El teatro tucumano le rinde homenaje a Teresita Guardia

El teatro tucumano le rinde homenaje a Teresita Guardia

Esta noche, en el cierre de la "Fiesta Provincial del Teatro", será anfitriona y agasajada al mismo tiempo, en su sala La Sodería. Una trayectoria vinculada a la gestión.

COMBATIENTE. Guardia reivindica el teatro independiente. COMBATIENTE. Guardia reivindica el teatro independiente.

Será la anfitriona del cierre de la edición 36 de la Fiesta Provincial de Teatro, que este año se hace en su homenaje, lo cual no termina de convencerla. En su casa se anunciarán esta noche, en una fiesta dentro de la Fiesta que comenzará a las 21 con entrada gratos, los ganadores del certamen y, se descuenta, se repudiará la censura que sufrió la obra “La puta mejor embalsamada”, que había sido invitada a participar del evento pero cuyas funciones se levantaron.

Teresita Guardia es sinónimo de La Sodería, el reducto artístico cultural instalado en el corazón de Villa 9 de Julio. En la esquina del pasaje 1 de Mayo y Juan Posse se levanta un espacio de resistencia y propuesta, con una sala cerrada y (desde hace un año) un espacio abierto donde confluyen las distintas experiencias escénicas. Pero su trayecto viene de antes, como repasa para LA GACETA.

- Fuiste parte de la camada fundadora de la Licenciatura en Teatro de la UNT.

- Comencé la carrera de teatro con la bienvenida democracia en 1984, cuando se abre la Escuela de Teatro con Juan Tríbulo, con la venia de Julio Ardiles Gray. Gracias al cielo, eso nos permitió respirar luego de tanto dolor y de haber resistido tanto la dictadura fenomenal. La puerta artística me permitió expresar muchas cosas que había vivenciado en tantos años. Hacer teatro era volver a la vida.

- Tu evolución fue muy particular, más fuera del escenario que sobre él.

- Empecé en la academia, pero la dejé para unirme a grupos independientes tratando de encontrar respuestas más elocuentes que las que hallaba en las aulas a la realidad que nos transitaba antes y ahora. No ha sido una carrera prolífica en producción de obras, pero sí en acciones y en gestión. He dedicado la mitad de mi vida a la defensa del teatro independiente, es lo más valioso en mi haber y lo que cuento como patrimonio.

- La Fiesta la organiza el Instituto Nacional de Teatro, cuya delegación condujiste en Tucumán.

- En 2005 se realizó una asamblea de teatristas y me eligió para que represente a la provincia. Me generó dudas pero lo sentí como un honor muy grande, con una función ad honorem. Era difícil, teníamos muy bajo presupuesto; pudimos hacer cosas pequeñas pero fuertes, como darle impulso a la sanción de una Ley Provincial de Teatro, que se debía Tucumán luego de 150 años de trayectoria en grupos independientes como lo tenía entonces, según investigaciones de Tríbulo y de Mauricio Tossi.

- ¿Estás conforme con la ley?

- Le da un plafón, un mínimo apoyo desde entonces al sector, pero aún falta reglamentar para que funcione mejor y cumpla con todo lo que operativamente se pretende. Todavía tiene muchas dificultades de aplicación. Por supuesto que no hice sola a la ley, pero sí con un fuerte impulso del INT. Cada legislador recibió el libro “Tucumán es teatro”, que permitió que conozcan la historia.

- Te tocó un período complicado, con teatros cerrados...

- Justo había pasado la tragedia de Cromagnón y se querían imponer requisitos muy duros para reabrir las salas. Tucumán fue la primera provincia del país en tener normas que permitieron reabrir; se lo hizo con una ordenanza en la capital que fue aprobada por unanimidad.

- Este reconocimiento lo recibís en medio de la polémica por la censura a “La puta...”

- Es un paso atrás, el arte no puede ser censurado, es una expresión vital de lo que el ser humano necesita y produce. Es la expresión más alta de las personas. Y mucho menos se puede admitir la censura cuando se produce por el uso de una palabra. Si lo vemos desde otro lugar, podemos decir que estamos mejor porque hace 40 años sepultaban cuerpos vivos. Hay un avance, más allá de que somos nuevamente vergüenza nacional. La obra es un homenaje feroz a Eva Duarte de Perón, una gran figura de la política y de la sociedad; no soy peronista, pero sí reivindico su figura como mujer, trabajadora y luchadora por la justicia social. Hay que superar estos hechos, porque Tucumán debe llegar a un lugar mejor. Espero que las autoridades de Casa de Gobierno se den cuenta del error y del horror que cometieron.

- ¿Cómo te presentarías ante las nuevas generaciones de teatristas?

- Soy sólo una persona ardientemente combativa y defensora del teatro independiente, un arte que vive y supera las contradicciones. Aguante el teatro independiente tucumano, que es sostenido por el público.

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