Atropellar al deporte se convirtió en “deporte” tucumano

Atropellar al deporte se convirtió en “deporte” tucumano

Penoso, alarmante, desalentador. Nos hemos acostumbrado tanto a la informalidad, a la falta de respeto a las normas y a las instituciones, que en Tucumán (y por extensión en todo el norte) ya se toma como una normalidad organizar eventos deportivos sin contar con permisos, fiscalización de entidades formadas para tal efecto, aptos médicos, seguros o servicios de emergencia y seguridad. Hoy es tan difusa la línea entre lo que está en regla y lo que no, que prácticamente es un ejercicio imposible determinar el carácter de algún partido, torneo, encuentro, competencia o como se le quiera llamar.

Están cayendo en las redes de lo inapropiado todos los deportes. Carreras de autos y de motos, pruebas atléticas, desafíos en bicicleta, retos con o sin pelota.

Lo que pasó con la final del Anual de la Liga Tucumana es un claro ejemplo. No debió jugarse en las condiciones en las que se había planteado. Pero no se escucharon sugerencias, advertencias, llamados de atención: hubo partido y, si no sucedió algo peor a lo que se mostró en las páginas de LA GACETA, en sitios web o en medios audiovisuales, fue por obra y gracia del azar. Si hablásemos de religión, diríamos que fue un milagro. Pero no podemos seguir así.

Basta con hacer un recorrido por las redes sociales antes de un fin de semana, para encontrarse con un sinfín de propuestas “deportivas”, avaladas por un político, una comuna o un “favorecedor”, bajo la máscara de alentar a las actividades y, de paso, darles a los espectadores motivos de entretenimiento. Pero nada de eso, o muy poco, tiene pies y cabeza. Más bien, tiene el inocultable sesgo de que, cuando algo suceda fuera del curso “normal” del espectáculo, nadie se hará cargo.

Que hay organismos que deben controlar estas cosas, es verdad. Que hay normativas, también. Pero a estar altura, así como los “organizadores” de estos atropellos se rasgan las vestiduras, los que deben controlar, también. Así estamos. Y así nos va.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios