados, faltan catastros acordes a las verdaderas necesidades y usos de la tierra de cada pueblo de la provincia. Falta un tratamiento serio de la temática ambiental. Por ahí se escucha alguna referencia a los temas, pero más por hablar de una necesidad, sin saber bien qué es lo que involucra. Se declama mucho y se gestiona poco.
Es archiconocido que los políticos miran a la planificación con recelo porque es un territorio desconocido para ellos, ya que esta no contempla los tiempos, ni da las respuestas inmediatas traducidas en votos. Todavía no se entiende que la planificación trasciende a esos tiempos y sobre todo a los electorales. Pero dará un rédito seguro a futuro y garantiza orden en la ciudad, sustentabilidad, previsibilidad, participación, consenso y por sobre todas las cosas una calidad de vida superior.
El 2022 tiene un desafío enorme por delante. La planificación sigue siendo materia pendiente en nuestra provincia y la política tiene mucho que ver con eso.
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