Atlético-River: tras los festejos, el “Millonario” llega a Tucumán

Atlético-River: tras los festejos, el “Millonario” llega a Tucumán

FESTEJO DOBLE. Los hinchas de River celebraron ayer la continuidad de Marcelo Gallardo en el banco y el tercer aniversario de la consagración ante Boca en Madrid. FESTEJO DOBLE. Los hinchas de River celebraron ayer la continuidad de Marcelo Gallardo en el banco y el tercer aniversario de la consagración ante Boca en Madrid. REUTERS

BUENOS AIRES.- River Plate y Atlético tienen mucho en común en este presente. ¿Qué? ¿Cómo? Sí, leyó bien. Es cierto, prácticamente se tocarán los extremos, se medirán el campeón con el penúltimo. Sin embargo, como indica la experiencia, los extremos se terminan pareciendo más de lo que salta a primera vista.

¿En qué sentido? Ni el “Decano” ni el “Millonario” llegarán emocionalmente óptimos al desafío de mañana en el “José Fierro”. El anfitrión, se sabe, por la seguidilla de derrotas, por la posición en la tabla, por las no respuestas del plantel, por el técnico interino y el nuevo al que se espera como un salvador.

¿Y la visita? Está con la cabeza en otra cosa (en varias otras). Al habitual relax de todo equipo tras conseguir un gran objetivo -y la ansiada consagración en la Liga lo fue-, el momento de River es extraño por cuestiones que exceden lo futbolístico.

Principalmente, por la continuidad de Marcelo Gallardo. El “Muñeco”, según su propia confesión, tomó una de las decisiones más importantes de su vida y firmó por un año más. Lejos de relajarse, esa incertidumbre que reinaba hasta el miércoles en los pasillos del Monumental de Núñez fue transformada en trabajo y más trabajo.

El partido del domingo pasado ante el “Halcón” fue bastante sintomático del River ciclotímico que eventualmente podría verse en Tucumán: en el primer tiempo fue una tromba, en el segundo una sombra.

La fiesta del “Millonario” en aquel partido pasó por otro lado, por la celebración del título, la declaración de amor a Gallardo -que puede haber influido o no en la decisión del DT- y la ovación en el minuto 23 a Leonardo Ponzio (ahora incluido en la bandera de los ídolos históricos de la institución).

El ambiente híper emocional que reina en el “Mundo River” por estos días se potencia también por el inminente retiro del “Gran Capitán”, quien el martes lloró ante las cámaras tras ser homenajeado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Unas horas antes, el presidente saliente Rodolfo D’Onofrio revisó su gestión ante la prensa. En la conferencia se notó que a él también le cuesta dar un paso al costado (respondió preguntas más bien dirigidas a su sucesor, Jorge Brito, sentado a su derecha en el nuevo SUM del club).

Además, los integrantes del plantel tuvieron en la noche del lunes una fiesta de los campeones muy exclusiva. Consecuencia: volvieron a tener libre al día siguiente, después de tres jornadas sin prácticas la semana anterior.

La agenda extra-futbolística seguirá cargada. Menos de 24 horas antes de volar hacia Tucumán (llegarán hoy alrededor de las 19), anoche, el plantel y el cuerpo técnico en pleno participó de la celebración del tercer aniversario de la final de Madrid, ante miles de socios.

Previamente, hubo una gran caravana de hinchas que partió desde el Obelisco. Además, de descubrirse la gigantesca estatua de Gallardo, lindante al estadio.

Como si todo este carrusel de emociones fuera poco, en términos futbolísticos River sólo piensa en la final del Trofeo de Campeones con Colón, a disputarse el sábado 18 en Santiago del Estero. Es decir, Tucumán no es la última estación de un año larguísimo para la “Banda Roja”.

Pensando en el duelo con el “Sabalero” y a pesar del trajín de los últimos días, Gallardo pondría lo mejor para enfrentar al “Decano”, la idea del entrenador es que los habituales titulares no pierdan rodaje futbolístico.

En fin, el “Millonario” vuelve a un escenario que pisó por última vez en marzo de 2020 y del que se despidió sumido en una profunda frustración: ese polémico 1-1 con Atlético hizo que el título de la Superliga se le escurriera por entonces como arena entre sus dedos. Y fuera a parar a manos de Boca, nada menos.

Más allá de la similitud, de que se trate nuevamente de la última fecha de un torneo, esta vez River no se jugará nada, más bien este partido con viaje hasta 25 de Mayo y Chile es una molestia, una piedra en su camino. Al menos en el aspecto emocional, ninguno la tendrá fácil en el “José Fierro”.

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