29 Noviembre 2021
Hoy se cumplen 74 años de la Resolución 181(II) de Naciones Unidas que mandaba que la Palestina del mandato Británico otorgado por la Sociedad de las Naciones. Había sido desarticulado en la guerra (Primera Guerra Mundial) el Imperio Otomano para que se dividiera en dos estados: el el judío y el palestino. Jerusalén quedaba como corpus separatum con una administración internacional por diez años. Hoy hay un solo estado, Israel, de un reconocido y extraordinario desarrollo en casi todos los campos. Que cada vez, desde 1967 (Guerra de los seis días) expande más su territorio de origen asignado por el plan de partición de la ONU a expensas de las tierras destinadas en origen para Palestina. La ilegal ocupación de territorios ajenos controlados militarmente y con muros continúa. La idea de los dos estados, tan mencionada a lo largo de tantas conferencias y acuerdos que fracasan entra ya en el terreno de la fantasía. Israel no tendrá toda la paz que merece y necesita y los palestinos tampoco. De una buena vez la cuestión debe ser resuelta en un ámbito serio y con garantías. Tal y como ocurrió en La Habana, donde se reunieron representantes del gobierno de Colombia con los jefes de las FARC, nada menos. Y con la asistencia de países garantes, resolvieron una guerra de más de 50 años. Fue el Nobel de la Paz para el ex presidente Santos, de Colombia. Hace falta un cirujano que diestramente separe los siameses. Pero que asegure la supervivencia independiente de ambos. Responsabilidad ineludible de la “Partera de los Siameses”: la ONU. Y nadie más.
Carlos Duguech
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